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Foto del escritorManuel Hevia Carballido

Crónica en directo del Festival de San Sebastián

Actualizado: hace 19 horas


Llegada al festival de cine de San Sebastián

¡Llegamos! Pocas horas después de pisar Donosti, comienzo mi festival en el Teatro Principal con el segundo largometraje de stop motion del australiano Adam Elliot: Memoir of a Snail (Perlak), ganador del Cristal a la mejor película en Annecy. Y no se me ocurre mejor forma de estrenar mi Zinemaldia 2024.

MEMORIAS DE UN CARACOL
cartel de memorias de un caracol

He llorado y he reído muchísimo con esta levemente autoficcional vida contada llena de dolor, soledad, muerte, marginación, decadencia, fanatismo, bullying, abuso o adicción, pero también de bella excentricidad y amor. Con una impresionante y muy plástica animación con poca variación cromática y un convincente doblaje de Sarah Snook o Kodi Smit McPhee, Memoir of a Snail me funciona más en su conmovedora narración en off de anécdotas llenas de un irresistible y macabro humor negro, que cuando desarrolla en profundidad ciertas escenas con obvios golpes de efectos o cuando explicita su moraleja hasta resultar forzado.


fotograma de la película memorias de un caracol

La película lidera las votaciones del Premio del Público Ciudad de Donostia, con un 8,69. Veremos si Anora, The seed of the sacred fig, Bird o All we imagine as light la superan.


votaciones del premio del público en el festival de cine de San Sebastián

publicada el 21.09.2024


EMILIA PÉREZ

La identidad trans, la violencia de género, la sororidad, el drama de los desaparecidos, el narcotráfico o la corrupción son algunos de los temas que entremezcla con soltura Emilia Pérez (Perlak), vibrante melodrama telenovelesco y musical operístico de Jacques Audiard, en el que las heterogéneas canciones y los memorables momentos musicales son tanto alegato político, como expresión de la identidad sentida frente a la del performance.



Y es que Emilia Pérez, con magnético arrojo, lo da todo en su defensa del cambio individual como motor del cambio social. Sí, hay inevitables altibajos, pero la cinta logra mantener constante la tensión del espectador gracias a la acumulación de tramas con un riesgo común: la posibilidad de la anagnórisis trágica. Pero, tras el cambio, ¿qué es lo que se reconoce? Audiard, haciendo gala de un romanticismo desaforado, deja claro que el único reconocimiento válido es el vinculado a aquel amor que conlleva la aceptación y la redención.



Karla Sofía Gascón emociona e hipnotiza, Zoe Saldaña impresiona en sus dotes vocales y coreográficas y Selena Gómez arrebata, abrazando con autoconsciencia su condición de estrella del pop y protagonizando alguna de las set pieces musicales más espectaculares y mamarrachas. Sin duda, una de las películas del festival, si no del año.


publicada el 21.09.2024

¡

EL JOCKEY

He disfrutado muchísimo la película argentina El jockey (Horizontes Latinos), de Luis Ortega, un gozoso festín de inesperados hallazgos audiovisuales con un encomiable manejo del tempo. Como su errante y cambiante protagonista (un lacónico y camaleónico Nahuel Pérez Biscayart), la cinta deambula. Entre divertidos gángsters “coenianos” y magnéticas coreografías (a cargo de unas juguetonas Mariana di Girolamo y, especialmente Úrsula Corberó); entre rítmicos montages videocliperos y conversaciones fragmentadas en primeros planos de rostros frontales y simétricos;



entre precisos usos de la steadicam que recuerdan a Kubrick y tensas y muy originales set pieces deportivas; entre juegos de palabras y fugas oníricas; entre  el western y el policiaco; entre el realismo mágico latinoamericano y el surrealismo lynchiano; entre pausas dramáticas y golpes de efecto humorístico al estilo de Kaurismäki (no se puede olvidar la gran dirección de fotografía de Timo Salminen, habitual colaborador del cineasta finlandés)... 



Todo ello para sugerir, quizás, una reflexión sobre la identidad. O sobre lo queer. O sobre nuestra capacidad para el cambio. Aún así, no hacen falta significados, pues no resulta difícil entregarse a tan subyugante, ilógico, festivo y sorprendente viaje. 



publicada el 22.09.2024


LA SUSTANCIA

The substance (Perlak), de Coralie Fargeat, es un glorioso baño de abyección como crítica feroz y antídoto ante los opresivos y misóginos cánones de belleza normativos. A través de una simple premisa de ciencia ficción (una sustancia que produce una segunda versión más joven, bella y perfecta de quien la consume), la película desarrolla una alegoría de ese patriarcado que excluye, deshecha y convierte en monstruo a cualquier persona que se aleje de un ideal cada vez más inalcanzable, y que enemista y enfrenta a las mujeres que lo sufren. 

