Liniers llevaba tres años con Bonjour cuando Maitena lo presentó en el diario La Nación. Diez años después, Macanudo, las tiras allí publicadas (y luego compiladas y recompiladas en nueve libros), forman parte del ritual diario de personas dentro y fuera de Argentina.
Lo que aparece en Macanudo da esa sensación de imponente fragilidad que brinda la mezcla de acuarela con tinta. En sus tiras hay personajes entrañables y se percibe siempre un humor de altura, recogido por una mente inteligente: las referencias son tan abundantes como variadas. He encontrado, sin embargo, algo más valioso que todo eso; algo que se hace consciente después de una, dos, tres lecturas de esas viñetas a las que siempre volví sin saber por qué, como si de un norte coloreado se tratara. Lo verdaderamente macanudo de Macanudo es que funde personajes, referencias y temas en un reflejo descarnado pero tranquilizador de nosotros mismos. Tomando en cuenta estos elementos (personajes y líneas temáticas), me encargaré de hacer una lectura atenta, aunque breve y sin intenciones de análisis riguroso de lo que ha sido la producción más famosa (que no la única) de Ricardo Siri, Liniers.
Personajes: Lo tridimensional en plano
Al mundo macanudo entran y salen personajes con total libertad. Liniers le da el papel a todo el que se presente a la audición (así el papel sea de personaje rechazado para la tira). Están los conocidos, a los que nos alegra ver de nuevo, como a un amigo después de un tiempo. Otros permanecen allí solo por la duración de una historieta (a veces menos). Lo cierto es que son muchos y variados. Aunque, quizás (solo quizás), puedan clasificarse.
Animales
En Macanudo hay pingüinos, focas, ballenas, vicuñas, ovejas, perros (con sus pulgas), elefantes, moscas, abejas, vacas, cerdos, orugas, mariposas, pájaros, ranas, gallinas, jirafas… Una fauna tan variada que ni el Arca de Noé habría podido albergarla. Algunos de estos animales hablan, piensan, se cuestionan, cambian de apariencia, dictan cátedra de cine. Otros simplemente están allí. Se mueven, o no. Es especialmente interesante la fascinación de Liniers por los “bichos”. Por las abejas, los mosquitos, los escarabajos. Pareciera querer acercarnos a esos seres pequeños, a lo que normalmente no vemos hasta que está debajo del matamoscas.
Anónimos
Existen muchos personajes sin nombre. Se pasean por las historietas, solos, con amigos o con pareja. Está el señor muy alto que tenía muchos amigos, pero no salía nunca en las fotos, o el que afirma que nadie nunca ha soñado con un tractor. Está el que piensa que a él nunca le va a tocar encontrar a alguien (pero le toca) y el que finge tener una guitarra en los hombros porque le encanta esa canción. Algunos repiten, otros no, pero algo dejan en nuestra memoria. Si los viéramos por allí, trataríamos de recordar de dónde los conocemos.
Apellidados
Reyes, Álvarez, Mancini, Gutiérrez, Lezama… La guía telefónica se vuelca sobre Macanudo. Es la gente que anda por ahí, sintiéndose mal o bien; leyendo un libro, viendo a alguien que complica la noche, viviendo así o asá. Son nuestros apellidos, aunque no lo sean. Somos nosotros los que andamos por ahí.
Poderosamente raros o raramente poderosos
Los héroes de Macanudo son un hombre con músculos llenos de lágrimas, uno que levita y que también habla francés, un mimo que no es muy bueno y que al final tiene que hablar para explicarse y tantos otros con ‘poderes’ especiales por lo extraños.
Celebridades
Liniers no duda en usar la cara de Brad Pitt sobre un hombre, o en que el Misterioso Hombre de Negro se convierta en el actor Ricardo Darín. Y cuando no son ellos, utiliza a famosos imaginados… y a sus egos.
Personajes célebres
Que no es lo mismo que celebridades. En Macanudo se homenajea, con chistes, a diversos personajes conocidos, vengan de las artes, la mitología o la cultura popular. Está un Picasso casi omnipresente. Está Frida, está Pandora, está Clark Kent de pequeño.
Personajes recurrentes
Los de la casa, los sospechosos habituales, son tan variopintos como los demás. En esta clasificación entra desde Enriqueta, (que le hace guiños a Mafalda) hasta Z-25, el robot sensible, pasando por el Capitán Déjà Vu (Capitán Déjà Vu, Capitán Déjà Vu). Sea que nos gusten más o menos, que pensemos que encierran sabiduría o que son realmente trogloditas como Alfio, van instalándose en nuestro imaginario y en nuestros afectos.
Personificaciones
Liniers nos enseña cómo se ve una duda, una pesadilla, una inspiración o una melancolía (que no hay una sino varias). Una vez que tienen forma, aspecto definido, una vez que puede conversarse con ellas, no parecen tan aterradoras.
Conejo Liniers
A partir de un momento en la evolución de Macanudo, comenzamos a ver a un conejo que vive Las verdaderas aventuras de Liniers. Se trata de aventuras mínimamente épicas (como la lucha para no gritar un gol cuando se tiene a un bebé durmiente en los brazos). Nos muestra una ventana a su vida y un abreboca a lo que serían otras publicaciones, como Conejo de viaje o Cosas que te pasan si estás vivo.
