Antes de iniciar esta acostumbrada lista de veinte series del año, quiero explicar algunos puntos:
1. Esta evaluación personal, la hago puntuando de 0 a 10 diversos aspectos que considero importantes en una serie: guion, dirección, música, arte, vestuario, personajes, actuación, originalidad, estructura, inicio, desenlace, efecto sorpresa, etc. Y al final dejo 1 punto extra por si la serie me pareció entrañable o si hay algún capítulo que resalta del resto. En diciembre, hago la sumatoria y las ordeno. Esto es lo que lo hace divertido. Lo construyo así porque me gusta sorprenderme al ver los resultados. Hay veces que es obvio saber cuál será mi primera serie, pero este año, por ejemplo, es una lista muy divertida para mí (pero con la que, además, estoy de acuerdo).
2. Este año he visto 168 temporadas completas en total. Pero “The good fight” y “Will will country” son series que no he querido ver por falta de tiempo o interés, por lo tanto, no entran en lista aunque sean de las más aplaudidas del año.
3. Hubo un empate en el número 20, y decidí compartir ambas series.
4. Series que no entraron en la lista pero considero importantes resaltar:
30. Jessica Jones. 29. Maniac; 28. Estoy vivo; 27. The Terror; 26. El Miracolo; 25. Here and now; 24. Barry; 23. Glow; 23. The Americans; 22. Love; 21. Pose.
5. Manuel, uno de los chicos del club de la lectura de Pumarín Sur, no tiene redes sociales ni WhatsApp; pero mantuvo un constante ejercicio de observación sobre mis comentarios en las series. Antes de esta publicación, envío una lista de probables títulos en mi lista a mi correo. Acertó 12. Conclusión: los observo a ellos tanto como ellos me observan a mí = miedo.
6. Y mi mención especial del año, más allá de la lista, es a Paquita Salas (qué gran personaje).
PUESTO 20
THE AFFAIR
Cadena original: Showtime
Creador: Sarah Treem · Hagai Levi
Temporadas: 4
A pesar de su desastrosa temporada anterior, la serie se recompuso en esta nueva oportunidad al enfocarse en la evolución y crecimiento de sus protagonistas. Y con esto quiero decir que, aún cuando valoro mucho esta profundidad en sus personajes, hay algunas patas cojas en la temporada como la reivindicación, muchas veces forzada, de las minorías (negros y latinos) como tema a discutir en la vida cotidiana estadounidense. Esto lo señalo porque entiendo que esos temas forman parte de la agenda reivindicativa de sus creadores luego de que la actriz protagonista Ruth Wilson (Alison) desatara la polémica al denunciar a la producción por no pagarle el mismo salario que a su par, Dominic West (Noah). Es decir, no trates de colar el discurso reivindicativo sino eres capaz de hacerlo dentro de tu producción pagándole lo mismo a ella que a él. Mucho más si es ella la que te sostiene la serie y te trae los premios a casa. Entonces y a pesar de eso, ¿la incluyo en la lista? Pues sí, porque la actriz demostró ser profesional y salir por lo alto. Esta temporada, además, plantea un tema complejo, que son los duelos a los que se enfrentan las personas a finales de los treinta años y principio de los cuarenta. Personas que, con la presión de tener el tiempo en contra, deben asumir cómo cerrar sus heridas a pesar sus parejas, sus hijos, sus familias y sus amores. Son personas rotas que necesitan sanar y harán todo tipo de ensayo y error, hasta conseguirlo. No importa lo ridículo que esto pueda llegar a ser, o el pasado que debamos excavar. Resalto sobre todo el proceso de Maura Tierney (Helen) y Joshua Jackson (Cole) que, siendo los secundarios, viven con mayor intensidad esta necesidad de dejar ir la intensa huella o el amor que aún sienten por sus anteriores parejas. Para avanzar, hay que curar o liberar. Esa es la premisa. Los tres últimos episodios de la temporada son un verdadero subidón, pero es el noveno, dedicado de manera íntegra a Alison, uno de los grandes episodios del año. Es un ejercicio narrativo, como todos sus capítulos, pero con una única voz: la de Alison, que sigue atrapada en ella misma, en su incapacidad de perdonarse, y en su extraña cualidad de cometer siempre el mismo error de elegir de manera equivocada. Es un capítulo doloroso, pero hermoso al mismo tiempo. Este capítulo la reivindica como el gran pilar de la serie. Ruth, la actriz, se aprovecha para demostrar su talento y dejar atrás, quizás de la misma manera, a Alison; ninguna de las dos, respetada por el medio, pero ambas muy virtuosas en sus historias.
PUESTO 20
MOZART IN THE JUNGLE
Cadena original: Amazon
Creador: basado en el libro Mozart in the Jungle: Sex, Drugs, and Classical Music de Blair Tindall · Crean: Roman Coppola · Jason Schwartzman · Alex Timbers · Paul Weitz
Temporadas: 4
El año pasado lamenté que no estuviera en mi lista. Este año lamento su cancelación. Quizás por eso, ante el empate, decidí ponerla. Es una de las pocas comedias inteligentes, diferentes y astutas que ofrecía la pequeña pantalla. Uno de los grandes logros, en medio de esta marejada del año con el tema #MeToo (muy pocos hechos con acierto) fue usar al personaje protagónico Hailey (Lola Kirke) como una mirada atenta de cómo es el mundo de la mujer en la música clásica; regalándonos además no sólo una exploración de distintas compositoras del pasado que se le iban apareciendo en formas de espíritus (como lo hacían en las anteriores los hombres con el protagonista); sino que nos regala esa secuencia increíble en donde Hailey está dirigiendo la orquesta en vivo, para un concurso, y su alma fastidiada de estar siempre relegada como mujer, se desdobla enfadada, sabiéndose vista a través de los ojos de su amado y admirado Rodrigo (Gael García Bernal), el gran compositor del mundo de la música. Este quien, además, está en una profunda crisis con la música clásica, con las imposturas para ganar dinero, con lo que debe ofrecer a las nuevas generaciones, con la tecnología, con los espacios por explorar dentro del arte. Él necesita reinventarse, ella necesita reencontrase. Y en ese desencuentro, se desdibuja la historia de amor: ¿hasta dónde llega tu libertad creativa cuando amas a un ídolo? Sumemos esto a Japón y sus tradiciones como telón de fondo. En contra de la temporada señalo que algunas historias secundarias fueron circunstanciales, siendo ellos también personajes importantes en la serie; así como sentí un tanto irreal, los encuentros con los creadores del robot compositor en Japón. Aunque el final de la temporada fue abierto, podemos quedarnos con este desenlace como parte de la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, cuestiono la decisión de Amazon que, se rumorea, la canceló para poder financiar la innecesaria serie de El señor de los anillos que tienen en producción. Junto a esta, también canceló varios de sus productos más originales como One Mississippi, I love Dick. Esta abrupta despedida, es de las que se lamentan.
