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Las marionetas vivientes de Jeremy Scott para Moschino

Actualizado: 16 feb


Quien no lo quiera ver así, es válido. Sin embargo, los desfiles de moda pueden contener narrativas mágicas, espeluznantes y a veces esperanzadoras.


En 2010 el diseñador británico Alexander McQueen nos llevaba en su último desfile a la Atlántida de Platón, con patrones naturales intervenidos con geometría sagrada y zapatos con forma de armadillo, al mejor estilo de una transformación Kafkeana.

Bota de Armadillo · Plato's Atlantis · Primavera/verano 2010 · Cuero y lentejuelas iridiscentes
Bota de Armadillo · Primavera/verano 2010

McQueen, obsesionado con la tecnología y el diseño industrial nunca llegó a ver lo que seríamos en 2020: un mundo dominado por cámaras y transmisiones en vivo, algo que le fascinaba explorar en sus desfiles. De estar vivo, seguro estaría dando shows increíbles… Quién lo sabe.


Diez años después, con una cámara y en transmisión simultánea con todo el mundo, Jeremy Scott también vuelve a contar otra gran historia desde la pasarela. Scott es otro gran provocador dentro de la moda, el americano más francés que lidera la casa de moda italiana Moschino, nos sorprendió a todos con un desfile bastante entrañable. En esta oportunidad, a causa de la pandemia, tuvo que dejar de lado el evento masivo en algún palacio de Milán, lleno de vestidos, modelos y medios por aquello de minimizar contagios.


Scott decidió asumir lo que en verdad es: un maestro titiritero a cargo de una firma de modas que no deja de ser cercana al público. Esta tendencia exploratoria de alcanzar una voz más cercana a las personas no es nueva, se pueden registrar propuestas como las de Balenciaga, quien fue de las primeras casas de moda que tuvo un boom en el mercado con una colección de zapatos que parecían calcetines. Su intención fue resaltar el "street style" o estilo de calle, nada ajeno al impacto de la cultura musical que impera en la actualidad. No es casual que Cardi B, artista del trap y el hip hop, sea una de las imágenes oficiales de la marca. Ella incorpora no solo las prendas de Balenciaga sino enunciar el nombre de la marca dentro de sus canciones, como parte de su estilo de vida. Uno de los ejemplos más sonados ocurre con el éxito del 2018 "I like it", canción que cantó junto a los también exitosos J Balvin y Bad Bunny. Esta canción fue número uno en las listas de las canciones más sonadas en Estados Unidos y el mundo. Tanto en la letra como en el vídeo, se habla de las zapatillas Balenciaga con la misma naturalidad que de las muchísimas referencias de la cultura popular latina. Para el 2019 muchas otras casas de moda, fueron imponiendo los "ugly shoes" como parte de sus colecciones y varios artistas famosos fueron incorporando esa moda en sus estilos de vida.

Antes de este boom mediático, Moschino fue realmente una de las primeras marcas en capitalizar la idea de lo mundano y lo terrenal para llevarlo a un sitial divino. Lo hace, además, retando a su propio público, al comprador de prendas de marca. Para el 2013 sacó al mercado un perfume cuyo frasco venía dentro de un oso de peluche. Este primer ejercicio estético en el mundo de la moda, elevó su propuesta en el 2015, cuando tomó la idea de una importante marca de limpiador de cristales para crear el frasco de su nueva fragancia "Fresh couture Moschino". En palabras de su diseñador Jeremy Scott, quiso:


"contraponer el lujo y la preciosidad de una esencia de alta costura con el envase más ordinario y común de los productos utilizados para la limpieza doméstica, […] creando así la máxima dicotomía entre alto y bajo, entre exclusivo y masivo".

PRIMAVERA / VERANO 2021


Durante la crisis generada a partir del COVID, el mercado de la moda también tuvo que hacer del ingenio una forma de representación. En este caso, Jeremy Scott, con hilo en mano y trabajando en miniatura, decidió seguir un poco la línea que propuso Dior al inicio del año con su campaña otoño-invierno 2020-2021.


Dior, justo antes de la crisis sanitaria, decidió presentar algunos de sus diseños exclusivos en formato miniatura, con la intención de minimizar el uso de materiales en la realización de la alta costura y dejar un mensaje de sostenibilidad y conciencia ambiental. Su intención era resaltar el trabajo artesanal, estético y manual. Enviaría estas muestras únicas a las personas interesadas, para que pudieran observar más allá de lo digital, cuál era la propuesta de este diseño. Según palabras de María Grazia Chiuri, diseñadora de Dior:


“sinceramente, la moda no es solo digital. No es algo que solo puedas ver. Hay que tocarla, hay que ver la artesanía, especialmente en alta costura”. Sin embargo, Moschino, decidió elevar esa propuesta a otro nivel: desfilar los vestidos de su colección primavera/verano 2021 en miniatura, recreando un desfile de modas sin modelos, sólo con títeres.

En este juego de simulación y teniendo en cuenta todo lo que nos hemos transformado luego del virus, es necesario aclarar que ya la frontera de los invitados de primera fila y estas marionetas no se rompió tanto. Allí inmóviles y comentando una que otra cosa vimos a los grandes editores y periodistas de la moda: Ana Wintour, Anna Dello Russo, el editor de Vogue UK, Edward Enninful; Vanessa Friedman… Todos estaban ahí y a la vez no. Con sus caras sin mucho movimiento, como en la vida real. El desfile no solo fue una oda al trabajo de Franco Moschino, con vestidos sobrios y guantes muy de los cincuenta, sin dejar a un lado las bolas, cremalleras y los corpiños al aire que introdujo Jeremy Scott al tomar el control, sino que también una muestra de inclusión con distintos tipos de muñecas y no solo las de “porcelana”.

@Annie Naranian
@Annie Naranian

Un homenaje al trabajo de los artesanos italianos que al igual que en estas muñecas, dejan sus costuras en vestidos de gran proporción. El trabajo de Jim Henson's Creature Shop logró darle ese tono un poco inquietante de los desfiles de Moschino y sumarle a la narrativa de imaginarnos un mundo mejor a través de muñecos que no se pueden contagiar y que podemos vestir al antojo.


No deja de ser una historia, una historia de moda y fantasía en medio de tanta monotonía. Y así como las modelos de McQueen en su último desfile se deslizaban por la pasarela como una suerte de figuras de cera poseídas con cierto halo de vida, en este caso las marionetas de Jeremy Scott no dejan de tener ese carácter raro, incluso perturbante al saber que algo más las controla.


De cualquier manera, hasta traje de novia hubo e incluso aplausos. La caja de curiosidades se cierra hasta la siguiente temporada.



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