Fargeat genera tensión, incomodidad e impacto a través de una audaz e impresionante puesta en escena con un estilo muy marcado. Los planos detalles proliferan, sea para expresar el orden o para abrumarnos por el caos que se acaba imponiendo. Ello se compone con un dinámico montaje que genera un ritmo imparable, un maquillaje memorable que da cuenta de los cambios corpóreos de la protagonista, un heterogéneo aprovechamiento de un artificioso y saturado diseño de producción o un sonido que amplifica cada mínimo ruido para convertirlo en atronador. 



La película juega con las repeticiones de la rutina para generar un marcado contraste entre el desenvolvimiento en el mundo de la protagonista y de su doble. Y aunque Demi Moore se expone hasta niveles insospechados, es Margaret Qualley, la doppelgänger de la función, la que logra hacer creíble tanto la identificación entre ambos personajes, como sus sucesivos distanciamientos. Hasta el punto en que estos sean irreparables, y a la película solo le quede entregarse a la violencia y acción más gore, festiva y catártica. 



Quedaos pendientes del blog, pues próximamente llegará una crítica más detallada de la que, por ahora, es mi película favorita del festival. 


publicada el 22.09.2024


MANIFESTACIÓN ANIMALISTA

Manifestantes animalistas protestaron delante del Kursaal ante la proyección de Tardes de soledad, del polémico Albert Serra, un documental sobre la tauromaquia. Estoy de acuerdo, no podía ser de otra manera.

publicada el 23.09.2024


CÓNCLAVE

Tras la oscarizada All quiet on the western front, el alemán Edward Berger regresa a la carrera de premios con el muy entretenido thriller Cónclave, una adaptación al pie de la letra de la novela homónima de Robert Harris (muchos de los diálogos son citas textuales y la trama y giros argumentales es idéntica), eliminando, eso sí, la claridad acerca de las motivaciones psicológicas del protagonista en favor de la concisión. A cambio, la maestra pero sobria dirección de Berger transmite al espectador la atmósfera emocional de cada secuencia. Montaje, iluminación, diseño de producción y banda sonora se alinean para dar cuenta de los recelos, ambiciones, intereses o intrigas de los personajes, ya desde el juego de miradas de la primera escena. 



Ralph Fiennes sostiene a la perfección los enfáticos primeros planos expresando su agotamiento personal y honestidad ideológica. Él es uno de los sustentos de la reflexión que la cinta esboza sobre la duda como base de la fe, sobre la existencia entre las certezas del mundo. 

Berger probablemente celebrara desde su butaca las risas de complicidad y las reacciones de sorpresa del público ante un plot twist que apunta un cambio grande en una institución tan conservadora y patriarcal como la iglesia.



publicada el 23.09.2024


EXPOSICIÓN DE ISABEL HERGUERA

¡Qué suerte poder disfrutar, en el poco tiempo libre entre proyección y proyección, de la exposición Isabel Herguera!. Retrospectiva. Para descubrir los fotogramas tras la magia del movimiento, el artificio tras las sombras, las capas superpuestas tras la imagen única. Y, especialmente, para apreciar la versatilidad y el detallismo de la directora de su película El sueño de la sultana.


publicada el 23.09.2024


THE END

Joshua Oppenheimer reincide en su interesante musical distópico The end (Sección Oficial) en temas ya presentes en su magistral y terrorífico documental The act of killing, acerca de la impunidad legal, política, histórica y mental de los torturadores y genocidas de la dictadura militar del general Sugarto en Indonesia.



Ahora, Oppenheimer recupera su exploración de la deshumanizadora banalidad del mal, de la facilidad con que se enmudece una hipotética voz humanista de la conciencia, así como nuestra relación, justificatoria y confrontativa, con los relatos y las representaciones artísticas. Y todo ello con la familia como microcosmos social paralizante en el centro. 