PUESTO 19
THE MIDDLE
Cadena original: ABC
Creador: Eileen Heisler · DeAnn Heline
Temporadas: 9
No es fácil mantener una comedia durante nueve años en el aire. Más cuando no tienes el apoyo mediático de Modern Family, The Big Bang Theory o de otras grandes. Para The Middle supuso estar en la pantalla de forma discreta pero aplaudible. Sus personajes, arquetípicos totalmente, pero capaces de burlarse de sus propias incapacidades como seres sociales, mantuvieron su coherencia(y unas representativas actuaciones) a pesar de que el 70 % de los actores crecieron de niños a adultos. Estos cambios sirvieron para el avance de los personajes de forma natural, sin atentar contra su calidad. Quizás por eso, esta última temporada les permitió algo que cada vez a menos series les queda: un final digno. Durante los 24 episodios que duró esta última temporada (ninguno de relleno), supieron sacarles provecho a todos los gags, historias constantes, personajes circunstanciales y darle a todo un cierre. No me refiero al punto final, sino un apartado para entender que la historia avanzaba a otros lugares. Cada uno de sus protagonistas, además, tuvo su momento de brillo. La inconexa historia de amor de Sue y Sean, más que mantener en vilo a la audiencia, dio un largo juego para desencadenar otros enredos que ayudaban a la evolución de Brick, Axl y el resto de la familia. En esta temporada, además, resaltaron algo que siempre dimos por hecho con los Heck: el amor que se tenían como familia a pesar del desastre que eran. Por eso, los acercamientos entre Brick y Axl ante la despedida del hermano mayor, lograban explorar esos espacios de afecto discretos disfrazados de humor. Escenas como las de los hermanos durmiendo dentro del carro; o el capítulo en que Sue tiene una entrevista de trabajo por Skype mientras el resto de la familia intenta sacar un murciélago de la casa; permiten un desenfado que habla más del trabajo en familia, sin importar el tamaño de su locura. Esta serie no tendrá el cuidado estético de muchas otras que están en la lista; pero son pocas que mantienen coherencia en su guion, destilan una estructura sólida, una verdad en sus emociones y acciones, y que nos regala la, cada vez más difícil posibilidad, de ver 24 episodios sin sentir que nos están quitando el tiempo. Todos se sostienen en su historia. También es cierto que, no es lo mismo, sino has visto la serie con anterioridad. Si estás encariñado a la familia Heck, esto será un placer. Esta temporada dio pie a muchas risas, pero también a entenderse dentro de un marco familiar sin presiones; desde un entorno sincero, torpe pero lleno de afecto.
PUESTO 18
TRUST
Cadena: FX Creador: Simon Beaufoy Temporadas: 1
Miniserie inspirada en los hechos reales que envolvieron al aparatoso secuestro de John Paul Getty III. Estridente, glamorosa, con un gran reparto y una banda sonora increíble. Tanto la fotografía, como la forma de contarse (los capítulos del personaje de Brendan Fraser cambian de narrador, y le hace un arqueo histórico sin reservas directo al espectador). Sin embargo, la gran virtud de la serie recae en el gran Donald Sutherland interpretando al inescrupuloso, excéntrico y avaro J. Paul Getty, quien nunca deja de sorprenderte no sólo en maldad, sino en astucia, y en la frialdad con la que maneja el secuestro de su nieto. La misma frialdad, quizás, con la que J. Paul Getty III ingena su propio secuestro, acabando en un laberinto escabroso cuya única salida es el dinero o la muerte. Este nieto, interpretado por Harris Dickinson, es quizás uno de los grandes fuertes de la serie. Es su simpatía constante, su aparente ingenuidad y el miedo, lo que hacen que mantengas en vilo. Es una lucha constante con el instinto del dinero, con las ansías de poder, con hacer un pulso constante con el patrimonio y el valor humano. ¿Es que acaso valemos algo?. Entre sus contras está que, a veces, la siento algo inconexa, con personajes secundarios que van perdiendo vigor e intención, y con un par de capítulos (ya de por sí son muy largos) que sobran y le restan al ritmo de la temporada entera.
PUESTO 17
FARIÑA
Cadena: Atresmedia · Antena 3 Creador: Basado en el libro Fariña de Nacho Carretero. Crean: Ramón Campos, Gema R. Neira, Cristóbal Garrido y Diego Sotelo. Temporada:1
No se puede negar que, como producción, Fariña es una de las series españolas más mimada del año. Además con un tino que difícilmente podía predecir ninguna agencia de marketing; puesto que, como primer empujón, la serie contó con la decisión del secuestro cautelar del libro en el que estaba inspirada. En lo personal, pensé que en mi lista iba a entrar “El día de mañana” como parte de la oferta española, pero mi sorpresa me trajo a esta porque realmente tiene un trabajo de fotografía, dirección, actuación, música, vestuario y guion, bastante destacable. La serie ofrece un entendimiento del negocio del narcotráfico desde varios puntos de vistas (mucho más complejos y mejor logrados que en Narcos). Se adentran no sólo en el fenómeno social sino en el individual, en donde se incluye la tradición familiar como eje central de la serie. A diferencia de “Trust”, en este caso el dinero no reniega familia, y menos si llegan a correr peligro: ellos son la prioridad, pero también el motor del negocio y el obstáculo. Esta ficción, además, ofrece unos contrastes interesantes. Por ejemplo, la construcción del personaje de Carmen Avendaño, daba equilibrio a los personajes de los narcotraficantes. Su protesta social y su lucha por el bienestar de sus hijos, quienes empezaban a engancharse a la coca, logró llevar la perspectiva de una realidad más integral, sin ser sólo los narcos quienes tienen la voz de la serie. De hecho, leer sobre la vida de esta mujer, aún con vida, sigue siendo interesante por su apuesta al bien común. En contra: los capítulos, muchas veces, son innecesariamente largos; y no todas las actuaciones están igual de balanceadas. Por otra parte, mucho más desde lo subjetivo, estoy bastante aburrido del tema del narcotráfico; aunque asumo que, en este punto, hay varios valores agregados: los efectos secundarios que traen la droga a una sociedad, e incluso grandes momentos como la compañía de luz haciendo apagones como formas de señal para el desembarco de la coca. Es decir, que nadie se salva, y eso permite otras caras de la historia.
PUESTO 16
THE HAUNTING OF HILL HOUSE
Cadena: Netflix Creadores: Basado en el libro The Haunting of Hill House de Shirley Jackson. Crean: Mike Flanagan Temporada: 1
La vi desde el prejuicio. Y es que Netflix, por más que lo intenta, no termina de dar con la gran serie que la distinga. Lo produce todo a ver qué destaca. Vamos a sumarle, además, que se trata de una serie de terror, un género que me interesa poco. A pesar de la duración de los capítulos (un mal de este año), que lo hacía a veces muy pesado e innecesariamente interminables, pudimos encontrar una historia que no sólo iba de fantasmas, de una casa maldita, y de una familia desprotegida a pesar del tiempo. La serie, en el fondo, construye toda una alegoría al duelo no superado de la familia Crain. Cada uno de los miembros de la familia, a su manera, intenta sobrellevar los hechos del pasado que hicieron tambalear las columnas desde donde se fundaba su hogar. Y digo hogar porque, por un lado, está la casa en la que habitaron durante un verano de su infancia, con intención de remodelarla y venderla (y a la que temen volver); y por otro lado está el hogar que, como familia, habían tratado de consolidar los cinco hermanos y sus padres. O sea que es un dramón, pero un entorno bastante terrorífico. Las actuaciones, todas al mismo nivel, pero sin brillar, permiten un equilibrio en el suspenso sobre el que vamos develando tanto el pasado y el presente. Ambas líneas temporales, incluso, llegan a estar en contacto para descifrar los misterios de la casa y el dolor de sus habitantes. El efecto de sorpresa nunca deja de estar presente dentro de la historia, al igual que los golpes de terror que asustan a los espectadores más miedosos. Eso ayuda a mantenerte en toda la temporada, pues cada revelación parece calzar perfectamente como un puzzle, pero abriendo más intrigas (por ejemplo, ese maravillo final de episodio en el que Eleanor y el espectador devela el misterio de la mujer del cuello roto; o cuando descubrimos qué hay en la habitación de la puerta roja). Al final, todas las piezas estarán encajadas sobre el tablero, y uno agradecerá en entender cada uno de los acontecimientos que ocurren y por qué ese desenlace; pues nada parece estar en vano puesto en escena. Aplaudo el episodio 6, realizado con cinco planos secuencias, porque es muy complicado llevar a cabo en único plano situaciones como: la aparición de fantasmas, el pasado y el presente de la historia, el recuerdo de los personajes en la infancia, más sus propios dramas personales. Es un buen ejercicio creativo, y un deleite para el espectador. Aparte de la duración de los episodios, resentí una sensación artificial en sus personajes, y una prolongación algo amelcochada del final cuando el padre de la familia habla con su mujer para explicarnos, en un paso a paso, los cabos que nos faltaban por atar.
