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Actualizado: 15 ago 2024


Los lectores de este blog conocen Ojos de perra azul, el podcast de Radio Mandarache que dirijo junto a Alberto Soler y que tiene esa increíble edición y dirección de arte de Fito Conesa. Sin embargo, detrás de nosotros, existen un grupo de veinte jóvenes protagonistas que componen cada episodio. Sin sus voces, seríamos incapaces de darle forma a cada idea, reflexión, propuesta creativa. De allí nace esta iniciativa de conversaciones perrunas, un espacio en el blog en donde iremos publicando breves entrevistas a cada una de sus participantes. Este podcast es una experiencia colectiva, la intención no es sólo ponerles un rostro, sino de ofrecer un contexto y ampliar su sentido de pertenencia en este proyecto.


conversación perruna 7: Isabel Martínez Martínez, 23 años

¿Quién es Isa?

¿Cómo empiezas a formar parte del Proyecto Mandarache?


Yo era lectora empedernida de siempre. Entro al instituto y en 1ro de la ESO empiezan las típicas lecturas obligatorias que tienes a lo largo del curso. Las nuestras iban cada trimestre y hacíamos intercambios con los libros de Mandarache dentro del aula. Así es como yo conozco el programa. Ese año Juan Ramón Barat gana el premio Hache y me encantó. Fui justo a su encuentro, fue maravilloso. Luego participé en algún proyecto con Mandarache. Una vez hicimos una coreografía, en 4to. de la ESO, para la gala final. Yo de por sí soy muy abierta, me gustaba mucho la literatura y aquello me parecía increíble. En aquel momento lo veía como una adolescente, me gustaba perder clases y, además, para algo de libros; pero ahora que soy educadora social, lo veo desde fuera, y pienso que es increíblemente buena estrategia. Los jóvenes no se gastan ni un euro en esos libros, es una actividad cultural, literaria, formativa, con un enfoque completamente novedoso. Ya me gustaba desde dentro pero ahora viéndolo desde otro prisma le sigo teniendo el mismo cariño al proyecto.


Es curioso que del grupo de los jóvenes más mayores del podcast, eres prácticamente la única que no formó parte de Libreta, ¿por qué no participaste en ese taller de creación?


En aquellos años no lo estaba pasando bien emocionalmente. Lo que era capaz de escribir, no era capaz de mostrarlo. Si que hubo alguna conversación con profesores, incluso con Alberto, de "preséntate a Libreta", "pruébate"; pero no, yo no era capaz de abarcar ya más. Era imposible coger más carga. Participé igual en otras de las actividades de Mandarache.


¿Y por qué le dices que sí a Ojos de perra azul?


Estaba mayor. A ver, es que siempre estuve muy a full en el proyecto. Es más, con el instituto participamos en el programa de La 2 que le hicieron a Mandarache. Les gustó a quienes lo vieron. Cuando salió la idea de hacer el podcast nos reunieron a unos cuantos chavales y entre ellos me llamaron a mí. Así empezó, en una reunión en la Concejalía de Juventud.


Hoy en día, ¿cómo le explicarías a la gente qué es Ojos de perra azul?


Para mí, es coger la esencia de Mandarache y expandirla. Transportarla a otro medio. Es que no sabes todo lo que Mandarache te remueve. No sólo conectas con los libros, sino con las dinámicas, con la importancia que tú, como joven, tienes dentro del proyecto. Ojos de perra azul son como todas esas emociones, sensaciones e ideas que genera la literatura a las personas que realmente nos gusta leer. Es un tópico, ¿no? pero vas a otros mundos. Es transportar toda esa emoción a un podcast. Abrirlo y darle cabida a más gente para que una idea que a lo mejor no se ha planteado, o que no se le pase por la cabeza, le sirva de hilo conductor para sus propias sensaciones. Al final es la esencia, poner en el centro, de protagonista, en este caso a los jóvenes pero también a los oyentes. Cada uno de nosotros aporta sus ideas, sentimientos... hablamos de temas trascendentales y todas esas cosas profundas, hermosas y hasta horrorosas. De repente lo pones en audio y ¡pum!, dejas de ser protagonista para que lo sea esa otra persona que nos escucha del otro lado del teléfono. En cada episodio editado, nosotros somos el libro.


Qué bonito eso.


Es que no sólo va de lo cultural, sino de temas comunes, porque son cosas que nos pasan a todos. Si hay libros que te llevan a experimentar sentir tal o cual cosa, el podcast es lo mismo. Al final el receptor es quien lo interpreta y quien lo proyecta después.


¿Qué ideas nuevas recomendarías para mejorar aún más el podcast?


Pienso en aquello del hábito de la lectura, que lean desde niños. Me explico. No perder esta esencia del podcast, porque creo que es importante para los jóvenes hablar de estos temas; pero aprovecharía hacer un especial con edades más tempranas, tal vez por los veinte años de Mandarache que se celebran pronto. No a nivel Ojos de perra azul es un podcast hecho por jóvenes pero muy adulto, por todo lo que te puede remover, pero sí me imagino hacer uno enfocado más a la infancia, a los niños. Conocer cómo están viendo al mundo.


