Cadena: Netflix Creador: Dan Perrault y Tony Yacenda Temporada: 1
Cuando vi que en Netflix la anunciaban como "Gamberro en el instituto" pensaba en que la cadena estaba invirtiendo su dinero en cualquier cosa. Y no sé cómo vino el siguiente paso, el de darle clic al episodio. Menos mal que lo hice. Es una de las series que más he disfrutado del año, sin ningún capítulo de desperdicio. La trama comienza con 27 penes pintados con spray en loscarros de los profesores. Dylan Maxwell (Jimmy Trato) es acusado de ser el culpable, simplemente por su cuestionable conducta diaria, por ser el malote del instituto y porque siempre ha pintado penes en las pizarras o cuadernos. Sí, suena tontísimo, pero no. Dos adolescentes Peter Maldonado (Tyler Álvarez) y Sam Ecklund (Griffin Gluck), quienes se encargan de un programa interno de televisión en el instituto donde estudian, deciden embarcarse en una misión: comprobar si Dylan, este "gamberro", es inocente.
Se inicia entonces una gran parodia a los documentales sobre crímenes, en donde se cuestiona el sistema educativo, la relación docente y alumno, a los adolescentes en la actualidad y a muchos temas alrededor del instituto. Y todos dirán: entonces es un largo chiste gringo. Pues no, precisamente lo sorpresivo es cómo se toman en serio este hecho. Crean una ficción tan respetuosa con el espectador, que puedes llegar a creértela y a vivirla como un hecho delicado.
La estructura de la serie tiene no sólo una exhaustiva recreación de lo ocurrido, sino un trabajo de edición y de script admirable. En alguna escena siempre hay distintos ángulos que será recogido en algún episodio. Hay teléfonos haciendo historias en instagram, grabando directos para Facebook, fotos, correos, videos de cámaras de seguridad. En fin, es una búsqueda detallada sobre los posibles sospechosos. Eso suponiendo que Dylan realmente es inocente.
Pero luego este documental (el que graban los dos chicos que es el mismo que tú, espectador, estas viendo como parte de esa comunidad) se les sale de las manos y es compartido por las redes sociales, y viene la viralidad, los hashtags, los comentarios de la gente, las intervenciones externas. Y lo que en principio es una broma en un instituto menor se transforma en un enorme cuestionamiento a la sociedad actual.
Lo más increíble de esto es que, entre risas, terminas siendo un espectador comprometido, sacando teorías, conclusiones, y esperando angustiosamente resolver este caso. Porque lo que al principio parece una tontería, se termina convirtiendo un tema de dignidad.
Si se trata de la inocencia de alguien, hay que agotar hasta las últimas consecuencias. Y no decepciona.
En serio se las recomiendo ciegamente, es de lo más apasionante que vi durante el año.