PUESTO 15
UNBREAKABLE KIMMY SCHDMIT
Cadena: Netflix Creador: Tina Fey · Robert Carlock Temporadas: 4
Así como hablé en la foto anterior de Netflix y la producción excesiva de series, creo que con Unbreakable... pasa lo contrario: es su caballito de Troya. Ellos saben que Tina Fey la supo jugar bien después de varios éxitos en la televisión abierta. Tanto así que, ante el inminente final de la serie, dividieron esta temporada final en dos para poder sacarle mayor provecho. Su cuarta temporada (la penúltima) consta solo de seis episodios y fue tan absurda como crítica e hilarante. Volvemos a los personajes de siempre (que sus fanáticos amamos) para cuestionar, desde el humor más ácido, los temas de la contemporaneidad estadounidense. Solo que, a diferencia de The Affair (donde lo hicieron mal), aquí provocaron con estos tema al extremo. Entonces, el #MeToo de Tina Fey resultó ser una crítica mordaz, dura y letal contra el feminismo como “moda”. Y lean bien, resalta que se trata peligrosamente de una moda, y que no hay una reflexión profunda del tema. Lo hace sin desligarse de su historia, de la necesidad de Kimmy por adaptarse a esta nueva sociedad tan ajena a la de los noventa en el que la encerraron en el búnker (ahora es jefa y, sin querer, acosadora sexual; pero también escritora, actriz en una obra escolar y adicta a plataformas que, como Netflix, no dejan de crear contenidos). Porque eso tiene Kimmy, que se burla incluso de la plataforma que la produce. No hay condescendencia con nada ni con nadie. Resalta el episodio tres: “Party Monster: Scratching The Surface” en el que, a través de un falso documental de dicha plataforma, se cuenta el éxito de un dj y su decisión de casarse. En este documental se le revela a Kimmy y al público, algunos secretos de su secuestrador: Richard Wayne, interpretado por el siempre divertido Jon Hamm. Pues sí, la serie sólo tienen seis episodios y hacen un episodio entero dedicado a un personaje inventado que inicia la búsqueda de Richard; quien en el pasado también fue dj. Porque Jon Hamm lo vale (como diría mi amiga Ariana Basciani Fernández), y porque la serie cuenta lo que necesita contar sin ataduras en su estructura. Esta libertad creativa es lo que hace que siempre nos sorprendan. Sin embargo, a veces tanto desenfado, desborde y situaciones límites que no siempre son chistosas. El absurdo a veces también hay que dosificarlo.
PUESTO 14
COUNTERPART
Cadena: Starz Creadores:Justin Marks Temporada: 1
Mucha gente se desvive por Altered Carbon o Westworld (incluso el año pasado estuvo en mi lista, pero este año fue un menudo desastre). Así que, si quieren complejidad, entren al mundo de Howard Silk interpretado por el maravilloso J. K. Simmons. La premisa es, en principio, un día común en la vida de cualquiera ser humano promedio: problemas, una vida gris, el amor en vilo (en este caso una mujer en coma), y un trabajo burocrático. Muy kafkiano el tema. Hasta que descubres que, en esa agencia donde trabajas, hay una especie de portal a otra dimensión. El otro lado, pero no el de Stranger Things. Es un lado distinto en donde él, o su otro él, Howard Prime, es un espía bastante audaz e interesante. Es como enfrentarte a tu lado más cool en el espejo, pero en la vida real. Súmale a esto Berlín, espías, burocracia y ciencia ficción. Porque esos dos mundos alternativos se crearon tras la caída del muro. Es una historia de espías clásica, pero duplicados, y estos personajes dobles pueden llegar a confundirte como espectador de dónde estás o quién son, y te van llevando de la mano a un constante vértigo de acción muy emocionante. Esta serie, eso sí, la vi con mucha calma y tiempo de distancia entre sus capítulos, porque era difícil seguirle el ritmo sin fatigarme. Eso sí, al retomar un episodio toca repensar como espectador en dónde quedó la doble vida de los agentes. Lo más interesante de todo es que, aún y cuando estás sumergido en entender este vasto universo, no dejan de tocar el tema de la identidad y del quiénes somos.
PUESTO 13
THE DEUCE
Cadena: HBO Creadores: George Pelecanos · David Simon Temporada: 2
Debo confesar que esta fue una de las series que me enganchó este año y la vi de forma episódica, no de un tirón. A diferencia del año pasado que, aunque estuvo en mi lista mucho más abajo, me costó entrarle. En este caso creo que, teniendo el universo de personajes tan claros, su evolución es un recorrido de más fácil seguimiento. Además de colocar los focos donde siempre debieron ir: sobre los personajes femeninos. Candy, por ejemplo, interpretado magistralmente por Maggie Gyllenhaal se inicia en la producción del cine porno apostando por una mirada menos masculina, y más vinculada al sexo como sensación y no como acción. Este tránsito nos invita a verla negociar, pactar, ocultar, tanto a sus socios como a su hijo, con todas las consecuencias que esto pueda atraer. Ella quiere triunfar, y se inicia en la producción de la película sobre Caperucita Roja (en donde, como si no fuera poco, introduce a un actor negro para hacer de lobo). En contraposición está Darlene, interpretada por Dominique Fishback, quien a pesar de estar en el mundo del porno y la prostitución, busca la manera de enfrentarse a una vida más “normal” laboralmente y alcanzando su sueño de estudiar. Ella, a diferencia de Candy, no quiere vivir de ello. O una Abigail (Margarita Levieva) que busca la manera de acercar a las prostitutas a la salud pública, a pesar de sus proxenetas. Pero en el centro, como si mantuviera en vilo la balanza, está Lori (Emily Meade), quien se va haciendo exitosa como actriz porno a pesar de tener a un proxeneta que se cree su dueño. Este personaje es vital (el de Lori) para entender la gama que nos presenta la serie, porque es en ella en la que vemos los rasgos de un maltrato constante a su identidad como individuo y como mujer al ser una prostituta. Es ella quien, para finalizar, nos regala una de las mejores escenas de la temporada y de este año: es un estallido emocional tan hermoso, casi un desahogo incluso para los que hemos estado siguiendo su evolución. Vamos a sumarle a esto, una realidad siempre latente, que golpea al espectador, asfixiante pero a su vez, distraída, y plagada de la doble moral. En su contra, algunos cabos sueltos y desdibujar algunos de los personajes secundarios que, en la primera temporada, tuvieron bastante peso. El colocar el foco en las mujeres, aunque les quedó muy bien hecho, apostaba a una necesidad del mercado; o eso me hacía sospechar al ver cómo los demás personajes iban disminuyéndose ante el paso de ellas.