Supongo que dirigido por jóvenes, ¿no?, porque ya estarías abarcando otra idea de proyecto.


Sí, sí... Y ese es otro tema: los jóvenes. Luego me da mucha rabia decirlo, pero creo que una de las esencias más importantes de este podcast, es que lo protagonicen siempre gente joven, que sean personas que estén en ese limbo entre la adolescencia y la madurez. El relevo generacional es una cosa que no se puede perder. Deben seguir insistiendo en traer más talentos nuevos de las aulas, como los que se han ido integrando en los últimos años. Es más, debería existir un coto de edad entre los 15 y los 25. Son dos momentos distintos pero en ambos, empiezas a enfrentarte a la vida, con mundos y enfoques totalmente diferentes. Es adaptarse o morir.


Y siendo una de las mayores, ¿qué crees que aportas al podcast?


Soy la última que te envía los audios.


¡Qué va! Todos creen lo mismo. No tienen ni idea... Además, eso no es un aporte.


¿Qué le aporto yo? Es muy raro de explicar. Soy una mezcla un poco extraña entre algo extravagante y lo de siempre de casa. Si me tuviera que definir, soy como una abuelita muy moderna, una abuelita lanzada. No siento ningún choque de mis ideas con algo muy progresista o moderno o diferente del día a día de la gente. Además estoy conectada a una matriz muy terrenal, tradicional, incluso antigua te diría. Creo que sé casar muy bien los dos mundos.


Extravagante, sin duda. Nos has dado los momentos más dementes del podcast: desde conectarte a un encuentro en medio de una cena con estudiantes italianos hasta conversar sobre la frontera desde un blablacar conducido por un militar que participó del debate.


¿Ves? Pues eso soy, extravagante.


Foto en el Molino Derribao, Cartagena · Imagen a la que hace alusión en la última pregunta · Verano, 2023

Acabas de explicar cómo es Isa en cuanto al podcast, pero cómo traduces eso en tu vida actual, ¿cuáles son tus aspiraciones futuras a corto y largo plazo?


Soy una persona que considera que las cosas que son buenas o bonitas, no se tienen por qué cerrar, sino que tienen que adaptarse a la vida que cambia. Un ejemplo, hay canciones, letras de cuadrillas que son super antiguas, machistas, ¡horror!; entonces yo me quedo con ese baile, su música, pero la letra ya se la pongo yo. Si el medio es bueno, solamente hay que adaptarlo. Igual que se inventó la radio y mi abuela con su abuela se sentaban y escuchaban la radio, yo ahora me siento con mi abuela y le pongo Ojos de perra azul. Mi abuela flipa con muchas cosas, pero le hace gracia escuchar eso. ¿Al final a qué se reduce eso? A una a abuela con su nieta que, a través de un producto reproducible, está pensando en algo, recibiendo estímulos que le pueden cambiar o no. Creo que mi futuro va a ir por allí.


¿Por eso estudiaste para educadora social?


Y por mi vida. Las cosas que me pasaron en la juventud. Sabía que quería trabajar con personas y aportar algo al desarrollo de la gente. Cuando apareció la educación social en mi vida, lo comprendí. Era eso lo que quería. Aunque luego tengo ciertas ideas de trabajo que, muchas veces, llega a un radio muy pequeño, por lo que creo que debo llevarlo más allá. Quiero ser una educadora social que oposite para el parlamento europeo. Creo que estar en proyectos europeos ya sea de migración, relaciones internacionales, cultura o medio ambiente, me ayudará a aportar algo más grande, que llegue a más lugares.


¿No te importaría trabajar fuera de Cartagena?


Soy una persona que quiero mucho a mis raíces, pero precisamente por como he vivido, no me siento fuera de mi casa. O sea, no siento que tenga un lugar concreto. Tengo mi zona: la casa de mi abuela, la casa de mi madre, la de mi padre, este es mi sitio en el mundo, pero yo no tengo un lugar que pueda llamar mi casa. Soy un poco itinerante en ese sentido, creo que al final mi casa es donde yo esté a gusto, donde sea yo misma desarrollándome.


Además, es que te encanta la trova... Quizás desprenderte de la idea del terruño, hace que te vincules de esa manera con la copla, que es mucho más tradicional.


Digamos que yo necesito una conexión con la tierra madre de alguna manera, pero no me importa deshojarlo, deshacerlo, completarlo. Ahora por ejemplo, yo había tenido incluso bloqueos. No leía, solo escribía para desahogarme. Habían muchas cosas que quería contar pero era muy raro... Esta es una anécdota que he contado muy poco. Empecé a leer muy pronto y mi padre me compró un libro de cuentos. Había uno que era la bruja Brunilda, que la adoro. Es una señora que vive en el bosque rodeada de animales, pendiente de que los cazadores furtivos no la liaran y haciendo tartas, o sea, me parece maravillosa. Todas las noches mi padre me leía un cuento y la bruja Brunilda. Eso fue pasando con los años y llegó un cierto día en que le dije a mi padre: "ahora te lo leo yo". Y eso tiene mucho que ver con la copla, porque yo no sabía leer, pero veía los dibujos y le contaba palabra por palabra el cuento a mi padre. Creo que de allí viene mi capacidad de retención y de imaginación.