RUEDA DE PRENSA

En la rueda de prensa, decía Oppenheimer, con un discurso excelentemente articulado, que:


"Creo que vivimos en una sociedad, en una economía, que nos dice que debemos ser codiciosos. Se nos dice que un buen agente en una economía capitalista es aquel que intenta maximizar su propio beneficio. Y la cuna del individuo codicioso racionalmente interesado en sí mismo es la familia nuclear y se nos dice que debemos encontrar allí todo nuestro significado. Y cuando ponemos todas nuestras esperanzas en una noción de familia que se define mediante la exclusión del resto de la familia humana, y, de la misma manera, cuando nos definimos a nosotros mismos a través de nuestras naciones excluyendo a personas de otros países a quienes conscientemente empobrecemos y al mismo tiempo depender, nos colocamos voluntariamente y habitualmente todos los días en un búnker como el búnker de la familia”.


traducción libre de:  “I think we live in a society, in an economy, that tell us we should be greedy. We are told that a good agent in a capitalist economy is one trying to maximize his own profit. And the cradle of the rationally self-interested greedy individual is the nuclear family and we´re told we should find all our meaning there. And when we place all our hopes on a notion of family that´s defined through exclusion of the rest of the human family, and, likewise, when we define ourselves through our nations to the exclusion of people in others across borders whom we knowingly inmiserate and at the same time depend on, we place ourselves willingly habitually each and every day in a bunker just like the family´s bunker.”


Y seguía: “Siento que The end es una meditación sobre la narración de historias, es una película sobre cómo creamos nuestros mundos, relaciones o valores a través de las historias que contamos. Lo que significa que ninguna historia es neutral, cada historia tiene un efecto. Mis películas tratan sobre cómo ocultamos el mundo a nosotros mismos, cómo nos ocultamos a nosotros mismos, cómo inventamos y nos aferramos a excusas para aliviar nuestros arrepentimientos. Y cómo de alguna manera logramos creer esas excusas. Es decir, se trata del autoengaño y de la capacidad exclusivamente humana de mentirnos a nosotros mismos”.


traducción libre de: “I feel that The end is a meditation on storytelling, it's a film about how we create our worlds, relationships or values through the stories we tell. Which means that no story is neutral, every story has an effect. My films are about how we obscure the world from ourselves, how we obscure ourselves from ourselves, how we make up and cling to excuses to ease our regrets. And how we somehow managed to believe those excuses. Which is to say, it´s about self-deception and the uniquely human ability to lie to ourselves.” 



Preguntado sobre el recelo de ciertos autores a considerar “musicales” a sus largometrajes, respondía: The end tiene que ser un musical. Si no fuera un musical, sería una historia de ciencia ficción sombría y aterradora sobre una familia atrapada en un búnker que intenta sobrevivir sola después del fin del mundo. El hecho de que sea un musical es lo que la convierte en una película sobre el engaño y la negación”.


traducción libre de: The end has to be a musical. If it were not a musical it would be a bleak and scary science fiction story about a family trapped in a bunker trying to survive alone after the world has ended. The fact that it´s a musical is what makes it a film about delusion and denial.”


Y es que las canciones de los personajes sirven para autoconvencerse de la necesidad y grandeza de sus crímenes y de su aislamiento, pero también para desvelar un reprimido impulso solidario y una fascinación por lo extraño. George MacKay, Michael Shannon y Tilda Swinton fuerzan sus cuerdas vocales en teatrales momentos musicales donde se mueven por un cuidado diseño de producción plagado de saturantes obras de arte.



Pero ni siquiera la precisión y complejidad de los planos secuencia en que están rodadas los hacen inmersivos o espectaculares. Y quizás de eso se trate. De generar en el espectador una comprensión desde la distancia, que incite a la autocrítica. Pero la cansina repetición de los mismos conflictos en bucle durante 2 horas y media y lo aséptico de la propuesta, acaban por convertir The end en un soporífero experimento fallido, que palidece aún más al compararlo con la reciente y brillante The zone of interest.

publicada el 23.09.2024


ALL WE IMAGINE AS LIGHT 

All we imagine as light (Perlak), de Payal Kapadia, es una precioso y tierno retrato, con toques neorrealistas, de la situación contemporánea de la mujer en una Mumbai de tonos azulados. Pero también es la presentación ilusionada de una idílica y luminosa alternativa de sororidad y buenos afectos, retratada con asombrosa calidez y sensorialidad en un mágico desenlace para el recuerdo. 