PUESTO 12
ATLANTA
Cadena: FX Creador: Donald Glover Temporada: 2
Así como en la temporada pasada me costó mucho verla, en esta segunda pacté muy rápidamente con su humor. Y es que, para ver Atlanta necesitas mucho sentido del humor (a veces bastante ácido). Pero además una capacidad de encontrar en esos espacios de distracción, la dura crítica constante que hacen a la mirada alrededor de los negros en la actualidad. O al menos de un grupo particular de negros ligados con el mundo del rap (porque hay otras miradas sobre lo racial, más distraída, ligera o complaciente, en series como "Black-ish", "Dear white people" o "Insecure" ). Sin embargo, a pesar de ser la música el eje que los une, sus personajes debaten temas más relacionados con la familia, los vínculos, la pobreza, la riqueza y la lealtad. Esta temporada coloca sus focos sobre el personaje de Paper Boi, interpretado por Bryan Tyree Henry, un cantante que es reconocido con más fuerza en el mundo de la música aunque sigue viviendo como un ser humano normal, sin la fama que le precede. Es decir, que le pueden robar como a cualquier persona de su barrio, sin importar el título de Paper Boi; y este ascenso a la fama es una constante reflexión que lo va llevando a entender cuál es el rol de su primo: Earn, interpretado por su creador Donald Glover, como su representante artístico. Earn, por su lado, siempre ha hecho este trabajo por necesidad, para no decepcionar a la madre de su hija, y por encontrar una forma de salir adelante sin ser un trabajo “normal”. Por eso también intenta descubrir cómo ser un mejor representante, tomando muy malas decisiones en el camino. Esta temporada goza con grandes momentos: el descenso a los infiernos de Paper Boi; el capítulo de la pijamada, con el absurdo baile de los novatos desnudos de la fraternidad; el intento de Paper Boi por cortarse el cabello con su barbero de siempre, un gran tramposo, que lo termina llevando por toda la ciudad; la decisión final de Earn en el aeropuerto; o el gran y divertido capítulo “Champagne Papi” donde las mujeres van a la casa del cantante Drake a una fiesta, con toda la intención de conocerlo. Sin embargo, uno de los grandes capítulos del año, fue el 2x06, “Whatever Happened to Teddy Perkins”, en el que el personaje de Darius va en búsqueda de un piano con teclas de colores que están regalando gratis. Al recogerlo, entra a una casa misteriosa y espeluznante en compañía de Teddy Perkins, un hombre con una cara deforme y hermano de Benny Hope, aclamado pianista que tocaba jazz hasta que tuvo una enfermedad en la piel. El capítulo, digno del horror y el miedo, cambia el formato (es que no hay posibilidad de risa, más allá de burlarte de lo absurdo de la situación, como lo hacen en la llamada de Darius con sus amigos y que es, para el espectador, una válvula de escape). En este episodio, además, se reflexiona sobre el estatus de la música, sobre algunas grandes figuras, sus composiciones y traumas; pero también evidencia cómo se posiciona la música en la actualidad: la gente solo busca divertirse. Es un gran ejercicio crítico, arriesgado por demás, pero con un buen resultado. Atlanta es una comedia inteligente, a veces compleja, y muy radical en los temas que quiere abordar. Con el humor es complejo recomendar, pues no todos los espectadores tienen la misma forma de divertirse y más cuando hay crítica social de por medio. Un solo pero: es cierto que hay capítulos (y situaciones) mejores logrados y resueltas que otras.
PUESTO 11
HOMECOMING
Cadena: Amazon Creador: Eli Horowitz · Micah Bloomberg (inspirado en un podcast de los mismos creadores con el mismo título) Temporada: 1
¿Julia Roberts protagonizando una serie? Bostezas seguramente. Pero déjate sorprender, que vale la pena. Creo que mi primer impacto fue la duración de sus episodios: 30 minutos y algunos, con menos tiempo. Dirán que insisto mucho en el tiempo que se invierte en los episodios, pero es que creo que en la actualidad hay el vicio del relleno. Entonces, que una serie con una gran actriz se sepa a sí misma capaz de contarse en ese tiempo, genera confianza. Pues bien, les presento: Homecoming es un centro de rehabilitación para militares que regresan de la guerra. Es decir, al volver, ellos entran a este edificio donde dormirán, comerán, compartirán con otros compañeros, y harán ejercicios relacionados con la reinserción social. Un ejemplo: ¿cómo pueden conseguir un empleo?, ¿o cómo enfrentar al trauma de la guerra para volver junto a sus familias?, etc. Un factor importante es que el centro es dirigido por el Estado, y es un espacio secreto. Julia Roberts, quien interpreta a Heidi Bergman, es una de las trabajadoras del lugar; una especie de terapeuta que va llevando los procesos de evolución de las personas que asisten de manera voluntaria al programa. Sin embargo, ella se va implicando más de la cuenta con uno de los pacientes: Walter Cruz, interpretado por Stephan James. Cada vez que ambos están en escena, se siente la tensión. Es un gran logro no sólo actoral, sino también del guion: las conversaciones, cotidianas, fluyen de manera bastante natural y despiertan el interés del espectador hacia donde se dirige esta relación. Es todo muy psicológico. Pero ya va, esperen, que de repente la pantalla cambia de formato. Sigue siendo el año 2018. No es que de repente se haya dañado el televisor o la computadora, es que en la pantalla la imagen se ve cuadrada y el personaje de Heidi es camarera en un café. Está bastante amargada. Y es abordada por el investigador Thomas Carrasco, quien trata de investigar por qué el día en que Walter Cruz salió de Homecoming, ella renunció al lugar. Pero Heidi no sabe de lo que habla o, mejor dicho, prefiere no recordar lo que pasó. A dos tiempos, con una gran dirección y fotografía, vamos develando como espectador lo que ocurrió con Walter Cruz y de qué se trata realmente Homecoming. Es apasionante, aún y cuando falla en lo predecible. Lo que me causaba rechazo es la representación del departamento de seguridad de los Estados Unidos a partir del personaje del supervisor de Heidi, Colin Belfast (interpretado por Bobby Cannavale). A pesar de que era una gran crítica verlo en sus asuntos personales y familiares, ignorando la realidad, resaltando el poco interés que generan los soldados a la vuelta; el personaje era bastante acartonado e irreal. De la misma manera, el universo que rodeaba a estos cuatro personajes: Heidi, Walter, Colin y Thomas; fueron más una excusa para entender la situación en la que estaban los personajes. Sobre todo, en el caso de Heidi, a quien vemos en el pasado y el presente, y buscamos entenderla. Es una serie que lucha por no ser muy gringa pero que, al final, es bastante gringa pero no deja de ser muy buena (y muy recomendable).