¿Cómo relacionas tu pasión por la trova con todo este recorrido?


Vamos a ver, mi padre es el guion de la cuadrilla de la porra. El guion es la persona que trova, que canta. Mi padre estaba en la cuadrilla por tradición, por sus abuelos, amigos, gente del pueblo. Y llega un momento en que el hombre que canta estaba ya mayor y le iba diciendo a mi padre que lo sustituyera. Cuando muere, mi padre se hace cargo de eso. Desde muy pequeña iba con él. Parecido a lo del libro. Íbamos a un sitio a cantar y entonces le decía: "dale, papá, ahora yo". Lo hacía y de pronto se giraba mi padre y veía que lo que había dicho tenía sentido, coherencia, rimaba y daba en el tono. Lo que vino fue un proceso. Yo iba con mi guitarrita pequeña, queriendo cantar. Claro, yo era muy pequeña, y para el momento quizás tenía la capacidad de hacer una canción. Así que al principio mi padre me las decía al oído y yo las cantaba, que es algo que ocurre en el trovo. Con el tiempo, mi padre me las decía y yo me las aprendía en el coche y las cantaba después. Después me las escribía y las leía. Al final, las memorizaba. Hasta que llegó el punto que así, de copla en copla... cantaba, inventaba el trovo y fue cuando empecé a escribir.


¿Y ahora cómo te ves representada? Si tuvieras el poder de controlar la foto, que sería la imagen con la que todo el mundo te reconozca al buscar tu nombre en internet, ¿cómo sería?


Me gustaría que fuera en un fondo claro. En alguna playa, en la Cala de las Mulas, y no sé, que fuera una foto robada. Mi madre dice que soy muy fotogénica, pero creo que las fotos en las que mejor salgo son en las que no me he dado cuenta que me las están haciendo. Creo que sonreiría y me gustaría que fuera de cuerpo entero, por también forzarme un poco a decir "no pasa nada con tu físico y que te expongas"; pero que no sea muy posada. ¡Mira que mona! pero muy yo. Muy natural. Que no me pille posada, metiendo tripa. Y tampoco en bikini. Ni tanto ni tan calvo, como muy relax. Muy Isa en verano. Mi hermana lo define como muy fluffy, con falditas muy ahhh, o vestidos muy uhhh... ¿Te acuerdas cuando viniste al Molino Derribao, sería un poco ese tipo de ropa. Cómoda, libre.


Les comparto una décima original de Isabel. Descúbrela, léela y apóyala:

DÉCIMA:


De chavales muy despiertos,

mil ideas y emociones,

razones, contradicciones,

locuras y sentimientos;

les dejamos hoy envueltos

en una tela de tul.

Búsquenlos en el baúl

que es este libro sonoro.

Con respeto y sin decoro:

Firma “Ojos de Perra Azul”



GLOSARIO:


Proyecto Mandarache es un programa de educación lectora, fomento de la lectura y promoción de la cultura escrita dirigido a la totalidad de la población del municipio de Cartagena con especial incidencia en el público juvenil y adolescente. Creado por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Cartagena en el curso escolar 2004-2005 y dirigido por un Grupo Promotor, una asamblea ciudadana de personas voluntarias comprometidas con los objetivos del proyecto. En el marco de este proyecto se celebran dos importantes reconocimientos, Premio Hache de Literatura Juvenil y el Premio Mandarache de Jóvenes Lectores, dirigido a dos etapas distintas de la juventud, en el que participa el mayor jurado joven, y donde se celebran distintas actividades que incluye encuentros con autores.


Libreta Mandarache es un taller de creación literaria y escritura dirigido a jóvenes.

Durante cada curso escolar las personas jóvenes seleccionadas reciben clases de escritura y de literatura, así como otras nociones sobre el mundo profesional del libro y la investigación. El grupo seleccionado está compuesto cada año por jóvenes de entre 15 y 18 años que hayan participado anteriormente en los Premios Mandarache y Hache. Libreta es una acción formativa del Proyecto Mandarache de Educación Lectora junto a la Biblioteca del Museo Nacional de Arqueología Subacuática. ARQVA.


Radio Mandarache es una red de podcast en el marco de los Premios Mandarache y Hache impulsados por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Cartagena, con el principal apoyo de la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte.


Ojos de perra azul es un podcast de Radio Mandarache para reflexionar sobre leer. Situamos a quienes leen en el centro del hecho literario para investigar distintos aspectos de la lectura y la cultura del libro. Un lugar de ensoñación y encuentro. Sinestesia, abstracción e intensidad adolescente sin pudor.      

 
 

Los lectores de este blog conocen Ojos de perra azul, el podcast de Radio Mandarache que dirijo junto a Alberto Soler y que tiene esa increíble edición y dirección de arte de Fito Conesa. Sin embargo, detrás de nosotros, existen un grupo de veinte jóvenes protagonistas que componen cada episodio. Sin sus voces, seríamos incapaces de darle forma a cada idea, reflexión, propuesta creativa. De allí nace esta iniciativa de conversaciones perrunas, un espacio en el blog en donde iremos publicando breves entrevistas a cada una de sus participantes. Este podcast es una experiencia colectiva, la intención no es sólo ponerles un rostro, sino de ofrecer un contexto y ampliar su sentido de pertenencia en este proyecto.


conversación perruna 8: Jean Piher Barrios González, 17 años

¿Quién es Jean Phier?

