Cadena: NBC Creador: Michael Schur Temporada: 3
Lo complicado de considerar en estas listas a una serie cuyas temporadas empiezan a mitad de año, es que acaban también a la mitad. Entonces, uno no sabe si considera la suma de ambas temporadas o lo que viste de la anterior y parte de esta nueva. En el caso de esta comedia, da igual. Porque cada episodio tiene un efecto sorpresa que pocas veces ofrece ninguna otra serie. No sabes nunca hacía donde va la historia y, aún cuando como espectador te preocupes de que las situaciones absurdas tengan un límite, aparecen momentos como el del último episodio transmitido este año, llenos de brillantez y con una vuelta de tuerca que nuevamente nos lleva a desubicarnos. La premisa, para quienes no la conocen, es la historia de una chica que acaba de llegar a “the good place”, es decir, a un cielo alternativo tras morir. En ese lugar, aparentemente acogedor, donde tendrá una vida placentera en el “más allá” está diseñado según sus virtudes y gustos de mortal. Es decir, es todo ideal. Pero qué pasa cuando, por error, se equivocan con ella y la envían a vivir una eternidad que no es la suya: Eleanor, la divertida y natural Kristen Bell nos hace vivir esta angustia de no querer pertenecer al mal lugar y tener que hacerse por otra persona. Pero ojo, eso apenas es el arranque de la primera temporada, a estas alturas su experiencia, así como la de Chidi, Tahani y Jason, cada cuál más excéntrico y entretenido se ha sumido en una búsqueda interna por entender el método de evaluación por el que el cielo decide quién lo asiste y quién no. Todo esto, además, coordinado por Michael (interpretado maravillosamente bien por Ted Danson) un demonio, cada vez más convertido en ángel y su ayudante: Janet. Me detengo en Janet, interpretada por D’Arcy Carden (actriz que también aparece en “Barry”) porque es el mejor personaje de la serie, no sólo por la actuación que es brutal sino por la forma de adorarla y reírnos. No creo que el espectador sea el único en pensarlo, puesto a que sus creadores le han regalado un genial capítulo (el último de este año) en el que ella debe interpretarse a sí misma y a los cuatro protagonistas. Porque sí, la serie va del absurdo de vivir en medio de la vida y la muerte, del cielo y el infierno. Con mucha crítica a la sociedad actual, la burocracia y la filosofía. Esto es lo que convierte a "The good place" en una gran serie. En principio parece una comedia fácil, pero los debates filosóficos que propone, siempre desde una situación extrema y humana, terminan siendo lecciones morales que pueden aplicarse (o no) a la vida cotidiana. Y lo de la filosofía es un recurso que nace de la mano de Chidi, personaje que fue profesor de Filosofía en la Universidad, en Australia, mientras estuvo con vida; aunque intenta reeducarlos a todos los demás en la muerte, con la esperanza de salvar un poco sus almas. Sin embargo, él tiene un gran defecto: su incapacidad de tomar decisiones, por más fáciles que estas sean. Y eso le ofrece muchos matices a la serie y sus personajes: nadie es perfecto. Tahani y Jason, los otros dos grandes personajes, son arquetipos de la mujer rica y del hombre tonto. Sirve, obviamente, como instrumento del chiste fácil, pero también para colocar al espectador en una situación más compleja de su comportamiento: tienes a un demonio, a Siri, a alguien cuya moral la compra el dinero, a alguien incapaz de decidir, a una persona sin sentido común y a otra que consigue todo con malicia. ¿Cómo encaja la filosofía en todos ellos? Lo logran y con bastante humor, muchísimas situaciones absurdas, grandes giros de guion, una sólida estructura (que no sé hasta cuándo puedan sostenerla) y una divertidísima mirada de la burocracia para llegar al cielo o al infierno en tiempos de valores y lo políticamente correcto. Ver sus episodios, bastante breves pero potentes, son un momento feliz del año.
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