PUESTO 10
AMERICAN CRIME STORY: THE ASSASSINATION OF GIANNI VERSACE
Cadena: FX Creador: Scott Alexander · Larry Karaszewski Temporada: 2
Hablé mucho de esta serie en su momento. Porque tenía todas las papeletas para ser un desastre. Sólo imaginemos a Ricky Martin llorando sobre el cuerpo de Versace: muy pop pero un panorama de culebrón. Pues resulta que no fue así, por el contrario, quizás es la serie menos dispersa de la productora de Ryan Murphy este año (de la mano con “Pose” que, informo, no entró en la lista por poco y que aunque me gustara mucho por sus personajes y su carácter subversivo, también era de un rosa pastel tremendo). Pero volvamos a Versace. Si bien “nuestro” (como nos gusta decirle los venezolanos a los compatriotas famosos) Edgar Ramírez logró una buena interpretación del diseñador y Penélope Cruz, alcanzó una sobresaliente Donatella Versace; todos sabemos que el mérito lo tiene de forma completa Darren Criss en su interpretación del asesino Andrew Cunanan. Fue tan contundente que la gente ya lo llama por su nombre y no como aquel chico de Glee. Él es la serie. Andrew y sus cambios de humor. El asesino y sus contradicciones. El chico necesitado de atención, de reconocimiento, de lujos. El homosexual perdido en su propia telaraña del éxito en una época y en un entorno tan complejo: Florida. A través de una mirada absolutamente crítica hacia el “sueño americano”, el espectador ve el reflejo de una sociedad rota. Pero el logro es que no lo construye desde la empatía: los espectadores odian a Cunanan y no porque amen a Versace, al contrario, es porque Cunanan es detestable como ser humano. Y es aquí, donde la serie tiene otro filón increíble, pensar si el público lo odia por asesino, por mentiroso o por homosexual. Es un reto a la tolerancia. En un año donde se han hecho muchos personajes, series o episodios reivindicativos con las mujeres o la diversidad sexual (pues lo de la comunidad negra, lleva tiempo haciéndose); los creadores de la serie logran meter realmente el dedo en la llaga sin contemplaciones. Ellos no quieren ser siempre reivindicativos, ni reducen a Andrew a ser gay (aunque su circunstancia evidentemente sea vital para entenderlo), quieren ahondar en la profundidad de un personaje complejo desde su humanidad, sin etiquetas. A ver si el espectador también está en el nivel de poder entenderlo. Andrew Cunanan es uno de los personajes del año (hay otros personajes del año, que no necesariamente están en las series de esta lista). Queda aún más evidente en la representación de Marilyn Miglin, personaje que interpreta la gran Judith Light. Porque habla de la misma necesidad por salir adelante en este medio hostil, pero de cara a la mujer, y siendo una esposa amorosa. Doblegada también a un tiempo y a una circunstancia. Esta serie me gustó mucho, aún y cuando creo que la duración eterna de los capítulos en un ritmo tan soporífero la perjudicaron (sí, de nuevo los tiempos y el relleno). Hubo al menos dos episodios insufribles en su ritmo, por eso las actuaciones eran tan vitales para sostenerla. Creo que podían restarle un par de horas a la serie (incluso un poco más), y todo iría igual a buen puerto. La secuencia inicial de la serie en el primer episodio es también una de las maravillas del año. Si quieren saber más de lo que pienso, comparto un artículo que hice para Culturetas: http://culturetas.es/american-crime-story-versace-gay-mujeres/
PUESTO 09
THE HANDMAID'S TALE
Cadena: Hulu Creador: Bruce Miller (basada en la novela de Margaret Atwood) Temporada: 2
Este año bajó tres peldaños en mi lista con respecto al año pasado. El motivo es sencillo: el regodeo estético, muchas veces, distrajo a la historia. Y cuidado, que a mí una de las cosas que más me gusta de la serie, es precisamente cómo cuentan las atrocidades con ese toque estético. Siento que mostrarle al mundo, cada vez más superficial, cómo el horror puede pasar camuflado es un logro. Pero esta vez hubo cosas insólitas, como aquel funeral de las criadas, con el traje y ritual especial; o el embellecimiento desproporcionado del atentado en Gilead que, además, sólo sirvió de cortina de humo para la historia. Tanto desborde en el estilo, le hace perder un poco el valor a la forma. Por lo que, grandes logros argumentales como la gran transformación de Serena de cara al final, se hacen de forma apresurada y poco creíble. Los pongo en situación: Serena, una de las grandes revelaciones de esta temporada, es la gran villana de la historia muy bien interpretada por Yvonne Strahovski. Su poca solidaridad con el entorno femenino la hace detestable, incluso una de las escenas más trascendentes de esta temporada (la violación a June junto a su marido) termina por incluirte, como espectador, en el bando de los que la odiamos. Ojo, que además es un odio al que te quieren llevar los creadores, para dejar los bandos bien claros ante los cambios que están por venir. Quieren que el espectador termine de posicionarse (al menos yo sí sentí un poco esta manipulación). Esta lucha por la maternidad que tiene Serena la enceguece, pero a pesar de sus propias atrocidades, se enfrenta a momentos como los de Eden y comprende (de manera muy milagrosa y repentina) que tener una hija en medio de ese sistema, sin protegerla, es una locura. Entonces la toma de conciencia que ocurre de forma coherente con sus necesidades y desde su estatus de poder, la llevan a hacer un gesto tan heroico, alentador y potente como acelerado y puesto a capricho. Entonces, un personaje tan complejo y rico en matices termina desdibujado y uno pierde el interés o la apropiación en la historia de saber cuál sería su coherente reacción ante el momento final de la serie. Luego tenemos a la gran protagonista: June / Offred, interpretada por Elisabeth Moss, quien se encarga de regalarnos siempre mucha fuerza, vitalidad, y una gama de cambios emocionales incómodos y dolorosos para el espectador. Es una de las grandes actuaciones del año (que no tanto el personaje), aunque es cierto que, también como parte del papel, a veces se le va la mano con la intensidad. Destaco muchísimo el capítulo 11 “Holly”, el del parto en la casa, que es un episodio dedicado exclusivamente a ella, y que no deja de tocarte la fibra y conmoverte ante el miedo y la imposibilidad de huir de ese mundo distópico que, aunque parece tener vías de escape en esta temporada, también se ha hecho cada vez más cruel. Ese mundo (que es un constructo posible, aunque parezca increíble o asuste) nos enseña durante la temporada, la pluralidad de sus miserias. Por un lado, en el personaje de Emily, que nos revela a las “no mujeres” que cavan tierras tóxicas en las colonias, sin importar que enfermen. Lo que introduce otro factor a discutir: si siendo mujer eres minoría, al ser mujer y homosexual eres apenas nada. Pero también muestran a Eden, interpretada por la hipnótica Sydney Sweeny, que demuestra el lado inocente, plegada a la fe, convencida de su destino y que, también de manera algo repentina (tras una conversación con June) decide huir en nombre del amor para evitar que las leyes la impidan ser feliz o libre. Esta resignación, que la obliga a aferrarse a su devoción en los últimos momentos, ofrece uno de los momentos más conmovedores y mejor logrados de la temporada: el sacrificio público en la piscina. E introduce una gran pregunta al espectador: ¿Qué nos salva como individuos cuando todo está perdido? Del final, hay muchos detractores, pero hagan el siguiente ejercicio lógico fuera de la historia: les dieron otra temporada, ¿qué más se puede hacer?... Otra decisión caprichosa. Sin duda, es una de las grandes series del año, estéticamente impecables (a veces demasiado), con una forma y un contenido propio, muy potente y necesaria en su crítica y reflexión.
PUESTO 08
THE GOOD PLACE
Cadena: NBC Creador: Michael Schur Temporada: 3
Lo complicado de considerar en estas listas a una serie cuyas temporadas empiezan a mitad de año, es que acaban también a la mitad. Entonces, uno no sabe si considera la suma de ambas temporadas o lo que viste de la anterior y parte de esta nueva. En el caso de esta comedia, da igual. Porque cada episodio tiene un efecto sorpresa que pocas veces ofrece ninguna otra serie. No sabes nunca hacía donde va la historia y, aún cuando como espectador te preocupes de que las situaciones absurdas tengan un límite, aparecen momentos como el del último episodio transmitido este año, llenos de brillantez y con una vuelta de tuerca que nuevamente nos lleva a desubicarnos. La premisa, para quienes no la conocen, es la historia de una chica que acaba de llegar a “the good place”, es decir, a un cielo alternativo tras morir. En ese lugar, aparentemente acogedor, donde tendrá una vida placentera en el “más allá” está diseñado según sus virtudes y gustos de mortal. Es decir, es todo ideal. Pero qué pasa cuando, por error, se equivocan con ella y la envían a vivir una eternidad que no es la suya: Eleanor, la divertida y natural Kristen Bell nos hace vivir esta angustia de no querer pertenecer al mal lugar y tener que hacerse por otra persona. Pero ojo, eso apenas es el arranque de la primera temporada, a estas alturas su experiencia, así como la de Chidi, Tahani y Jason, cada cuál más excéntrico y entretenido se ha sumido en una búsqueda interna por entender el método de evaluación por el que el cielo decide quién lo asiste y quién no. Todo esto, además, coordinado por Michael (interpretado maravillosamente bien por Ted Danson) un demonio, cada vez más convertido en ángel y su ayudante: Janet. Me detengo en Janet, interpretada por D’Arcy Carden (actriz que también aparece en “Barry”) porque es el mejor personaje de la serie, no sólo por la actuación que es brutal sino por la forma de adorarla y reírnos. No creo que el espectador sea el único en pensarlo, puesto a que sus creadores le han regalado un genial capítulo (el último de este año) en el que ella debe interpretarse a sí misma y a los cuatro protagonistas. Porque sí, la serie va del absurdo de vivir en medio de la vida y la muerte, del cielo y el infierno. Con mucha crítica a la sociedad actual, la burocracia y la filosofía. Esto es lo que convierte a "The good place" en una gran serie. En principio parece una comedia fácil, pero los debates filosóficos que propone, siempre desde una situación extrema y humana, terminan siendo lecciones morales que pueden aplicarse (o no) a la vida cotidiana. Y lo de la filosofía es un recurso que nace de la mano de Chidi, personaje que fue profesor de Filosofía en la Universidad, en Australia, mientras estuvo con vida; aunque intenta reeducarlos a todos los demás en la muerte, con la esperanza de salvar un poco sus almas. Sin embargo, él tiene un gran defecto: su incapacidad de tomar decisiones, por más fáciles que estas sean. Y eso le ofrece muchos matices a la serie y sus personajes: nadie es perfecto. Tahani y Jason, los otros dos grandes personajes, son arquetipos de la mujer rica y del hombre tonto. Sirve, obviamente, como instrumento del chiste fácil, pero también para colocar al espectador en una situación más compleja de su comportamiento: tienes a un demonio, a Siri, a alguien cuya moral la compra el dinero, a alguien incapaz de decidir, a una persona sin sentido común y a otra que consigue todo con malicia. ¿Cómo encaja la filosofía en todos ellos? Lo logran y con bastante humor, muchísimas situaciones absurdas, grandes giros de guion, una sólida estructura (que no sé hasta cuándo puedan sostenerla) y una divertidísima mirada de la burocracia para llegar al cielo o al infierno en tiempos de valores y lo políticamente correcto. Ver sus episodios, bastante breves pero potentes, son un momento feliz del año.