¿Cómo te enteras tú de Mandarache?, porque en el caso de Colombia, ustedes tienen primero la relación con Leer el Caribe.


Es un story time muy curioso. Yo no iba a ir a la primera vez que me hablaron de Mandarache. Lo mío era Leer el Caribe, proyecto en el que estoy desde los diez años. O sea que tengo siete años ya participando en las obras, conociendo a los escritores.


¿Y cómo es Leer el Caribe? Explícamelo desde tu perspectiva.


Leer el Caribe lo que busca son escritores específicamente de todo el Caribe colombiano, ya sean de Barranquilla, La Guajira, o el mismo Cartagena. Han habido escritores muy interesantes de narrativa o de poesía como Roberto Burgos Cantor o Jon Jairo Junieles.

Entonces hacemos encuentros con los autores y en ese transcurrir, nos llevan a talleres de lectura o con el mismo autor o con expertos literarios. El día de la clausura, diversas instituciones llevan obras de teatro, de danza, bailes, en representación a estas obras.


Entonces qué pasó para que conocieras a Mandarache, ¿cómo se anexa esta propuesta en España a un proyecto tan local?

El cómo general, no sé, lo que te puedo contar es que en el 2022 fue cuando yo comencé a escucharlo. Sé que antes fue virtual todo el proceso, pero no participé. Me enteré por unas compañeras, son las Hugras, unas hermanitas, una se llama Hugrainny y otra Hugraisbert. Ellas también aman la poesía, el arte, la lectura. Me contaron y me pareció todo súper chévere, aunque yo estaba amargado, porque no podía escribir nada, tenía un bloqueo horrible. Nada más daba con el inicio y no podía ir para atrás ni para adelante. Hasta que un día desesperado le conté a la profe Berenys (Berenys Barrios). Ella me llevó al centro, me dijo "allí vas a conocer a un ambiente diferente y te vas a desestresar". Ese fue el primer comité Mandarache que hubo aquí. Fuimos las Hugras y mi persona. Cuando llegamos, conocimos al hermoso ser de Pablo que nos recibió de una forma tan amorosa y espectacular (se refiere a Pablo Madrid, el encargado de casi todas las fotos de las entrevistas). Allí empecé con todo este mundo. Nos sorprendimos al ver que Pablo era español. La profe nos empezó a enseñar a profundidad lo que era Mandarache mientras le enseñábamos a Pablo cómo era todo por acá en esta Cartagena de Colombia. Tomamos varias fotos en instituciones de los jóvenes con los libros. Ese día fue espectacular, mi musa llegó a mi nuevamente y hasta escribí la canción que, creo, marcó mi inició con el proyecto. Todo el proceso de escritura de la canción fue durante la caminata de ese día. Estaba intenso con ese tema. La llamé Mandarache y yo. Hay una estrofa que dice: "entre Mandarache y yo nació una historia de amor, los libros y la lectura me acompañan donde voy".


Y ese amor te trajo como parte de la delegación Colombia al primer Congreso 'Cartagenas lectoras' en España. ¿Cómo fue vivir esa experiencia del Congreso?


Es algo que literal me va a marcar toda mi vida, yo tengo que volver a vivir otro Congreso allá, es que el Mandarache hay que vivirlo. Fue un mundo totalmente diferente, sentí que me abrazaba y me arropaba, como si estuviera allí desde que nació. Nos hicieron sentir súper cómodos, y el amor que se respira es algo muy bacano. Te hace sentir que eres parte de esa familia. Y eso que al principio, cuando estábamos todos los jóvenes reunidos me daba como pena hablar y mira que yo hablo, pero se fue creando una familiaridad entre todos para poder dar mi punto de vista, escuchar al otro y sentirme identificado con ellos.


Me gusta cómo cuentas el impacto de forma emocional, pero también fue bastante exigente para ustedes a nivel de compromiso y debate.


Era estricto con los tiempos, como para prestar al cien por ciento de atención. Es como cuando eres el nuevo del colegio, y te sientas apartadito, sin querer dar tu humilde opinión. Hasta que conoces a un chico, que lleva a juntarte con otro chico, hasta que haces a un grupo de amigos y te sientes como en armonía con los demás. Eso nos ayudó bastante. Halima fue la primera que nos recibió con ese cariño. Cuando nos regresábamos Mariana y yo éramos María Magdalena los dos. La lloradera estuvo buena. Pero es que llorábamos por todos esos recuerdos que no se habían terminado de ir y ya queríamos revivir de nuevo.


¿Ves? Vuelves a lo emotivo... ¿Hubo algo más revelador para ti en cuanto a Mandarache?


