top of page

LA NACIONALIEN

Sandro Bassi


Este libro sin palabras transcurre en un momento aparentemente intrascendente en las vidas cotidianas de un grupo de seres. Decimos seres más que personas, pues el aspecto de los personajes es de alienígenas. Evidentemente, al ser una estampa de la realidad, la mayoría está comprometido con su teléfono. No ven alrededor, no se ven entre ellos. Esta virtualidad que los mantiene alejados del entorno se ve interrumpida por una interferencia. Ante ese caos virtual, las ideas comienzan a estar en riesgo de confrontación en vivo y directo. Un libro visualmente poderoso y sugerente, un trabajo de la ilustración cargado de simbolismo y posibilidades. Son pequeñas obras de arte que sirven de reclamo a las nuevas relaciones de los seres humanos con lo digital y que, irónicamente, se confronta con un año donde los lectores se acogieron a este mundo de virtualidad. Es un libro al que, de manera indirecta, le ocurre también una interferencia en su lectura. Antes de la pandemia, en donde el cuestionamiento tenía un asidero, y después, donde la virtualidad fue una manera de resistencia. Los lectores, según desde dónde se posicionen, pueden oponer sus ideas a la propuesta y generar debates interesantes sobre el cuestionamiento social al que invita el libro; pero están todos de acuerdo con que la originalidad de las secuencias, el diálogo simbólico entre las formas de sus personajes y la estética casi naturalista desde lo extraño proponen un interesante libro acerca de lo analógico, el futuro, la virtualidad y las relaciones sociales.



HE VISTO UN PÁJARO CARPINTERO

Michal Skibinski

Ilustra: Ala Bankroft

Traducen: Ewa Kataryzna Mołoniewicz y Abel Murcia


Para mejorar su caligrafía, Michal, un niño polaco de ocho años, debía llevar un registro del transcurso de su verano. Este evento ordinario se llevó a cabo durante el año 1939, poco antes de que Alemania invadiera Polonia, dando inicio a la Segunda Guerra Mundial en Europa. Este registro, aparentemente intrascendente, es una mirada poderosa de la simpleza con la que el mundo cambia de un momento a otro. Este cuaderno, el cual se registra de forma íntegra dentro del álbum, está acompañado de ilustraciones llenas de luz, color, que arropan la mirada del lector. En estas imágenes plásticas tan poderosas, las frases simples del niño cobran una fuerza inusitada. Es el lector quien, estableciendo el pacto, observa al mundo como ese niño de ocho años. De manera sencilla, evidenciando ese entorno boscoso que le da vida e inmensidad, pero que a su vez, a medida que transcurre el verano, se va haciendo opaco y peligroso. Este libro es un salto de fe, una exaltación de la creatividad y complicidad emocional para los lectores de todas las edades. Es impresionante cómo este libro sirve de antesala ideal para En algún lugar aún brilla el sol, siendo esta propuesta de rescate de la memoria judía mucho más arriesgada y original.

"Ha empezado la guerra".

Actualizado: 16 feb


SIGNS OF THE SOJOURNER


Pausa a los libros, pues existen otras posibilidades en las fronteras. Pensemos en que alejarse de casa, inevitablemente, nos cambia. Tomar la decisión de emprender un camino, de vagar intentando dar con aquello que nos hace falta, implica necesariamente sustituir nuestras comodidades por las dolorosas asperezas del encuentro con lo nuevo. ¿Cuál es la distancia que debemos recorrer antes de que todo nos parezca desconcertante?, ¿por cuánto tiempo hemos de balbucear para que las cosas comiencen a encajar?, ¿estamos realmente dispuestos a renunciar a eso que sentimos que nos define?


Signs of the Sojourner es un videojuego que, a través de un ingenioso y engañosamente simple juego de cartas, nos pone en el papel de un joven a bordo de una caravana, quien sigue los rastros de su historia familiar y la del territorio que habita, al mismo tiempo que busca encontrar bienes que mantengan a flote el pueblo en el que creció. Un juego, entonces, sobre la experiencia de viajar: sobre trayectos e itinerarios, sobre percances y golpes de suertes, sobre parajes que maravillan y espantan a partes iguales. No obstante, este no se centra en los complicados trayectos por los caminos de tierra, ni lo agudos peligros de la intemperie; en cambio, el núcleo está en las constantes conversaciones que mantenemos con los habitantes de los distintos lugares que visitamos y las relaciones afectivas que construimos con ellos.


Por esto, Signs of the Sojourner es, sobre todo, un videojuego sobre abrirse hacia el otro y dejar que este nos trastoque: tratar de entender las múltiples perspectivas que arman la vida colectiva, considerar cómo ciertas acciones inciden en nuestro desarrollo y el de quienes nos rodean, ensayar cartografías nuevas para nuestras experiencias simbólicas, considerar la posibilidad y el valor de los (des)encuentros. Quizá uno de sus mayores logros sea entender que este planteamiento debe evadir las respuestas fáciles de aquella lógica tradicional del videojuego anclada en el imperativo de“ganar”, que insistiría en satisfacer todos los logros, en conseguir ver y dominar el mundo entero.


Al contrario, este juego propone que realicemos la difícil labor de decidir cuáles son nuestras posturas inalienables, nuestras afinidades más cercanas, nuestras búsquedas más angustiosas. Hacernos la idea, pues, de que en un mundo impredecible y lleno de contradicciones acaso podemos orientarnos intentando dar con los contornos de la persona que deseamos ser. El único inconveniente es que aún no se ha traducido al español.

"Que no cunda el pánico si todo se va al demonio".


MIS LIBROS

Conversaciones

Conversaciones

postalpezlinternasinlogo_edited.png

Cultura, libros, infancia y adolescencia

Diseñado en Wix

  • Blanco Icono de Instagram
  • Blanco Icono de YouTube
  • Blanco Icono de Spotify
  • Blanca Facebook Icono
  • Twitter Icono blanco
  • Tik Tok
bottom of page