Ligando lo íntimo de la frustración amorosa y la crítica social, como ya había hecho en su documental A night of knowing nothing, Kapadia contrapone dos generaciones para sugerir lo que ha cambiado y lo que sigue igual. Por el camino, nos regala, con admirable sutileza, toneladas de poesía impresionista.



publicada el 24.09.2024


C'EST PAS MOI

C´est pas moi es un extraordinario y fascinante autorretrato de Leos Carax en forma de collage godardiano, en el que se entremezclan sin respiro durante 40 minutos citas y re-montajes de su filmografía, fotografías de cineastas y películas adoradas, imágenes de archivo personales o históricas, animaciones, textos en pantalla, nostálgicas reflexiones cinéfilas… 


Un agotado y frágil Carax decía en el encuentro con el público: “El título fue lo primero. Es lo que dice un niño cuando le acusan de algo. Es a la vez un sentimiento de injusticia, si realmente no eres tú, o un sentimiento de las primeras mentiras, de inventar y de funcionar. Pero también es lo que dicen los dictadores cuando se les acusa de algo”.


traducción libre de: “The title came first. Is what a child sais when he is accused of something. Is both a feeling of injustice, if it's really not you, or a feeling of the first lies, inventing, and it works. But it's also what dictators say when they're accused of something”. 



Un título que parece remitir al problema de la representación, desde Magritte, se transforma bajo este prisma en un apunte sobre cómo la condición de enfant terrible de Carax linda con la atrocidad. Ya en la cinta, con una sinceridad desarmante, Carax se reconocía como hijo del siglo XX, después de mostrar imágenes del triunfo del nazismo. Ante esta asimilación, queda la autoconsciencia arrepentida de lo que su cine puede implicar. 


Decía, a este respecto, un embarullado Carax en Tabakalera: “Cuando entiendo que había alguien detrás de las películas [...], casi sólo había hombres detrás de las películas. Nunca he hecho una película con una mujer en el centro. [...] Me parece que el cine perdona mucho a los personajes masculinos, hay toda una historia de eso, y yo soy parte de eso, supongo”.


traducción libre de: “When I understand that there was someone behind the films [...], there were almost only men behind films. I've never made a film with a woman in the center. [...] It seems to me that cinema forgives a lot to male characters, there's a whole history of that, and I'm part of it, I guess”. 



“El cine lo perdona todo” señala una cartela de C'est pas moi. Y sin embargo, Carax parece seguir peleando por una redención imposible, que este espectador ya creía percibir en Annette, su anterior trabajo. Sin poder aceptarse, Carax se mira en el espejo y lo vuelve a decir: no soy yo. 



Nos hemos centrado en este triste punto, quizás demasiado. Pues lo mejor es que esta es solo una de las estimulantes isotopías que subyacen en un hipnótico mediometraje que se antoja inagotable. 


publicada el 25.09.2024


LA HABITACIÓN DE AL LADO

La última película que vi en Donosti fue la dinámica y enternecedora La habitación de al lado (Premio Donostia), de Pedro Almodóvar, flamante ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia, que adapta magistralmente la novela ¿Cuál es tu tormento?, de Sigrid Nunez. 


Como en la obra original, la narración central de la experiencia ante la muerte cuenta con sorprendentes quiebres, que Almodóvar hace propios. Así, en la cinta, los comentarios feministas se sustituyen por los antibelicistas; las referencias a Walter Benjamin, Aristóteles, La broma infinita, Orson Wells, Chantal Ackerman, Hitchcock, thrillers psicológicos, etc., por las que se hacen a Hopper, Joyce, Elizabeth Taylor, Keaton o los libros de ornitología; o situaciones secundarias como el realismo mágico de un gato parlante, por historias de romances en irreales flashbacks. Pero, más allá de la forma, se mantiene el núcleo temático. 

La novela se abría con una cita de la filósofa francesa Simone Weil: “La plenitud del amor al prójimo estriba simplemente en ser capaz de preguntar: ¿Cuál es tu tormento?”. Pedro Almodóvar entiende que la esencia de la obra de Nunez estaba ahí. En esa amistosa actitud de escucha comprensiva, acompañamiento sincero, empatía y cuidado (mutuo) que tal cita entraña. 


“Me encanta escucharte”, dice uno de los personajes. Y, con dulzura y elegancia, Almodóvar consigue que nos contagiemos del interés con que cada una de las protagonistas atiende a los relatos, recuerdos y reflexiones de su compañera. 