Fíjate que ver a Mandarache, nos permitió ver distinto a Leer el Caribe. En Mandarache se quita esa barrera de profesor y la persona pasa a ser como un amigo más que te acompaña. En Leer el Caribe ese proceso es más formal. Por ejemplo, cuando yo te conocí, que siempre soy un estudiante todo formal y digo "profe, profe, profe para todo", tú me decías "no me digas profe, soy Freddy". Yo duré como cuatro días en asimilarlo. Es que acá todo es mucho más formal. En ese sentido se me cambió el chip, sentía un poquito más de libertad. Lo de los grupos que hicimos fue algo muy bacano. Por ejemplo eso que hiciste de que no eran permitidos adultos en la mesa, simplemente jóvenes, es algo muy chévere que en Leer el Caribe se ve poco. Es mucho más respetuoso que no estricto, y esto crea una barrera.


¿Esa confianza fue la que te llevó a participar en Ojos de perra azul?


¿Cómo te explico que todo está en ti? Tú fuiste mi Yoda. Literalmente fue gracias a ti, cuando nos empezaste a hablar de los podcasts. Antes no tenía ni la menor idea, estaba en nulo.


¿Y ahora cómo lo vives?


Es una forma de mantener esta conexión que se estaba creando con Mandarache. Aparte de seguir en contacto con las chicas y chicos de España, los de Chile. Es que hablar de los temas es muy bacano, escuchar las diferentes perspectivas de las personas. Es como una manera de dar a conocer tus pensamientos, tu ideología sobre el tema tratado.


¿Cómo explicarías qué es Ojos de perra azul?


No es la primera vez que lo trato de hacer, aquí muchas personas sienten curiosidad por el podcast. Mis amigas las Hugras, por ejemplo. Y yo les digo que es un lugar para expresarte como tú eres, sin prejuicio. Y poder expandir lo que no sabías, porque la perspectiva de otra persona te puede traer conocimientos a ti.


¿Qué aporta Jean Piher a Ojos de perra azul? Aporto un pequeño grano de arena. Les dejo algo de mi rareza. Espero que alguien que me escuche se sienta identificado. Así como me pasa a mí a veces, que escucho el podcast y a veces se me estalla la cabeza con ideas que ni me imagino. Sé que hay días en que doy respuestas medio loquitas, pero espero que a alguien le parezca cuerda mi locura.


Foto: Sofía Mesas · I Congreso Internacional 'Cartagenas lectoras" · Auditorio Batel · 11 de mayo del 2023

Hablando de cuerda locura, ahora estás estudiando Lingüística y Literatura en la Universidad, ¿qué te llevó a tomar esa decisión?


Yo no iba a estudiar esto, incluso cuando viniste a Cartagena yo estaba en ese dilema. Tuvo mucho que ver la profe Berenys, Edgar, Alberto, tú, Leer el Caribe, son muchos factores. En lo técnico, no me preocupaba, porque me gané una beca por mi puntaje, y sólo tenía que elegir cualquier carrera. Fue difícil decidir cuál. Descarté Ingeniería, luego Derecho, porque no me llenaban completamente. Puedo estudiar algo que, quizás, me genere mucho dinero, pero luego voy a llegar a los cincuenta años y me voy a poner a pensar arrepentido que no quiero trabajar más en eso, que no me satisface o nunca me llenó. Por eso decidí estudiar Literatura, es algo que me llena. Aunque cada día me vuelve más loco pero sigo motivado. Estudio esto porque quiero seguir con Mandarache, con Leer el Caribe, con propuestas de ese tipo. Seguir los pasos de mis pilares: la profe Berenys, Edgar, tú. Mis amigos me decían que podía mantenerme vinculado con el arte estudiando otra carrera, pero no es lo mismo.


Sé, por experiencia personal, que tomar esta decisión en América latina siempre suele ser bastante polémica. ¿Qué piensa tu familia al respecto?


Mi mamá me apoyó bastante. Me dijo que diera el cien por ciento de mí, que ella sabía que iba a terminar estudiando esto. Mi papá si tuvo ese sinsabor de por qué, pero después me apoyó con toda. Lo bueno es que los profesores que me están enseñando, hacen que me enamore cada vez más de la literatura. Siento que veo arte por todas partes. Ha sido una locura que me tiene feliz.


¿Y tú cómo te ves? Si tuvieras el poder de controlar la foto, que sería la imagen con la que todo el mundo te reconozca al buscar tu nombre en internet, ¿cómo sería?


Tengo dos opciones. Una foto a futuro, que le pido a Dios que ojalá me ayude para que se me de ese otro gran proyecto de vida. Y otra foto que, si fuera en este momento, ya la tuviera presente. Me gustaría que fuera una selfie en la presentación teatral que hicimos en la gala final de Mandarache, durante el Congreso. Que salga todo el público atrás, y literal yo sonriendo. Sería para mí espectacular.


¿Te gusta el reconocimiento?, ¿tiene que ver con eso la primera opción de foto?