Estos personajes actúan, interactúan, reflexionan. Están tejidos con temas y situaciones variadas que les dan, dentro de las limitaciones del papel, una cierta tridimensionalidad, como si las capas de pintura los engordaran un poco.
Temas: Cosas que te pasan (o que desearías que pasaran) si estás vivo
El universo macanudo, incluso en su riqueza, se organiza alrededor de unos centros discursivos. Sin ánimos de entrar en análisis sobre los temas profundos que subyacen, apuntaré, sin embargo, algunas de estas líneas temáticas que recorren las historietas.
Vida cotidiana y urbana
Los personajes de Macanudo viven casi todos en un entorno urbano (exceptuando, quizás a los pingüinos y a los amigos imaginarios). Muchas de las historietas giran en torno a las ‘pequeñas delicias (y tragedias)’ de la vida de todos los días. La canción que no puedes sacar de la cabeza, la desconexión que se siente con el ritmo frenético de la ciudad cuando se está comenzando la semana, el sueño con bocinas que solamente suenen en el carro de adelante. Aunque no es una en específico, el latido de la urbe se respira en Macanudo.
Cuestiones filosóficas
Animales, personas, duendes y monstruos, todos se plantean cuestiones filosóficas en un momento u otro. Se preguntan acerca del origen, la trascendencia, la realidad. Enriqueta nos recuerda, en una de las historietas, a Calderón de la Barca a través de su brevísima (y motivada por una mala calificación en matemática) disertación sobre la imposibilidad de distinguir entre sueño y vida.
Amores, desamores y afines
Los personajes de las tiras están constantemente empezando relaciones, rompiendo relaciones, viviendo relaciones. Están los recurrentes Lorenzo y Teresita, que parecen estar bien la mayoría del tiempo, aunque no siempre. Las historietas nos hacen desear situaciones así, o recordar que, efectivamente, hay momentos en los que estamos volando con una pareja y nos dejan caer sin anestesia.
Amistades, encuentros, desencuentros
Vivimos con ternura la relación entre Enriqueta, Fellini y Madariaga; nos conmovemos con el hombre que no le da un peso, pero sí un abrazo, a otro que estaba mendigando; nos entristecemos cuando el bicho que vivía en la ventana de un hombre (y que comía galletitas y que no hablaba) desaparece misteriosamente. En Macanudo las conexiones a veces se hacen… y a veces no.
Comentario y crítica acerca de la cultura contemporánea y pop
Unos hombres vestidos de traje, abrigo y con lentes de sol (un poco a lo Matrix) tratan de llevar para ‘su lado’ a uno que no cree en utilizar ropa de marca ni en comprar cosas que no necesita; cada tres años en Hollywood a alguien se le ocurre la misma película (para el beneplácito de sus colegas y superiores); el tipo de la publicidad de detergente se vuelve loco y quiere lavar a unas ovejas. Liniers está atento al mundo que lo rodea, y no vacila en utilizar la sátira para exponer lo que para él está decididamente mal.
Infancia
Martincito con su amigo imaginario Olga, pero sobre todo Enriqueta, nos dibujan otra vez lo que es (o lo que creemos que es) ser niño. Martincito porque lo vive y Enriqueta porque está viviendo su infancia de manera (casi) totalmente consciente: en una tira huele lápices de colores y en otra se angustia sobre qué libro leer, todo a partir del propósito de formar recuerdos valiosos de su niñez.
Magia, misterio e imaginación:Están los duendes, está un Fellini hablador, está el Misterioso Hombre de Negro, está Olga. Todos ellos, y tantos otros personajes, pueblan a Macanudo de algo que se entiende pero que no se puede explicar a partir de la lógica.Estas líneas discursivas, disímiles, confluyen en las historietas para dar unas respuestas, una imagen, un reflejo.
El espejo bondadoso
Con Macanudo, Liniers realiza un delicado y poderoso trabajo de construcción. Toma a sus personajes, los pone a moverse en torno a estas líneas discursivas, los mezcla con las más diversas y sutiles referencias (desde Fred Astair hasta Buda, desde el expresionismo abstracto hasta los Tamagotchi) y consolida un cuerpo de historietas que nos muestra lo que somos, sin tapujos, pero con bondad. Nos revela nuestras dudas, nuestros miedos, nuestros momentos perversos. Nos dice: está bien ser así; es normal que después de tantos años aparezcan algunas dudas; todos tenemos algo de malvados; algo de egoístas; algo de trogloditas. Acudimos a Liniers para exorcizar a nuestros propios fantasmas, para reírnos de lo idiotas que podemos llegar a ser, para calmar un poco a lo que a veces nos tortura. En Macanudo nos vemos y nos reconciliamos con nosotros mismos.
***Imágenes usadas en este artículo: 1. Detalle de pingüino ilustrado por Liniers. 2. Detalle de portada de Macanudo 9, próximo a salir a la venta. 3, 4, 5, 6. Historietas de Macanudo. Los derechos de las imágenes pertenecen a Liniers y de La editorial Común.
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