PUESTO 07
KIDDING
Cadena: Showtime Creador: Dave Holstein Temporada: 1
Soy del grupo de personas que, a veces, no soportan al actor Jim Carrey. Quizás, por eso, es insólito ver una serie en la que él sea el protagonista. Ahora, cuando se trata de Jeff Pickels, estamos hablando de otra persona. Y ese es el primer gran mérito de "Kidding", ese sólido personaje que construye Carrey. La gente lo ama. En sus televisores, incluso si alguien le llega a robar el carro, se lo devuelven porque Pickels es un intocable. Imaginen la cara humana de Plaza Sésamo; pues eso es Jeff y durante muchísimas infancias. Eso es lo que recuerdan las personas, su infancia al lado de Pickels, sus canciones y sus muñecos. Sólo que Jeff recuerda una única infancia, la de su hijo que murió en un accidente de carros en donde él iba conduciendo. Se odia a sí mismo y, aunque tema reconocerlo, comienza a odiar a la sociedad por no permitirle desahogarse. Su padre Seb, interpretado por Frank Langella, es en gran parte uno de los responsables de que esa bomba de tiempo que es Jeff termine estallando. Y no explosiones de luces, serpentinas y escarchas: sino una más sanguinaria, contra las personas que le han ido arrebatando esa estabilidad. Ahora imaginen este tenso relato en manos del director Michel Gondry. Eso que ustedes van a ver en pantalla es puro arte: las introducciones de cada episodio (siempre distintas), las transiciones, las alucinaciones, los arrebatos de furia de Jeff, los recuerdos. Cada cosa está colocada de tal manera que el ejercicio creativo de Gondry alrededor de conceptos como la infancia, los muñecos o el juego, son un gozo estético visual y mental. La lectura de un producto hecho con ese nivel, ofrece una originalidad inesperada y que se agradece actualmente (piensen en aquella escena de transiciones que se rodó con una sola cámara dando vueltas en la habitación de una chica cuya vida se va transformando, gracias al discurso motivacional de Pickels; la escena fue viral en redes sociales) Rescato a dos personajes menores (porque ante la presencia de Carrey, el creador comete el error de disminuir muchísimo a sus otros personajes): Deirdre, interpretado por Catherine Keener, que es la hacedora de títeres para el programa de Jeff, aparte de su hermana; y Will, papel que hace el niño Cole Allen, y que es el hijo de Jeff. Will es, además, el hermano gemelo de Phil, el chico que murió en el accidente. Deirdre, por un lado, va descubriendo cómo su oficio la distrae de una vida personal desastrosa; así como Will detesta tener que enfrentarse a un duelo tan complicado: el de su gemelo. Pero además, este duelo va de la mano de un padre al que todos aman, y que siempre intenta ser íntegro, perfecto, inclusivo y alentador. Si uno odia al mundo y quiere putearlo, lo último que necesitas es a un optimista al lado. Imaginen eso a la extraña edad en la que se acerca la pubertad, con marihuana y una lista de deseos de su hermano por cumplir. En fin, que es una serie rara pero encantadora, potente y vibrante. Uso ese adjetivo, porque vives en el constante vilo de que Jeff acabe con todo a su alrededor, incluso consigo mismo. Es una de las grandes sorpresas del año, aunque le pudieron sacar más provecho a sus personajes secundarios (mucho más con los actores que se gasta).
PUESTO 06
BOJACK HORSEMAN
Cadena: Netflix Creador: Raphael Bob-Waksberg Temporada: 5
Este año no está en el top. No es porque su calidad haya bajado, al contrario, sigue siendo una de las pocas series actualmente que retan el formato para encontrar maneras originales de contarse. Sin embargo, cayó en el juego del #MeToo. Es decir, vamos a llevar la historia al tema de moda: el acoso de las mujeres. Me parece muy bien que el discurso de lo femenino esté tomando la televisión para expresarse, pues este sigue siendo un medio masivo; el problema está en cuando se hace una moda: ¿cuál será el tema del año que viene? Como si las crisis profundas de la sociedad fueran un pantone al cual acudir para saber cuál será la próxima tendencia. Este acercamiento a la crítica del acoso de la mujer, está muy bien lograda por el factor sorpresa del final. No hay condescendencia, porque todos han llegado a cometer errores desde una concepción patriarcal del mundo. Ahora bien, esta es la razón que hace bajar la serie, pero recordemos que Bojack es mucho más. Es un constante descenso hacia el infierno, es el encuentro con nuestro lado más vulnerable y también más detestable. Y en este caso, ninguno de sus personajes se salvó de estar en medio de esa depresión tan característica de la serie: Diane, Princess Carolyn, Todd y Mr. Peanutbutter pasan por un momento tan bajo, como en el que enfrenta Bojack desde el capítulo uno de la serie. Diane, por ejemplo, trata de superar una ruptura amorosa en un increíble capítulo en el que se mezcla la escritura de un artículo tontísimo sobre consejos de viaje, y el despecho. O Princess Carolyn entendiendo su deseo por la maternidad regresando al pueblo de su infancia; o Todd lidiando con su asexualidad enfrentándose a la familia abiertamente sexual de su pareja. Y en cada uno, el creador juega de forma creativa con las formas de construir el episodio: el narrador, la estructura, el absurdo con pinceladas de realidad; básicamente rompe con la frontera de lo posible para sorprender al espectador y hablarte de los temas de siempre de forma original. Todo esto lo pueden lograr por dos factores fundamentales: sus personajes son tridimensionales y llenos de matices, y se trata de una serie animada. Aquí la producción lo soporta todo. Y es irónico, porque uno de los episodios del año, es quizás el más sencillo de realizar en cuanto al tema de animación. Es decir, Bojack lleva varias temporadas sorprendiéndonos con un episodio que es emblemático durante el año. Entra en todas las listas. En esta quinta temporada, vuelve a ocurrir, pero de manera insospechada. El capítulo es un monólogo de Bojack durante un funeral. Los veinte minutos del episodio se sostienen sobre un diálogo continuado a un público al que no vemos, rico en emociones variadas, y que cambia en apenas tres ángulos. Cuando lo ves, no te das cuenta que es un capítulo entero hasta que acaba. Y lograr que la voz de un personaje animado tenga una voz fuerte capaz de sostener veinte minutos de un episodio, habla de las grandes virtudes de esta serie. La amé y sufrí (en el buen sentido) a partes iguales, como siempre lo hace.