A ver, a mí me gustaría vivir del arte y que el arte viva de mí. Tengo un gran sueño fuera de lo que estoy estudiando que es la música. Me gustaría algún día seguir ese camino, que la gente escuche lo que escribo, que disfrute las canciones, las sienta y las baile. Es algo que tengo en mente, de allí nace la otro foto que me imagino... Aquí hay un estadio en Colombia que se llama el Roberto Meléndez Metropolitano, en Barranquilla, pues mi sueño siempre ha sido un concierto allí, con una canción en especial que fue la primera que escribí.


¿Vallenato?

Sí. Una selfie con mi guitarra que es mi fiel amiga, y todo el público atrás. Ojalá algún día lo pueda tomar.


Les comparto el fragmento de una canción de Jean Piher. Descúbrelo, escúchalo y apóyalo:





GLOSARIO:


Proyecto Mandarache es un programa de educación lectora, fomento de la lectura y promoción de la cultura escrita dirigido a la totalidad de la población del municipio de Cartagena con especial incidencia en el público juvenil y adolescente. Creado por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Cartagena en el curso escolar 2004-2005 y dirigido por un Grupo Promotor, una asamblea ciudadana de personas voluntarias comprometidas con los objetivos del proyecto. En el marco de este proyecto se celebran dos importantes reconocimientos, Premio Hache de Literatura Juvenil y el Premio Mandarache de Jóvenes Lectores, dirigido a dos etapas distintas de la juventud, en el que participa el mayor jurado joven, y donde se celebran distintas actividades que incluye encuentros con autores.


Leer el Caribe busca incentivar en niños y jóvenes de instituciones educativas el interés por conocer y explorar las obras de escritores de la región del Caribe colombiano. Dentro de sus actividades se incluyen capacitaciones a docentes de lengua castellana con expertos en la obra literaria del artista invitado, jornadas de lectura y abordaje de las obras y encuentros entre estudiantes y el escritor en diferentes espacios como colegios, bibliotecas y librerías. Es una iniciativa conjunta de los Centros Culturales del Banco de la República en Cartagena, San Andrés, Riohacha, Montería, Sincelejo, Barranquilla, Santa Marta y Valledupar.


I Congreso Orillas Mandarache  es una iniciativa internacional de intercambio de experiencias educativas en torno a la lectura y la literatura contemporánea en español. La intención de esta iniciativa es estudiar su crecimiento futuro para transformar Mandarache en un modelo iberoamericano de fomento de la lectura. Esta primera edición se celebró en 2023, en Cartagena, España, y reunió también a profesorado y jóvenes de Colombia, Chile.


Radio Mandarache es una red de podcast en el marco de los Premios Mandarache y Hache impulsados por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Cartagena, con el principal apoyo de la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte.


Ojos de perra azul es un podcast de Radio Mandarache para reflexionar sobre leer. Situamos a quienes leen en el centro del hecho literario para investigar distintos aspectos de la lectura y la cultura del libro. Un lugar de ensoñación y encuentro. Sinestesia, abstracción e intensidad adolescente sin pudor.      

 
 

Actualizado: 15 ago 2024


Los lectores de este blog conocen Ojos de perra azul, el podcast de Radio Mandarache que dirijo junto a Alberto Soler y que tiene esa increíble edición y dirección de arte de Fito Conesa. Sin embargo, detrás de nosotros, existen un grupo de veinte jóvenes protagonistas que componen cada episodio. Sin sus voces, seríamos incapaces de darle forma a cada idea, reflexión, propuesta creativa. De allí nace esta iniciativa de conversaciones perrunas, un espacio en el blog en donde iremos publicando breves entrevistas a cada una de sus participantes. Este podcast es una experiencia colectiva, la intención no es sólo ponerles un rostro, sino de ofrecer un contexto y ampliar su sentido de pertenencia en este proyecto.


conversación perruna 9: Sara Madrid Jordán, 20 años

¿Quién es Sara?

¿Cómo te fuiste relacionando con el Proyecto Mandarache?


Recuerdo que en 2do de la ESO participé como lectora, simplemente. Posteriormente, en 3ro de la ESO, mi profesora de Lengua me dijo que dentro del proyecto Mandarache estaba la iniciativa de Libreta, que era un curso de escritura, que por qué no me apuntaba. Y yo en ese momento tenía 14 años. En principio, Libreta era para mayores de 15, pero aún así presenté mi candidatura y entré. Allí empecé un poco en la rueda de los premios Mandarache y seguí participando en los cursos siguientes.


¿Valió la pena participar tan joven a Libreta?, ¿cómo recuerdas esa experiencia?


Pues sí, me fue muy bien. Cuando entré, no esperaba mantener, años después, vínculos con las personas con las que estuve. Pero todo fue muy natural en ese sentido, porque justamente el profesor de Libreta, José Alcaraz, era mi profesor de Literatura en el instituto al año siguiente. Luego con Iván y Alejandro, al final seguimos en contacto. Con las actividades de Libreta, creo que aprendí bastante. José es un señor que tiene mucho conocimiento, del mundo editorial principalmente; así que me la pasé muy bien, aprendí mucho, y sobretodo me llevé gente con la cual puedo seguir discutiendo de estas cosas que nos interesan.


¿Y cuándo ocurrió el famoso corte de cabello de la Sara adolescente?


¿Cómo sabes eso? ¿Eres de la CIA?