Para ello, continuando con la depuración estilística y la contención de sus últimos filmes, el cineasta manchego confía en la palabra, en los cuidados diálogos que nos descubren el mundo interior de cada personaje, en algunos casos, acompañados de irreales flashbacks. Pero también confía en la emoción transmitida por una variada y delicada banda sonora de Alberto Iglesias en los montages de transición o por las actuaciones llenas de matices de dos intérpretes en estado de gracia. Impresionante es la dignidad y la enorme volubilidad en un solo plano de Tilda Swinton ante la experiencia de su inminente muerte, así como la contradicción interna transmitida por Julianne Moore entre el temor a tal muerte y el deseo de respetar la voluntad de su amiga (ese “sufrir sin culpabilizar a otros”), resuelta en un excelente arco de personaje.



Comentaba Almodóvar en la rueda de prensa: “Hay una enorme tentación en alguien que ha sido tan barroco como yo y contando historias tan extremas, que es la contención. La contención, como estilo, para mí significa la depuración. [...] La habitación de al lado habla sobre una mujer que agoniza en un mundo agonizante. Es un tema serio, mayor, grave, casi fúnebre. [...] En esta contención también quería no caer en ningún melodramatismo o sentimentalismo”. 



El resultado de tal sobriedad es un conmovedor relato de factura impecable que termina por superar a la novela en un estimulante epílogo. Un final que refuerza el discurso político en favor de la eutanasia y que, sobre todo, llama al futuro, a la esperanza, al legado y la herencia de nuestros gestos, a nuestra pervivencia tras una muerte que vale más que una mala vida. 


publicada el 27.09.2024


LA SEMILLA DE LA HIGUERA SAGRADA

La semilla de la higuera sagrada (Perlak), del director Mohammad Rasoulof, es un grito de denuncia urgente, alto y claro. Un alegato contra el opresivo régimen de los ayatolás de Irán que condenó al propio cineasta a ocho años de cárcel bajo la premisa de que sus películas eran “ejemplos de connivencia con la intención de cometer un delito contra la seguridad del país”. 



Confiando en la fuerza explicativa de las metáforas, Rasoulof convierte el conflicto familiar en parábola de las pulsiones psicoanalíticas (con el miedo en el centro) de la paranoica represión política, en un ruinoso sistema (patriarcal) imperante que se ahoga a sí mismo. Pero también, la familia se convierte en el seno de una alegoría de la rebeldía social. Y es que, de fondo, a través de los móviles de las protagonistas, se nos muestran esperanzadoras y dolorosas imágenes de las protestas iniciadas tras la muerte de Mahsa Amini en septiembre de 2022, bajo el lema de “Mujer, vida, libertad”. 



El problema reside en que toda la potencia emocional del relato es condensada en esas imágenes, y la intriga central, reiterativa, sobre-explicada y obvia, se alarga hasta la extenuación y hasta un desenlace desconcertante. La puesta en escena feísta de colores desaturados y el confinamiento casi total de la narración a un mismo espacio, aunque atinados discursivamente, no ayudan a que el espectador reconecte con una película que gana cuando se aleja de tales códigos formales en favor de la tensión, la belleza estética o el cambio de punto de vista. Eso sí, nunca se deja de apreciar la enorme valentía de una cinta cuya función pedagógica es cumplida con creces. 


publicada el 27.09.2024


I SAW THE TV GLOW

Jane Schoenbrun nos regala con I saw the Tv glow (Zabaltegi-Tabakalera) un original, hipnótico, plástico, lynchiano y profundamente sincero coming of age que nos sumerge en la experiencia de la disforia. Fue increíble poder asistir al Conversatorio de una hora de duración con le directore, en el que desgranó alguno de los pormenores de su proceso creativo, aventuró alguna interpretación de su filme o destacó lo personal de su propuesta. 



