LIVES OUTGROWN
BETH GIBBONS
Géneros: folk de cámara, folk psicodélico, art rock
Accesibilidad: alta
Duración: 45 min, 51 sec
El ansiado retorno de una gran vocalista rellena el vacío de su ausencia.
“DESAPARECIDA en combate” sería una buena descripción de los últimos años de Beth Gibbons. Tras el lanzamiento de Third (2008) con Portishead, sus apariciones habían sido breves: algún sencillo por aquí, alguna colaboración por allá (destaca su contribución a Mother I Sober, de Kendrick Lamar). Por eso no es de extrañar que el lanzamiento de este disco, once años después de que se anunciara el inicio de su grabación, generase tanto revuelo.
A pesar de lo que sus fans más acérrimos podían estar esperando, aquí no encontramos ningún elemento electrónico ni de trip hop, de los que hicieron a Portishead un grupo tan famoso; no hay samples ni sintetizadores. no hay nada. En las diez canciones que forman el disco, no encontramos casi nada más que su voz (tan poderosa como hace veinte años) y guitarras acústicas, a veces acompañadas de algún que otro arreglo de cuerdas. Sólo eso es necesario para que este disco se erija como uno de los mejores del año, haciendo testamento a sus habilidades como cantautora.
Por lo general, mucho de lo experimental visto en sus discos anteriores se ha sustituido por una mayor refinación. Eso no quiere decir que haya desaparecido: Rewind y Beyond the Sun muestran sonidos mucho más oscuros, que aportan elementos de krautrock y americana respectivamente. Por lo general, encontramos canciones mucho más atmosféricas, entre las que destacan Lost Changes y Oceans, canciones luminosas que recuerdan a su disco con Rustin Man.
Pero donde destaca realmente el disco es en sus letras, en las que Beth reflexiona sobre su vida, el paso del tiempo, su envejecimiento y la muerte, siendo el elemento más pesado del disco y el que aporta una mayor oscuridad a su sonido, tal vez por la cotidianidad con los que los trata. Puede que ese sea el mensaje detrás del disco; aprovechar cada momento como si fuera el último. Puede que no volvamos a ver otro disco de Portishead, pero Beth Gibbons ha sabido rellenar el vacío que dejaron.
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