Fue mítico. Tus profesores recuerdan mucho ese cambio radical en Sara.


En tercero de la ESO, cuando yo entré en Libreta tenía el pelo largo, y salí de allí rapada.

Siendo tan radical, ¿cómo llegaste a formar parte después de Ojos de perra azul? Lo pregunto porque ustedes grabaron una primera temporada del podcast de solo dos episodios, antes de que llegara yo... ¿Recuerdas a quién se le ocurrió la idea?


No participé en la génesis de esto, Alberto me ha llamado para esta movida y ya. Nada más.


¿Cómo explicas qué es Ojos de perra azul?


Es un espacio en el cual se pueden reunir jóvenes de las Cartagenas. Se habla de temas sobre los cuales es complicado, muchas veces, encontrar un grupo de gente relativamente grande para hablar con un poco de rigor y de seriedad, entre comillas.


Suena a como un grupo de apoyo.


Tengo otros grupos de apoyo.


¿No te parece un espacio muy intenso? Podría ser bastante más intenso, yo creo. Porque aquí realmente no hay personas con ideas muy muy radicales a nivel político y religioso. O al menos no se han dejado ver.


Ustedes son más comedidos, aunque luego me usan a mí de filtro. Menos tú, que eres directa. Por eso me pregunto, ¿por qué insistes en participar en un podcast así?


¿Sabes lo que pasa Freddy? Yo con mis amigos, constantemente, me quejo y me mantengo firme ante la idea de que hay que acabar con todos los podcasts del mundo. Es decir, esto no es una cuestión de Ojos de perra azul, yo no estoy discriminando, ni vulnerando los derechos de este podcast. De ninguna manera. Yo creo que todos los podcast deberían ser aniquilados, como especie. Una eugenesia potscastil, para limpiar internet y hacer que sea un lugar más puro y más limpio. Pero, aparte de lo que ya he dicho, si quieres puedo sacar algunas otras consideraciones positivas. Porque claramente hay podcasts que contribuyen.


¿Ves? Directa. A mí me parece impresionante esto que acabas de decir.


Hay más españoles con un podcast que españoles cotizando en la Seguridad Social. Eso se tiene que acabar, es insostenible para nuestro futuro, ¿vale, Freddy?... A mí lo que me gusta es hablar con la gente de cosas. No en plan debate, porque cuando ocurren esos clubes de debate, más que debatir, se compite por quién debate mejor y eso tampoco me interesa. Lo que me gusta del podcast es que no hay una finalidad académica de conseguir un premio. Eso es más personal, íntimo. A mí me interesa mucho más la intimidad, que lo publico.


Al menos dijiste algo positivo. ¿Crees que existe algo que se podría mejorar?


Muchas veces nos podemos perder en la parálisis del análisis. Hay algunas reuniones en las que no sabemos ir directamente al tema y nos vamos por los cerros de Úbeda.


¿Qué aporta Sara a Ojos de perra azul? A parte de intimidación, creo que algunas veces aporto, y va a sonar egocéntrico, nuevas formas de entender lo escrito, un punto de vista disidente.


¿Tú realmente te crees una persona disidente?


No. Un poco sí. Depende del día. Es como lo de creer en Dios, Freddy, ¿qué quieres que te diga? Depende de cómo me despierte. Yo nunca digo nada que sea verdadero o falso, yo hablo.


Imágenes extraídas de los encuentros telemáticos · Invierno, 2024

¡Perdón!, es que sobre lo de si soy disidente o no, se me acaba de encender la bombilla. Ahora no sé cómo lo puedes encajar, pero aparte de que me gusten las palabras, el sol y el derecho, también mi personalidad se basa en una constante crisis de escribir o no escribir sobre los libros que no he superado. Llevo con esta crisis que se prolonga de forma indefinida, y no logro salir de aquí. Es una realidad. Y me afecta mi vida diaria.


¿Por qué es una crisis? O sea, ¿cuál es la preocupación?, ¿por qué no lo haces ya directamente?


Me agobia. Dentro de mi casa hay tres vertientes. Yo he sido la representante de la ideología más radical de que los libros se subrayan con subrayador y boli. Salvo que sea un libro del siglo XIX, pero ¿me entiendes, no? Luego está mi padre que lo escribo pero a lápiz, flojito, por si acaso; y luego están mi hermana y mi hermano, que no tocan sus libros, que están siempre como recién sacaditos de la librería. Hay una serie de tensiones, yo veo los libros de mi hermana y digo woao qué limpios, pero después veo los míos y pienso que tienen cierto encanto.


O sea, que esto nos lleva mucho más atrás en tu historia personal. Eso quiere decir que tu relación con lo literario viene de casa. ¿Acaso te leían a Dostoyevski de pequeña?


No. Tampoco tanto, pero mi relación con la literatura sí viene de mi casa totalmente. De mi padre, y de mis hermanos que son mayores. Mis padres nunca me han cogido y me han dicho "lee este libro", pero tampoco nunca me han dicho "no puedes leer este libro". De hecho, es simpático, porque a lo mejor podía estar leyendo novelas muy gores o muy sexuales, pero luego si ponían una peli un poco subida de tono decían "no, mejor que no lo vea". Pero si yo estaba leyendo cosas muchísimo peores, y todo el mundo lo sabe. Además, nadie se preocupa. Pero lo gráfico impacta mucho más que lo escrito.


