Actualizado: 24 jul

Este no es un poemario convencional. Es una rareza, me atravería decir que performático. Fantasmas que observan una especie de montaña, a la vez volcán, y enuncian el final del mundo e incluso del lenguaje. Son frases rotas que guardan, dentro de sí, un mensaje de crítica a la sociedad contemporánea. Y su lectura es incómoda pero fascinante, te cuestiona como lector y reta a la idea propia del género. Esto no es poesía, no es una investigación, tampoco es un ensayo. Es el lenguaje que fluctúa a través de la imagen de una montaña que puede desmoronarse (o transformarse). Así que te toca, como lector, jugar y pensar. Como dice el poemario: "la nada no se entiende / se investiga".
Y además viene una postal de estas fantasmas o parcas rodeando a la montañita, en medio de la noche, como conjurando algo y que siento que me protege. Me recuerdan siempre que habite a la nada, para pensarla.
Es un proyecto que publicó la editorial Cajón de sastre en Colombia en el 2022. Fue escrito por la filósofa Catalina Vargas Tovar e ilustrado por el artista gráfico Manuel Hernández Ruiz.