
Mónica Rodriguez
Lóguez, 2021
Cecilia va con su hermana Teresa y sus padres a un albergue en la montaña. Este lugar, en donde ella hace esquí, le ha servido también para conocer a otros niños. Solo que ese espacio del recuerdo, se verá empañado el fin de semana en el que se encuentre con Mario, más que su primer amor, el primer detonante del deseo.
Escrita con la sutileza del recuerdo, Cecilia irá reconstruyendo una semana de exploración vital, en la que deja de reconocer su propia relación con lo infantil. El detonante, no sólo está en lo que le genera la cercanía de este chico, sino un disruptivo encuentro con un acto del que ella es testigo. Una situación tan comprometida como extraña, difusa, que va tomando forma a medida que avanza la trama. Y la obliga a fijar una posición inesperada, una decisión adulta.
Una novela emotiva, sensible, que va conduciendo de la mano al lector a través de una narrativa del amor y del descubrimiento personal de una niña. Y que, de repente, invoca la extrañeza, el estupor y la indignación en su vida. A pesar de esto, la novela no se torna oscura, al contrario, nunca deja de sostenerse sobre el amor, también familiar, como fuente de apoyo para el avance de sus decisiones.
"Volví a tirar de la manilla y se abrió. La noche entró en el garaje, nos rodeó, nos empujó hacia fuera, helándonos. Cerramos la puerta con suavidad y echamos a correr en medio de la nieve, en medio del silencio de la montaña y del cielo alto y negro, completamente libres, solos. Enardecidos, furiosos".
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