BRAT
CHARLI XCX
Géneros: electropop, EDM, bubblegum bass
Accesibilidad: muy alta
Duración: 41 min, 23 sec
Este año, Charli ha teñido el mainstream y el Internet de verde neón.
ES complicado hacer justicia en un párrafo al enorme impacto que ha tenido este disco en el mainstream de la música de este año. Desde su primer anuncio en febrero hasta su lanzamiento en junio, todo el mundo se subió al tren de Brat: sus fans empezaron a hacer merch personalizado con la carátula del disco, comenzaron a aparecer memes cambiándole el texto… En lo que pareció ser un pestañeo, todo el mundo era brat, todos se identificaban con el color verde neón. Todo esto, cómo no, sin mencionar la cantidad descabellada de promoción que recibió el disco: con sus numerosos videoclips y remixes, este disco recibió apoyos tanto por su propia discográfica como por otros artistas. Era obvio que el disco iba a ser un bombazo en ventas, y que el tan esperado brat summer iba a dejar de ser un concepto y pasar a ser una realidad.
Pero dejándonos de promociones: una gran parte del triunfo del disco se debe, cómo no, a su enorme calidad. No hay un solo segundo de las quince canciones que componen el disco en el que se pueda decir que la calidad decae, a pesar de su gran variedad estilística. Se nota mucho la influencia de A.G. Cook en la producción, así como las referencias a sus discos anteriores, especialmente a how i’m feeling now (2020) y a CRASH (2022) en los cortes más experimentales y los más mainstream respectivamente.
Tal vez el caos entre canciones sea lo que más entrañable hace el disco: el paso de las canciones de fiesta con la electrónica más fuerte que las restricciones del pop permiten, a las baladas de bajón absoluto, se hace sin casi ningún tipo de detención. El uso de leitmotifs y la coherencia temática del disco (el paso del tiempo, los recuerdos agridulces, su popularidad y, sobre todo, la fiesta como experiencia) también ayudan a aportar cohesión.
Es curioso que este disco sea el que ha catapultado a Charli a lo alto del mainstream, pues su disco anterior, CRASH, era mucho más pop. Parte de la razón se debe a que, ante todo, Brat derrocha personalidad; desde los conflictos más personales de Charli hasta los momentos de festejar hasta perder el conocimiento, todo el disco es identificablemente suyo. Y tal vez eso es lo que le faltaba a un mainstream excesivamente sanitizado y comercial, ese algo que este disco tiene: algo de personalidad.
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