Es curioso que no cogieras un camino artístico o literario.


En primer lugar, me gusta mucho la literatura, pero para qué voy a estudiar una Filología y luego hacer un máster, y luego doctorarme, y luego estar toda una vida escribiendo trabajos y ganando chiquipuntos para poder ser titular, y luego catedrática, y luego ir a dar un cuatrimestre en no sé cuál universidad, en Londres, por más chiquipuntos. Esa no es una vida que quería tener, y lo sabía en bachillerato. Y todas las carreras de humanidades son eso. En general, hablo de humanidades porque es lo que más conozco; pero si te planteas ser un académico, un profesor de Química, tampoco va a ser muy distinto. Es lo mismo, que escribas trabajos y los pongan en nombre de otro. Perdería la gracia si estudiara Literatura.


Perfectamente podrías ligar tus inquietudes literarias con prácticas de Derecho (carrera que estudia) y que no tengan que ver con Sara la escritora, sino más bien una mujer curiosa que un día decidió publicar un libro.


José Alcaraz me dijo a los quince años que publicara unos poemas, y yo le dije que no.


¿Poemas?


Es lo único que escribo realmente.


¿Aún?

No.


Porque estás absolutamente entregada al Derecho.


Yo elegí la carrera sin saber si me iba a gustar o no. Como todo adolescente que se precie, he tenido mi pasado revolucionario, muy politizado y politizante. Por lo general, siempre me ha interesado cómo se gobierna la gente, por qué nos gobiernan como nos gobiernan, quiénes están decidiendo cómo nos gobiernan, etc, etc. Y al principio iba a estudiar Derecho y Relaciones internacionales. Me quedé a un par de décimas, pero no me arrepiento porque lo único que se hace en ese doble grado es estudiar constantemente el terrorismo. Entonces, para eso mejor me quedo solamente con Derecho. A finales de segundo de carrera, reafirmé que me gusta mucho esta carrera.


¿Qué te hizo llegar a esa reafirmación?


Claramente, el derecho atraviesa todas las partes de la vida, desde que nacemos hasta que morimos, incluso una vez ya muertos, incluso antes de haber nacido estamos sujetos a ciertas normas. La ha atravesado desde siempre, siempre ha habido derecho, mejor o peor implementado. Sobretodo tiene ese punto histórico, incluso literario. Hay casos prácticos o situaciones que son bastante rocambolescas o kaflkianas. Además tiene ese componente analítico y lógico, que también me gusta... con una parte de memorización con la que muchos están en contra pero que a mí no me parece malo.


Aparte de ser abogada, ¿a qué aspira Sara?


A tener una buena profesión, tener una buena notaría. Pero si no llego a eso, tampoco me voy a frustrar. A vivir tranquila, poder tener tiempo para hacer las cosas que me gustan: leer, investigar sobre lo que quiero. Y eso sería lo más parecido a la felicidad, supongo.


Si te hicieras una selfie, o una foto viral con la que todo el mundo te va a reconocer si te busca por internet, ¿cómo te gustaría que fuera?

De fiesta, pasándomela bien. Y bien guapa, con un buen modelito.





GLOSARIO:


Proyecto Mandarache es un programa de educación lectora, fomento de la lectura y promoción de la cultura escrita dirigido a la totalidad de la población del municipio de Cartagena con especial incidencia en el público juvenil y adolescente. Creado por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Cartagena en el curso escolar 2004-2005 y dirigido por un Grupo Promotor, una asamblea ciudadana de personas voluntarias comprometidas con los objetivos del proyecto. En el marco de este proyecto se celebran dos importantes reconocimientos, Premio Hache de Literatura Juvenil y el Premio Mandarache de Jóvenes Lectores, dirigido a dos etapas distintas de la juventud, en el que participa el mayor jurado joven, y donde se celebran distintas actividades que incluye encuentros con autores.


Libreta Mandarache es un taller de creación literaria y escritura dirigido a jóvenes.

Durante cada curso escolar las personas jóvenes seleccionadas reciben clases de escritura y de literatura, así como otras nociones sobre el mundo profesional del libro y la investigación. El grupo seleccionado está compuesto cada año por jóvenes de entre 15 y 18 años que hayan participado anteriormente en los Premios Mandarache y Hache. Libreta es una acción formativa del Proyecto Mandarache de Educación Lectora junto a la Biblioteca del Museo Nacional de Arqueología Subacuática. ARQVA.


Radio Mandarache es una red de podcast en el marco de los Premios Mandarache y Hache impulsados por la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Cartagena, con el principal apoyo de la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte.


Ojos de perra azul es un podcast de Radio Mandarache para reflexionar sobre leer. Situamos a quienes leen en el centro del hecho literario para investigar distintos aspectos de la lectura y la cultura del libro. Un lugar de ensoñación y encuentro. Sinestesia, abstracción e intensidad adolescente sin pudor.      

 
 

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