PUESTO 05
KILLING EVE
Cadena: BBC América Creador: Phoebe Waller-Bridge (basado en las novelas de Codename Villanelle de Luke Jennings) Temporada: 1
¿Cuántos pensamos que Sandra Oh jamás podría hacer otra cosa que no fuera Cristina Yang? Todos. No nos engañemos, amamos el talento de la actriz en ese personaje de “Grey’s Anatomy” y fue por ese estigma que tardó en convencer a los espectadores con un nuevo personaje. Hasta que finalmente lo hizo en esta serie con Eve Polastri. Es decir, que ahora tenemos a una Cristina Yang, sólo que oficial del MI5, investigadora, y con la misma falta de sentido común. Vaya que esta mujer tiene encanto (porque no me parece que se merezca tantas nominaciones a premios) y que logra atraparnos en la intriga de esta serie. Pero ella no lo logra sola, es apenas la mitad del interés, porque sin duda la otra mitad está puesto en la fantástica (y gran olvidada de todas las galas de premios) Jodie Comer con su demencial interpretación de Villanelle. ¿No has visto la serie? Pues una premisa aparentemente fácil: Villanelle es una psicópata, asesina a sueldo. Eve Polastri inicia una investigación donde pretende atraparla, pero la psicópata también la descubre y ambas, obsesionadas entre sí, juegan a atraparse o al menos a encontrarse durante toda la serie. O sea, que es una serie policial, de delitos y asesinos y persecuciones, pero agregándole la insana obsesión de ambas mujeres por descubrir el misterio que significa la otra. Lo mejor es que no deja de ser una historia muy femenina (no sé si feminista) sin necesidad de hacer evidente el discurso. Es por eso que, la buena química de ellas, se trasluce cuando se encuentran en la historia. Es un deleite constante para el espectador, sentarse y convocar estos encuentros. Por eso seguimos con interés cada crimen, cada pista, cada posibilidad. Porque la serie replica en el espectador esa enfermiza necesidad porque ambas se vean, desaten esta curiosidad por el personaje de la otra. Súmenle a esto un afilado, sutil pero contundente sentido del humor desde lo cotidiano y una gama variopinta de personajes secundarios que enriquecen muchísimo la trama (que en el tercer episodio el público se encariñe con Bill, dice mucho). Esta serie la vi dos veces este año. La segunda fue por obligación (largo e innecesario de explicar) y no dejé de disfrutarla, de sorprenderme, de celebrarla. No sé si logren sostener este clímax en una segunda temporada; pero al menos en la primera vale la pena dejarse llevar por esta línea de investigación. Veánla, disfrútenla, sorpréndanse, pásenla bien.
Y gocen la música, que tiene una banda sonora el carajo. Y que los Emmy consideren a la encantadora y peligrosa Jodie Comer en su papel, y no hagan como con Tatiana Maslany en "Orphan Black" que tardaron cuatro temporadas en tomarla en cuenta.
PUESTO 04
BETTER CALL SAUL
Cadena: AMC Creador: Vince Gilligan · Peter Gould Temporada: 4
Esta serie que, en la primera temporada no me aportaba mayor cosa, ha ido escalando a base de una buena historia, unos personajes bastante sólidos, y una construcción pensada al milímetro. Es de las grandes olvidadas este año en los premios, cosa que confirma que las nominaciones siempre han sido pensadas para ser complacientes con el mensaje más que con el contenido o la forma. A los fanáticos de Breaking Bad, esta serie se escribió y creó para ellos; pero también considerando a el fantástico actor Bob Odenkirk, el muy corruptible abogado Jimmy McGill. Su brillantez en la serie original, le otorgó una serie para él solo: es el pilar que sostiene y da forma a la serie. En esta temporada, todos estamos pendientes de verlo llevar el duelo por la muerte del hermano. Lamento el spoiler, pero es fundamental para comprender todos los hilos que se van moviendo en la evolución de los episodios; porque Jimmy es una olla de presión que todos esperamos ver estallar. Sin embargo, la evasión de ese duelo, lo introduce a la búsqueda de un nuevo trabajo y una estafa gigante a partir de unos teléfonos celulares, que contiene mucho ingenio, encanto y sorpresa. Basta con ver el capítulo “Piñata” para darnos cuenta hacia donde se dirige la evolución de este personaje, tan complejo, que él mismo parece perderse en su juego de personalidades. Por su parte, observamos con lupa la relación con Kim, tanto sus inicios como su actual cotidianidad, llena de secretos. La entendemos a ella, las razones de su proceder y cómo se relaciona con las estafas de Jimmy. No sólo a partir de un interés amoroso. Lo mismo ocurre con el personaje de Mike, cada vez más cansado, pero dejando más en evidencia sus intenciones, a quien vemos de capataz en una construcción subterránea y secreta. Esto colorea de complejidad a los personajes secundarios que rodean al protagonista y enlaza a las historias entre sí, colocando la balanza en justicia para el resto del elenco de la serie. Es una serie que se cocina a fuego lento, con calma, detenidamente; pero a su vez cada ingrediente que se coloca, es para y por algo, nada ocurre en vano, sólo basta tener paciencia y dejarse sorprender. Porque si los dos primeros capítulos te parecieron lentos, los dos siguientes están llenos de cambios, efectos sorpresa, y atada de cabos. Da la sensación de que los creadores saben por dónde se dirigen, y tú como espectador debes tomarles la mano y dejarte ir. El final de temporada, de hecho, se inicia con una secuencia maravillosa en la que Jimmy, en el pasado, lleva a su hermano fallecido Chuck a un kareoke. Quiere hablarle de su posición en el bufete familiar, y deciden cantar The winner takes it all de “ABBA”. Canción que siguen cantando, a dos voces, borrachos, en la cama que comparten. Esta secuencia musical nos cuenta tantas cosas, pero a la vez reúne todo el duelo de Jimmy para explicarlo de manera simbólica. Si la secuencia es una de las maravillas del año, terminar la serie por este camino lo fue aún mucho más. Una serie fría, poderosa, a la que no hay que dejar de prestarle atención porque, a pesar de sus artilugios, habla mucho más de nuestra cotidianidad que cualquier otra.