Decía Schoenbrun de We are all going to the world´s fair, su anterior largometraje, que: “Durante años estuve obsesionado con la idea de hacer algo sobre esta comunidad de Internet y realmente no entendí lo que estaba buscando hasta muy avanzado el proceso creativo. Luego me di cuenta de que lo que estaba explorando tenía mucho que ver con mi propio género, luchas y disforia y este sentimiento de buscarse a sí mismo en línea, en la oscuridad de la pantalla. Pero no vino de ese lugar, no dije desde el principio, oh, voy a hacer una película sobre la disforia, ni siquiera sabía esta palabra cuando comencé a trabajar en esa película, y cuando se estrenó la película, había comenzado la transición y me entendí como un cineasta trans".


traducción libre de: For years, I was obsessed with the idea of making something about this internet community and I really didn't understand what I was looking for until very late in the creative process. Then I realized that what I was exploring had a lot to do with my own gender, struggles and dysphoria and this feeling of looking for yourself online, in the obscurity of the screen. But it didn't come from that place right, I didn't say from the beginning, oh, I'm gonna make a movie about dysphoria, I didn't even know this word when I started working on that film, and when the film premiered, I had started to transition and I understood myself as a trans filmmaker”. 



En cambio, desde una posición de madurez, I saw the Tv Glow se inició con plena consciencia del tema que se deseaba abordar: “Sabía que ésta era una película sobre descubrir la propia identidad y aceptar todas las formas en que lo que habías considerado como tu hogar era en realidad, en muchos sentidos, lo que te alejaba de ti mismo. [...] Existía la idea de un programa de televisión que se cancela y termina de esta manera terrible sin resolver y esa es una herida enfermiza que los personajes llevan consigo hasta el punto en que casi se siente como si el dolor y la naturaleza no resuelta de la cancelación del programa estuvieran en su propio cuerpo”.


traducción libre de: “I knew this was a film about figuring out one's identity and coming to terms with all of the ways that what you had thought of as home was actually in many ways the thing that was keeping you from yourself. [...] There was this idea of a tv show that gets canceled and ends in this unresolved terrible way and that is a sickest wound that the characters carry with them to the point where it almost feels like the pain and unresolved nature of the show cancellation is like in their own body.” 



Pronto, podréis leer una reseña más completa de esta fantástica película, así como una transcripción de algunos de los momentos más reveladores del encuentro con Schoenbrun. 


publicada el 27.09.2024



BIRD / POR DONDE PASA EL SILENCIO

“¿Es demasiado real para ti?”, preguntan Fontaines D. C. en una de las canciones que suena en el inicio de Bird (Perlak), en la que Andrea Arnold vuelve a retratar la vida en ambientes marginales.

En este caso, con una apuesta clásica que combina el realismo social y el mágico, muestra con crudeza la mirada hostil de una preadolescente al entorno de precariedad, irresponsabilidad afectiva, violencia y miseria en que se ha criado. Pero la atenta y pura observación de la protagonista -enfatizada por planos subjetivos u over the shoulders, así como por las grabaciones desde su móvil- también es capaz de rescatar la felicidad, el amor y la belleza más emocionante y genuina, que se produce incluso en los contextos más adversos. 



El epítome de esta dualidad es el fascinante personaje interpretado por un cautivador Barry Keoghan. Padre impulsivo, ausente y mandón cuya honestidad amorosa y cariño no deja de sobreponerse por encima de su egoísmo y patetismo. Contradictorio y realista, se opone al ideal encarnado por un dulce Franz Rogowski que sirve de alivio y detonante para la esperanza. 



Lo auténticamente asombroso de Bird acaba por ser que el retrato de la sordidez no impida a Arnold desarrollar una profunda empatía por todas sus criaturas. O casi todas. La excepción es un estereotípico villano (un maltratador machista) que, a ojos de Arnold y la protagonista, no merece compasión y que genera alguna de las escenas más terroríficas de la película, rodadas con una febril y tensa cámara en mano. En cualquier caso, la decisión no empaña ese tratamiento general de los humanos como seres complejos que hace que todo parezca tan real. Demasiado real como para ser contemplado con indiferencia. 



¿Es demasiado real para ti? Al ver Por donde pasa el silencio (New Directors), el debut en la dirección de Sandra Romero (a partir de un corto homónimo) y la película más aplaudida de todas cuantas pude ver en la Zinemaldia, uno tiene la pudorosa sensación de estar penetrando en la intimidad más privada de una familia real. Una en la que los conflictos cotidianos más desgastantes, impactantes y profundamente tristes se dan la mano con los momentos de sintonía y fraternidad más conmovedores y cómicos, sin que ninguno adquiera la suficiente trascendencia como para resultar decisivo o para conformar un arco narrativo y de personajes evidente. Lo que queda, es la vida, sus dolores y sus alegrías. 



