La Florida / Chamberí zine
- Freddy Gonçalves Da Silva

- hace 5 días
- 2 Min. de lectura

Clarice Lispector escribió: “No quiero tener la terrible limitación de que vive solo de lo que puede tener un sentido. Yo no: lo que quiero es una verdad inventada”. Pienso en esa cita al leer el fanzine La Florida/Chamberí publicado por Paloma ediciones. Dos relatos sobre la memoria, dos habitantes de cada barrio que destejen sus propias historias, pactando con un tiempo en el que ya no habitan.
En las primeras páginas hay una estampa de una Virgen y un breve relato sobre la abuela de una niña que no era la típica mujer que cocina y zurce, sino de las que lamenta con la virgen tener que cuidar a su hija y a su nieta. Seguí explorando, y descubrí a esta chica, de joven, perdida una navidad en el juego online Habbo Hotel o explorando las primeras sensaciones platónicas hacia al cantante Soto Asa. Al revisar más hojas, encontré las primeras impresiones de un chico al leer a Stephen King, de jugar a la consola Donkey Kong con los amigos o inventarse el mejor plato de cocina: el gazpacho de la madre con croquetas de jamón de la abuela dentro, la mezcla del calor y el frío, en un abrazo caótico e indigesto del afecto. Son anécdotas recogidas de dos autores que nacen y crecen en España, Alba G. Mora en el barrio de la Florida en L’Hospitalet de Llobregat y Jorge de Cascante en Chamberí.
Dividido en dos partes, cada una compuesta por 25 textos en 58 páginas. Dos portadas, dos fanzines, que coinciden en una única publicación. A esto se le suman fotos en clave de archivo histórico de sus historias.
Ambos crean una semblanza personal, un entender su vida a través de los cambios del cuerpo, la sociedad, la economía, las estructuras familiares y el tiempo; anécdotas que marcaron su juventud, y condicionaron algunas de sus formas de ver el mundo en la vida adulta. Aunque también, en las fotos personales, se interceptan las formas del hogar, la distribución de los espacios, su relación e interacción con los barrios. Enfrentamos esta “verdad inventada” con intención de reír, conmovernos o conciliar con experiencias propias. Cierras el fanzine, queriendo explorar tu relación con el alrededor.
Como dice Alba en una de sus crónicas: “Contengo la respiración, me ato bien fuerte el cinturón de la bata de estar por casa mientras una gaviota me mira desde la antena del edificio de enfrente. Podría escribir un haiku”.
Gracias a Librería Llavors por descubrírmelo.





























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