PUESTO 03
LA MAFIA SOLO MATA EN VERANO
Cadena: Rai 1 Creadores: Stefano Bises, Michele Astori, Michele Pellegrini (inspirada en la película del mismo nombre) Temporada: 2
Empiezo por la razón de su tercer lugar (y no del primero, que en mi corazón lo tiene): son capítulos excesivamente largos (yo la veía por las noches, fragmentada) y el capítulo final se basó en una decisión algo arbitraria por parte de dos de los personajes, restándole credibilidad a una de las tantas luchas a las que se enfrenta la familia Giammarresi. Vamos a ubicarnos, Palermo, finales de los setenta e inicio de los ochenta. La mafia, la iglesia y el poder político constantemente están estrechando lazos de sociedad que, la mayoría de las veces, acaba bastante mal. Podríamos decir que se trata de un “Cuéntame cómo pasó” pero italiano. Solo que mejor, más encantador, mejor hecho. Inspirada en una película con el mismo nombre, la serie nos cuenta la historia de una familia tan común y corriente como la de cualquiera de nosotros. Es casi tan tradicional que, en esta época de una televisión llena de riesgos, parece imposible encontrarnos con una familia conservadora. Pues esta lo es, y no busca hablar de negros, mujeres, personas LGTB, pues no, porque no importan las distinciones (aunque es cierto que tampoco las hay). Ellos son la representación, vulgar y silvestre, de la clase media baja de un país en crisis. No tienen agua, deben luchar en oposiciones por una plaza, tienen convicciones políticas por las que luchan, se meten en problemas por conseguir una vida digna, en fin, les tocan tomar decisiones complejas del día a día que los termina relacionando con la mafia. Porque por más que huyas, la mafia está allí, detrás de todo. Sólo que cuando hacen el colofón de la historia de la mafia en Palermo, lo hacen desde la exageración, el humor grotesco, de unos personajes nefastos (basta con ver al sacerdote de la parroquia). Pero estos sujetos inservibles son los que mandan y, esta brutalidad, los hace seres salvajes capaces de acabar con lo que sea para que no obstaculice ni su honor ni su trabajo. ¿Cómo se vive una vida tradicional con bodas, embarazos, asistir al colegio, trabajar, si es terreno peligroso? Pues viviendo. Lorenzo y Pia son los padres de Salvatore y Angela, los grandes protagonistas de la serie junto a Massimo, el hermano de Pia y su esposa Patrizia. En esta segunda temporada, Lorenzo sigue creyendo totalmente en el poder político como motor de cambio en la sociedad; aunque Pia, por su parte, acaba teniendo una plaza fija por un favor de la mafia (a través de terceros y de su hermanos Massimo) y vive con una culpa horrible por como su decisión afecta a otros, y decepcionará a su marido. Por otro lado está Angela, la hija adolescente, que se enfrenta a uno de los grandes momentos de la temporada en cuanto temas como el el aborto, la familia, la salud pública. Massimo, el punto de humor, pero que a la vez comete todos los errores en nombre de su familia. Y luego Salvatore, que aunque creció actúa igual, el niño que narra la historia desde la adultez (sólo oímos su voz en off) y que sigue obsesionado por encontrar a Alicie que, en la temporada pasada, la llevaron a un internado. No esperen que les cuente más, porque la serie va de la vida cotidiana de estos seres, de su indignación ante las carencias o el dolor que les genera enfrentarse al peligro o a la muerte, cuando menos se lo esperan. Esta serie se pasea entre los recursos del humor y del drama, pero en las diversas capas que ofrece, se cuenta una feroz crítica política y social al sistema que los rodea. Son ellos, una gran familia, muy italiana, y que alcanzan las mejores escenas corales que he visto en pantalla durante muchos años, lograr con sus cenas que te sientas identificados a ellos. No eres un espectador, eres uno más sentado a esa mesa; y eso genera una ternura y un compromiso distinto al de otras series más cerebrales. Es por eso que, la última secuencia (cosa que logran también al final de la primera temporada), no dejes de pensar en el rol que tienes dentro de la sociedad, como agente de cambio. En la lucha que implica, como familia, salvaguardar no sólo a Palermo (en este caso) sino un espacio en el que puedas vivir, trabajar y enamorarte, dignamente. Esa lucha social, desde lo cotidiano, nunca te deja indiferente. Es una gran serie.
PUESTO 02
A VERY ENGLISH SCANDAL
Cadena: BBC One Creador: Rusell T Davies (basado en el libro Very English Scandal de John Preston) Temporada: 1
¿Saben que es verdaderamente subversivo? Ver a Hugh Grant viejo y besándose con un hombre. Es como transgredir todos las creencias de una generación. Y a pesar de lo escandalosa que es esa imagen, no es relevante para la potente historia que solo en tres episodios (de los largos pero sustentados) se despliega en esta miniserie de la BBC. Advierto, es inglesa. Es decir, de un humor crítico y sutil que parece no decaer en ninguna de las escenas. Si el espectador abraza sus chistes, no va a parar de reír hasta que la realidad le de una dosis de realidad, de las reflexivas, de las necesarias. Vamos a partir del principio de que está inspirada en hechos reales: Jeremy Thorpe (Hugh Grant haciendo de Hugh Grant pero como con mas desenfado) pertenece al Partido Liberal británico y, entre sus placeres, están los chicos jóvenes. Pero claro, a escondidas, que su cargo político no soportaría lidiar con acusaciones de homosexualidad. Eso lo sabe Norman Scott (persona que sigue viva en al actualidad) y está interpretado por Ben Whishaw: joven, taimado, afeminado y manipulador. Ambos dejan de ser amantes para entrar a una relación más compleja: una lucha de poder. Obvio, con las desigualdades propias del caso, un político poderoso y casado con una mujer en contra de un chico que salió de trabajar en un potrero, escandaloso y sin miedo a quedar en evidencia. Entonces, el pulso por ser declarado homosexual queda en segundo plano, en una inagotable lucha por la tarjeta de sanidad que, para Norman, es realmente lo único que importa. Pero Thorpe quien, en el fondo, lo respeta y hasta le guarda algún tipo de sentimiento a Norman, considera que la mejor decisión es asesinarlo. Grandes las escenas en la que Thorpe habla de cómo ve realmente a sus am3antes; así como la de Norman en el juicio poniendo en evidencia la forma en que las personas lo desconsideran por ser afeminado, y cómo la opinión pública se olvida de su condición de persona. Es una serie no sólo reivindicativa por serlo o porque está de moda hablar de las minorías; en la serie se humaniza a estas personas que son mostrados junto a sus circunstancias. Por eso es tan brutal el final y esas últimas líneas alrededor de Norman, en donde nos damos cuentas que la lucha realmente es contra el sistema y el poder.
PUESTO 01
SHARP OBJECTS
Cadena: HBO Creadores: Marti Noxon (basado en el libro Sharp Objects de Gillian Flynn) Temporada: 1
Camille Preaker, interpretado por una increíble Amy Adams, llega a su asfixiante pueblo natal para investigar el asesinato de dos adolescentes. Como periodista trata de buscar en su alrededor, pistas que le revelen las incógnitas del crimen. Sin embargo, volver a vivir bajo el techo de su madre: Adora (Patricia Clarkson) y conociendo a su media hermana Amma (Eliza Scanlen), la enfrentan a un atormentado rompecabezas psicológico lleno de complejidades, pero también de una extraña y seductora belleza. Porque la serie no quiere contarte una historia de crímenes tradicional, por el contrario, te arrastra como espectador a la mente de Camille y te deja caer dentro de sus borrosos recuerdos del pasado. Las transiciones hacia los recuerdos, tanto en lo musical, la dirección como en la fotografía, son magistrales. Y atacan de forma inesperada, como si fueras parte de esa mirada. ¿Hay pistas en esos recuerdos? Sí, pero pistas de muchas cosas: del dolor de Camille, de las razones por las que se auto infringe heridas en la piel, de por qué su madre se comporta de esa manera, del duelo por su hermana muerta, de su incapacidad por abrirse a nadie... Y esto lo logra Amy Adams acompañada de las otras dos actrices que hacen, juntas, un extraordinario cuadro de actuaciones bastante complejas. Es una serie sofocante, en la que el espectador se va a resistir, pero pasado un par de episodios ocurrirá lo mismo que le ocurren a las hijas de Adora: se irán arrastrando a esa historia dura. Porque en esa casa y en ese pueblo, la vida se sufre. Al menos de puertas adentro. Afuera todo es bello y peligrosamente festivo. Grandes muchas escenas: la de la bañera madre e hija; la del cambiador en la tienda; el pasado de Camille ingresada; la fiesta donde las dos hermanas se van a patinar. Cada secreto que se revela, agarra por sorpresa al espectador, incluso con ese final tan poderoso. Es una serie inusitada tan bella como extraña, un producto hecho con todos los recursos: estilismo, un tono propio, una banda sonora, una seducción casi perversa que nos hace dudar hasta de nosotros mismos. ¿Por qué hacerlo con sus personajes? Una joya de las de HBO que nos habla de personajes femeninos contradictorios, enriquecedores, sin la necesidad de dejar en evidencia una agenda o un mensaje; que en balance general (junto a los capítulos de relleno) son uno de los grandes problemas de la actualidad: la ficción como excusa para fijar un mensaje. Esta es simplemente una gran y compleja historia.