Un baño de realidad que recuerda a Isaki Lacuesta y que, en palabras de Romero, lo fue también para los propios actores protagonistas (no profesionales, en el caso de dos de ellos), hermanos fuera de la ficción. “Al final no deja de ser una película de ficción, es una construcción, hay una serie de argumentos que transitamos, pero las emociones que ellos tienen son reales, y a mí me parece un acto muy generoso por su parte”. Se trata de crear secuencias ficticias basándose en las emociones propias de intérpretes que se exponen intensamente encarnando versiones semi-ficcionales de sí mismos. No cabe duda, esto afecta. Así lo mostraron unos emocionadísimos hermanos que se apoyaban, con vértigo, los unos en los otros ante la cálida acogida. Y así lo confirmaba Antonio Araque: “Estamos aquí en catarsis. Como dice Sandra, las emociones son reales. Sufríamos, claro, y eso se arrastra después. Y la película siguió mucho más adelante, con esas emociones”. Y María Araque continuaba: “Las seguimos teniendo. Ha sido durísimo”. Sí, demasiado real.

publicada el 28.09.2024


HARD TRUTHS

Ecos de la excelente Secretos y mentiras resuenan en Hard truths (Sección Oficial), el nuevo filme del ya octogenario Mike Leigh. De nuevo, dos núcleos familiares aparentemente antitéticos (el disfuncional, el modélico), pero siempre imperfectos, se encuentran en una celebración en que el choque acaba por ser inevitable. Pero si hace 30 años todo explotaba en un catártico y tenso desvelamiento de lo ocultado, ahora el tempo se pausa y se impone un incómodo y muy triste silencio, el de quienes reflexionan sobre su lugar en el mundo, sabiendo que ya han expresado demasiado.



Hasta entonces, en pantalla, un huracán. Marianne Jean-Baptiste nos regala un recital interpretativo antológico, encarnando a un personaje antipático, voceras, cargante, hipócrita, amargado, obsesivo, escrupuloso, tiquismiquis y criticón que, en sus desesperantes confrontaciones, produce irritación a la par que comicidad exagerada. La maestría de la actriz, versátil en su evolución desde el estruendo a la más sutil calma introspectiva, consiste en no dejar que la protagonista caiga en la parodia, dotándola de complejidad desde un profundo conocimiento de su pasado, sugerido pero no mostrado en la cinta. Sería una injusticia que no se llevara la Concha de Plata a la mejor interpretación protagonista.



Ante la pregunta en la rueda de prensa, de si había trabajado su personaje desde la infancia, respondía con un contundente: “Sí, sí y sí. Trabajamos los personajes de una manera muy detallada. Entonces, cuando llegamos a ensayar y filmar, hay toda una historia, hay toda una bolsa de información de cosas en las que puedes simplemente sumergirte. Cualquiera que sea la situación en la que se encuentre ese personaje, tienes las herramientas para poder actuar y reaccionar en consecuencia. [...] Ya sabes, cuando vas al supermercado y te encuentras con alguien como Pansy, quieres decirle “vete a la mierda”, piensas que esa persona debe estar loca. Pero no empiezas a decir: “oh, deben haber tenido una infancia difícil”. Nosotros no hacemos eso. Quizás si lo hiciéramos, tendríamos un poco más de compasión por esas personas. Y creo que esa es la belleza de este personaje”.


traducción libre de: “Yes, yes and yes. We work on the characters in a very detailed way. So by the time we come to rehearsing, shooting, there's a whole history, there's a whole bag of information of stuff that you can just dip into. Whatever situation that that character is put in, you have the tools to be able to act and react accordingly. [...] You know, when to go to the grocery store and you encounter somebody like Pansy, you want to say “fuck off” to them, you think that that person must be crazy. But you don't sort of start going: “oh, they must have had a difficult childhood”. We don't do that. Maybe if we did, we would have a bit more compassion for those people. And I think that's the beauty of this character.”



Pero lo arrollador de la protagonista no nos debe hacer olvidar la atención prestada a la creación de todos los personajes secundarios, contrapuntos en el viaje central. En palabras de Leigh: “Creo que sería imposible hacer un estudio significativo de Pansy de manera tridimensional y real, si de alguna manera sólo detallaras sobre ese personaje. [...] La verdad es que estoy pensando en otra película todo el tiempo, porque tengo que caminar por la calle y pienso en 10 películas, porque para mí se trata de gente real. Por eso, para mí resulta natural mirar a todos los protagonistas de la película de la misma forma tridimensional”.


traducción libre de: