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Advertencia: estos talleres son especulativos. Representan un primer encuentro con el complejo mundo de las ficciones audiovisuales y sus oficios. La idea era crear espacios para la reflexión de las narrativas de suspenso y proponer la creación colectiva de una historia audiovisual.

Durante el verano, me reuní con un grupo de once adolescentes de edades diversas entre catorce y diecisiete años, bajo el seudónimo de Los impostores. La propuesta inicial de estos talleres era crear una miniserie de suspenso para Tik Tok. Juntos buscaríamos la manera de contar una historia no sólo de forma breve, sino bajo las solicitudes del formato que impone la red social. Convocados por el Departamento de Juventud Gijón, nos encontramos por primera vez en la Antigua escuela de Comercio sin habernos visto antes.


Como manera de romper el hielo, ideamos un plan de trabajo en el que exploraríamos las diversas posibilidades del oficio de escribir, producir y dirigir una serie.


I. Analizando Tik Tok


La primera etapa fue el análisis colectivo de Tik Tok como plataforma, no sólo en cuanto a ideas y filtros, sino en cuanto a posibilidades temáticas. Analizamos estructuras, formas narrativas, manejo del humor, la voz de lo cotidiano, los vídeos virales, los bailes, los personajes e incluso, recorrimos brevemente el amplio universo de tiktokers reconocidos.


Mi primera gran sorpresa fue ver que todos coincidían en el mismo punto: no les interesaba Tik Tok como una herramienta de entretenimiento, aunque sí encontraron formas y tonos narrativos de los que inspirarse. En primer lugar, rescataban los vídeos que se construían de manera ingeniosa y colectiva, sin seguir una línea argumental ceñida por un solo narrador. Básicamente, les gustaban aquellas historias que se construyen de forma original, con vídeos aislados que se interpretan por sí mismo, retando al observador que arma la historia. Ejemplo:



El segundo punto de interés fue el humor negro como un matiz para contar lo cotidiano. El vídeo que más les llamó la atención, fue la curiosa publicidad de la funeraria Alache en Ecuador. Este tik tok, que también construye una narrativa juntando dos vídeos distintos, permite explorar con risa incómoda la posibilidad publicitaria del acto de morir. De hecho, el vídeo está muy a tono con aquellas propuestas que hacía la serie "Six feet under" como introducción de cada episodio. Aquí les dejo el vídeo en cuestión:



Al final de este análisis, estaban absolutamente de acuerdo en construir un thriller colectivo. Con la intención de buscar otras ideas en común para esta historia de suspenso, tomamos dos decisiones: llevar a cabo un diario del rodaje y establecer una banda sonora con canciones propuestas por todo el grupo. Estas canciones podrían funcionar como voces de encuentro en la historia que querían contar. A la vez, que servirían de acompañamiento en los proceso creativos que estaban por venir. A los interesados, encontrarán la banda sonora en la página de la serie o en Spotify bajo el título de Los impostores.


II. Ideando premisas colectivas


En los siguientes días, distribuimos las mesas de trabajo de forma circular, para hacer de la conversación un espacio más cercano pero atendiendo las medidas sanitarias. Jugamos con distintas premisas simples de crímenes por resolver; así como la construcción de historias colectivas que nos hicieran pensar en las vueltas del guión y los puntos de inflexión para sorprender al espectador. Eso sí, insistiendo en la coherencia de una historia contada bajo sus propias reglas.

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Uno de los libros que sirvieron de inspiración para esta preparación previa fue el álbum Tres portugueses bajo un paraguas (sin contar el muerto) de Rodolfo Walsh e ilustrado por Inés Olivero. Este libro, editado por Calibroscopio, tiene como premisa clave confrontar al lector con una serie de pistas y datos que lo ayuden a observar la escena del crimen: los sombreros de los cuatro portugueses, el paraguas, los puntos cardinales, la posición de los personajes, el escenario del crimen. Estos apuntes lo llevan a la comprensión del delito. No se trata solo de un juego de Cluedo sino de un atinado uso de la palabra como recurso para recrear el espacio a través de las anáforas. Visitas, de manera constante, el lugar del crimen y comprendes cada nueva pista con una mayor certeza de los hechos. Sin descontar, además, el uso del humor.


Sumamos otros ejercicios narrativos sobre la resolución de crímenes elementales, entendiendo su formulación lógica. El grupo finalmente acordó armar la estructura argumental de Los impostores con la intención de presentarla de forma desmembrada.

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III. Reflexionando con Agatha Christie


Aprovechando la lectura previa de algunas personas del grupo en novelas de Arthur Conan Doyle y Agatha Christie, se quitaron el miedo al "spoiler" (para aquellos que no las habían leído) y analizamos la estructura de dos novelas fundacionales de la obra de Agatha Christie: Diez negritos y El asesinato de Roger Ackroyd.

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En Diez negritos, ocho personajes distintos son invitados a una ostentosa mansión en una isla. El misterioso dueño, al que no se le conoce la identidad, los sorprende con una grabación en la que se relaciona con el pasado de cada uno de ellos. A partir de ese momento, uno a uno van muriendo de la misma forma que la estrofa de una canción infantil titulada Ten little niggers. Con este principio, pensamos en ese hilo conductor basado en el juego macabro, donde además el asesino forma parte del juego, despistando al lector mientras trata de revelar el puzzle.


Como dato curioso de la obra, con el tiempo la palabra niggers fue sustituida por indians, debido a su carácter peyorativo. Al caer en cuenta que indians era un calificativo igual de problemático, optaron por soldier boys. Esto nos permitió volver a entender el peso de la palabra como elemento fundamental en la construcción de una narrativa: no sólo lo que se dice sino cómo se dice.


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En la segunda novela, El asesinato de Roger Ackroyd, más que la estructura convencional, resalta el narrador que cuenta esta intrincada historia pasional. Una mujer asesina a su marido y es chantajeada por un hombre hasta conducirla al suicidio. Roger Ackroyd, la persona que realmente amaba a la mujer, recibe una carta donde ella le revela un importante secreto. Lo relevante de que ocurre posteriormente, es cómo cada pieza son puntos de vista distintos pero narrados por una misma persona. El Dr. Sheppard, habitante del pueblo, es un observador de los acontecimientos sin la omnisciencia como para saber lo que ocurre en los espacios íntimos de sus vidas y de los crímenes. El final propone un giro inesperado que deja desprevenido al lector.


Con estas ideas en mente, se dividieron en grupos: actuación, producción, dirección y guiones. Entendiendo que, dentro de esos roles, también pensaría en la dirección de arte, edición, fotografía, operador de cámara, entre otros trabajos relacionados con la ficción audiovisual. Ofrecieron diversas ideas, cada cual más compleja, de historias que querían contar. Primero nos encontramos con un drama policial bajo el secuestro de unas delincuentes que están rodeadas (aunque a simple vista suene igual, la premisa era diferente a La casa de papel). Segundo, una historia mucho más cotidiana, como si el crimen fuera parte de la grabación de una serie: una muerte por error técnico. La tercera implicaba estar en un avión vía Roma, con unas mujeres que buscaban vengarse de los hombres que la habían lastimado.


Tras mucho debate, propuse una mezcla general de las historias para crear una sinopsis:


Felicia Feliz dirige Los impostores, su primera gran serie. Para garantizar el éxito de la misma, es capaz de sacrificar sus principios y reúne a un complicado elenco: Olalla, una reconocida y egocéntrica actriz; Alicia, una importante influencer que nunca ha actuado y a Michael, novio de Alicia y reconocido por su fama de fuck boy. Estos dos últimos son contratados por insistencia de Luis, el productor, quien considera que la serie alcanzará a un mercado juvenil más amplio. Lo que se le olvida a Luis es que Michael también es el ex de Felicia, lo que alterará al set en todo momento. Una tarde, a las cinco y treinta, aparece el cuerpo de Michael envenenado.


IV. Diseccionando Promising Young Woman


¿Quién mató a Michael?, ¿por qué?. Ya teníamos claro que íbamos a usar distintos puntos de vista en cuanto a la narración. Recogeríamos registros de todos los implicados. Aunque no sabíamos bien el cómo. Por lo que nos centramos en la idea de la venganza femenina como premisa de la historia, pero teníamos que volver a pensar en el trasfondo de las narrativas.


Esto me motivó a llevarles la película Promising Young Woman (Una joven prometedora), dirigida por Emerald Fennell y nominada en el 2020 a mejor película en los premios Oscar. En esta historia, Cassie, es una chica se hace pasar por ebria en los bares, esperando que algún hombre quiera llevarla a casa. En la intimidad, devela su verdadero estado sobrio y prueba la entereza de los hombres, con la intención de darles una aterradora lección. En el tránsito de la película, se enamora inesperadamente, cuestionando su propia mirada hacia lo masculino. Al final, un inesperado giro del guión, hace que la vida de Cassie comience una caída libre.

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Quería que pensaran en esa idea más allá del cliché, en proponer las alternativas de fondo acerca de las motivaciones de los personajes. Provocarlos para que descubran la importancia de las narrativas a la hora de construir una historia. Entender el peso ideológico que puede contener una imagen, un diálogo o el uso de una canción. De esta forma, la película ofreció múltiples opciones de análisis: la fotografía, la dirección de arte, la banda sonora, la dirección, la actuación. Revisaron parte del diario de rodaje de la película, se percataron de los encuadres del rostro y el cuerpo de Cassie; el uso colores con tonos pasteles; las influencias de otras referencias populares en algunos encuadres.


V. Diario del rodaje


Este último análisis de la película fue motivo de inspiración. Tomamos fotos de los espacio, construimos ideas de vestuario, maquillaje, pantone, pedimos permisos para grabar por el edificio. Esto mientras los directores proponían sus ideas en cuanto al arte, las perspectivas, ejercicios de storyboard, y los escritores buscaban la manera de organizar un guion sólido.



VI. Duro trabajo de guión inconcluso


Esto nos llevó a una gran conclusión narrativa. Contaríamos la historia sin una estructura base. Usaríamos algunos registros audiovisuales para poder mostrar lo que ocurría esos días durante el rodaje de la serie y cada observador armaría la historia de forma especulativa. Lo que nos llevaría a hacer (i) vídeos de Tik Tok de los actores, (ii) grabaciones de la serie, (iii) vídeos del making of de un camarógrafo curioso y cómplice, (iv) testimonios policiales. También usaríamos letras de algunas canciones de la banda sonora colectiva, para hacer eco de los sentimientos internos de los personajes.


Con todas estas idea entre manos, fue muy difícil llevar a cabo el trabajo del guión. No por la falta de claridad en la idea, sino por la importancia del tiempo y el espacio que requiere la escritura de una historia coherente. De hecho, muchos de los cambios dentro de la narrativa se dieron de forma orgánica durante la grabación. Se iban llenando los baches a medida que concretábamos algunos de los momentos. Me atrevo a decir que vale la pena resaltar el trabajo de dirección, quienes comprometidos con la idea inicial (que no era la que ellos propusieron), siguieron adelante y eran bastante serios con los tiempos de grabación. Sin dejar de incluir, las perspectivas que el grupo de actrices exponían sobre sus historias.


Lo más divertido fue ver cómo la producción era capaz de detener la necesidad de un muñeco de goma del tamaño del actor principal. O poner en cuestionamiento el uso de una cuchara como el arma homicida, un chiste recurrente durante el resto de los días.


Para grabar contaban con las cámaras de dos teléfonos móviles, un ordenador, una tableta y un aro de luz. A medida que se grababa el material pautado del día, se hacía la edición, para luego verla entre todos y saber si esa era la línea que queríamos seguir.


El trabajo al final no fue fácil pero sí muy grato. Era frustrante para ellos no poder contar con el guión definitivo en físico, o toparse con la falta de tiempo para los ensayos, herramientas, capital humano o las posibilidades materiales para salir adelante y avanzar. Lo que nos condujo a la reflexión final sobre diversos oficios alrededor del trabajo audiovisual, y sobre la importancia del tiempo, la organización y el trabajo coordinado en equipo para sacar adelante el proyecto. A pesar de estas dificultades, se entregaron totalmente y aún, conscientes de las irregularidades, fueron un equipo comprometido y siempre dispuesto. Invitarlos a entender las complejidades de la profesión audiovisual, así como verlos pensando de forma constante y plural en una narrativa común, son los resultados inesperados de este taller.


Los invito a ver nuestra serie breve de suspenso. Asistan al material que se grabó y editó durante esos días. Son 20 registros con una duración de 11 minutos en total. También cuentan con una pizarra policial por si les falta algún dato de los personajes. Estos registros audiovisuales ocurren alrededor de la muerte de Michael, a quien decidimos enunciar al principio, para que ustedes puedan acompañarlo en calidad de fantasma. Ayúdenlo a tratar de entender qué le pasó desde los puntos de vistas del resto del equipo de grabación de Los impostores. Cuando descubran lo que ocurrió, no duden en comentarlo. Sé que el equipo quiso profundizar en los hechos alrededor del personaje de Michael y su crimen; así como de las emociones de Alicia, Olalla o Felicia. Hay mucha información extra sobre la historia que fueron armando de manera hipotética, pero aprovecharon el tiempo para hacer este ejercicio tan complejo y ambicioso; con un intencional vídeo final "el más allá", que no es nada casual.


Ah y por supuesto, aquí enuncio también al equipo completo: Rodrigo Baos, Gonzalo Fernández, Alicia González, Álvaro González, Gabriela Lorente, Lucas Lorenzo, Cristina Marin, María Marin, Sara Moro, Guillermo Meana, Abril Sánchez.


Si das clic a la foto, verás la serie completa:

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Enero 2020: ese otro presente

El punto de encuentro era una postal. Antes del diez de enero, los integrantes de los clubes de lectura de las bibliotecas de El Coto, El Llano y La Calzada en Gijón (España), recibirían una postal en sus buzones. Estas misivas contenían algún consejo, recomendación literaria o audiovisual, una canción, un poema pero también una discreta invitación.


Debido a que durante el primer semestre del año, las bibliotecas no iban a poder llevar a cabo los clubes de lectura, estos jóvenes podían seguir en contacto en una especie de reto creativo. Si aceptaban, solo debían enviarme una foto de la postal al WhatsApp. Sin más palabras. Cada uno recibiría, posteriormente, un ejercicio de exploración alrededor de los oficios del arte o la escritura. Porque esto no iba necesariamente de clubes de lectura, sino de un sostenido diálogo cultural que se prolongó más de lo esperado debido a la pandemia.


La dinámica era la siguiente: cada mes se propondrían distintos ejercicios de creatividad. Los participantes, adolescentes entre 12 y 16 años, asesorados por nuestras conversaciones, formularían sus propuestas de manera libre. Como yo era solo un asesor, esas propuestas finales pasaban a otro nivel de opinión. Es decir, integré a un grupo diverso de observadores, representantes del campo cultural, que ofrecían amablemente sus opiniones sobre las distintas propuestas.


Estos resultados formaron parte de una tabla de medición que permitía ir escalando posibilidades. Si los comentarios de los observadores a su propuesta eran mayoritariamente positivos, eso les daba ventaja para el siguiente ejercicio. Nuestra intención era darle a ese espacio creativo, un sentido de profesionalización. Es decir, que los jóvenes participantes pudieran explorar distintas áreas creativas relacionadas a la escritura, mediación y fotografía mientras la entendían como la posibilidad de una profesión.


De manera casi orgánica, este espacio de encuentro se transformó en una especie de reto colectivo, en donde se iban retirando algunas de las personas según sus intereses mientras que otras, sorprendentemente, seguían explorando las nuevas posibilidades.


Febrero 2020: mes breve, relatos breves

El primer ejercicio era aparentemente sencillo, tenían que escribir un microrrelato. No hubo más indicaciones. El primer paso para esta ejecución era lidiar con la libertad absoluta, es decir, gestionarla para poder construir una breve historia venida de la nada. Algunas de las conversaciones iniciales estaban relacionadas con otorgarle propiedad, sentido y coherencia a muy pocas palabras. Probablemente, en esta época donde el Twitter convive con el mundo, parece un absurdo dar tantas vueltas a este ejercicio narrativo. Lo hicieron, desde el ensayo y error, proponiendo distintos tonos.


Debido al compromiso real y sopesado que tuvieron con sus propuestas, quise responder de la misma manera. Es decir, no minimizar el esfuerzo sino ofrecerles diversos puntos de vista. La intención era demostrarles que ese ejercicio narrativo podía tener tantas alternativas de lectura como de creación. Los observadores, en este caso, fueron un grupo de periodistas, autores, editores, especialistas en diversas áreas, que fueron capaces de ofrecerles mensajes directos plagados de recomendaciones tanto con los aciertos como con los fallos. Era un feedback que los participantes agradecían y, a la vez, nutría la experiencia.

El relato que obtuvo más comentarios positivos fue el de Eloy.


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Un resumen de algunos de los comentarios de los observadores fueron los siguientes:

"Narra algo muy contemporáneo, la monotonía como un mal de esta época. Me gusta que una persona joven lo aborde, y con un buen uso de las palabras, lejos de lugares comunes."
"Eloy juega muy bien con el establecimiento de una certeza, la certeza del enfado, y se certifica el motivo de todo lo que va mal; materializa de manera muy concreta aquello que ocurre y abre luego a otras interpretaciones."

Para febrero, estos observadores que colaboraron fueron:

Adolfo Córdova, periodista, escritor e investigador

Arianna Basciani, periodista y especialista en estrategia editorial

Arianna Squilloni, editora, escritora y especialista en literatura infantil

Jaime Yáñez, investigador y especialista.

Lucas Ramada Prieto, investigador y especialista en ficción digital.

María Fernanda Paz-Castillo, editora, investigadora y especialista en literatura infantil.

Valerie Wielheim, investigadora y especialista.

Virginia Riquelme, editora, gestora cultural y poeta.

Marzo 2020: otras realidades, un estado de alerta

Antes de que se decretara el estado de alarma, la propuesta estaba sobre la mesa. A partir del relato de Eloy, los participantes debían ofrecer posibilidades para la escritura de un guión de cine. Es decir, crear una estructura, un argumento, una posible escaleta, con fotos o dibujos de la ambientación y algunas canciones que pudieran funcionar como banda sonora. El relato, breve, debía mutar a una historia más elaborada. Debían encontrar, en esa premisa, una posibilidad de relato mucho más complejo. Este no era un ejercicio de escritura creativa al uso, sino la construcción de un universo posible a partir de ese microrrelato.


Estos argumentos construidos con ideas fragmentadas, fueron observadas por la talentosa y joven dramaturga Karin Valecillos. Fundadora de la agrupación Tumbarrancho Teatro, escritora de televisión y cine. Ella tiene más de veinte obras de teatro y dos largometrajes, por los cuáles ha recibido múltiples reconocimientos a nivel mundial.


Sus opiniones positivas fueron más cercanas a la propuesta de Adry, quien revela una poderosa realidad marginada desde el espacio de lo cotidiano que nos ofrecía Eloy.


Su propuesta comienza así:


"¿Por qué no un día diferente? Su vida siempre fue diferente"

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Los comentarios de la observadora fueron los siguientes:

"Emocionalmente me conecto mucho con el tema del extranjero y el desprendimiento pero lo que más me gustó fue que, con esa capacidad de usar pocas líneas, usa frases que generan emociones, lo hace in crescendo. Tiene espíritu de guionista porque con muy poco transmite la idea de una historia, una emoción, un personaje. Inmediatamente lo lees y entras en una atmósfera, en un tono."

Abril 2020: ¿y ahora qué hacemos?

Este fue un momento de confusión colectiva. Algunos participantes, agobiados por la situación, decidieron no continuar con la propuesta. Otros resistieron. Elegimos tres lecturas diferentes para explorar la posibilidad de las reseñas críticas. Se hizo pero de manera bastante informal, en un diálogo que servía más de apoyo que en un ejercicio creativo. Leímos dos álbumes y vimos un corto animado a distancia. Fue nuestro punto y aparte.


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Mayo 2020: observar el encierro

Del agobio y lo digital, decidimos explorar la mirada. Si los encuentros digitales en la escuela los agobiaban, si la incertidumbre no permitía que nos concentreramos, lo mejor era explorar ese espacio al que nos tocaba pertenecer a manera de resguardo.


Cada uno propuso una pequeña galería visual desde la que se podía traducir sus formas de observar el mundo. No fueron fotos al azar, sino una selección pensada, muy bien argumentada, de lo que no eran capaces de traducir con palabras. En este caso, el observador fue el fotógrafo y diseñador visual, Camilo Villegas, quien se tomó el tiempo de explorar una a una las fotos, de ofrecerles a ellos un minucioso comentario técnico a su propuesta. Les dio a aquellos interesados en la rama visual, ciertas herramientas para poder mejorar estas fotos. En este caso, la selección con más comentarios positivos fue la de Telmo, quien además se dio a la tarea de darles nombre, como si fuera una pequeña exposición.


La foto mejor valorada se titula "El lento flujo del tiempo":


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Según comentarios de Camilo:

"Esta es una fotografía con un punto de vista muy personal, subjetivo e interesante que, a pesar de no tener más de dos o tres elementos en la fotografía, nos da cabida para usar la imaginación y pensar quién está mirando esa imagen, quién es el sujeto, a dónde está mirando, ¿mira hacia arriba o hacia abajo?, ¿qué hay más allá de los bordes de la fotografía? Sin tener casi nada dentro de la foto, dice mucho. El título le da, además, un tono muy especial."

JUNIO 2020: UN EJERCICIO DE LA MEMORIA

Esta actividad culminó con una entrevista personal a cada uno de los participantes que se mantuvieron hasta el final: Telmo Díaz, Adryan Lira y Eloy Valdés. El lugar de encuentro fue en la fachada de las respectivas bibliotecas en donde se llevaban a cabo sus clubes de lectura. Casualmente, cada biblioteca tuvo su propio representante. Para nuestro equipo es fundamental mantener el respeto al espacio de la biblioteca, mostrar nuestro constante agradecimiento a sus trabajadores, bibliotecarias la mayoría, que hacen posible que esos edificios se mantengan con vida. Ellas forman parte también de estos clubes de lectura.


En los encuentros con Telmo en la Biblioteca de La Calzada, con Adryan en la Biblioteca de El Llano y con Eloy en la Biblioteca de El Coto, se articuló una conversación sostenida, honesta, acerca de su relación con la cultura, la sociedad y los libros.

Para nosotros, el mayor logro de la actividad, estuvo precisamente en esas conversaciones finales. Son entrevistas que presentan a tres perfiles distintos de adolescentes, con sus ideas del mundo. Es importante este ejercicio de la memoria, para poder entender su posición ante el mundo. Estos diálogos no buscaban profundizar sobre la vida en pandemia, aunque son temas que se asoman, sino en su relación con la cultura, con la experiencia de la adolescencia y el futuro.

No es casual que Telmo, Adryan y Eloy también mantengan un gran compromiso con los clubes de lectura en los que participaron, incluso cuando estos no se llevaban a cabo. Es un mérito ganado a pulso. Hemos seguido en contacto después de las entrevistas, seguimos dando vueltas a esas conversaciones, en debate o con nuevas ideas, pues el diálogo no es un espacio que se pueda medir en cifras o resultados, es un ejercicio cambiante como la vida.


A continuación, compartimos las tres entrevistas, tómense un tiempo y lean sus respuestas.


Julio 2020: Entrevista con Telmo

"Cuando leo ficción, imagino a los personajes. Les pongo cara y personalidad. Aunque luego en la historia no tenga sentido porque el personaje no es como lo imaginaba. Es como con las descripciones, me gustan cuando son para una acción, pero no al querer ser detallistas. Esas son un rollo."

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Agosto 2020: Entrevista con Adry

"Leer es como cuando entrenas. En ambos casos necesitas de disciplina, oír al cuerpo, saber lo que pide sin sobre esforzarlo. Yo soy flaco, pero tengo fuerza, y eso que me falta masa muscular. Imaginar, analizar, concentrarse, también son rutinas para leer. ¿Funcionarían los clubes de lectura en las canchas? Sí pero no sé cómo."

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Octubre 2020: Entrevista con Eloy

"Vivimos avances tecnológicos que no tuvieron nuestros padres. Tenemos redes sociales para expresarnos sin prejuicios. Se nos dio acceso a la información. Nos facilitaron la vida y las formas de comunicarnos; por eso somos diferentes, porque tenemos todas esas posibilidades a la mano. Es lo que nos toca. Entonces como el adulto piensa que su forma de hacer las cosas es mejor, sino lo hacemos como ellos entonces lo hacemos mal."

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Estos tres jóvenes han sido los representantes finales de esta dinámica. Y no queremos decir ganadores, porque esto no era un concurso, sino una propuesta de exploración que ellos siguen manteniendo con interés. Gracias a los observadores por su tiempo y opiniones, pero también a la colaboración de editoriales, profesionales del medio y del equipo de PezLinterna, porque pudimos darles a Adry, Telmo y Eloy una pequeña selección de libros como reconocimiento, con lecturas que seleccionamos según el perfil de cada uno. También bonos para Netflix y Spotify y materiales para el trabajo de escritura o pintura, según el perfil de cada uno de ellos. Dejamos aquí una muestra de los libros seleccionados:

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También hemos realizado fanzines en físico, con material reciclado, que muestran las propuestas de todos los participantes, así como las entrevistas de estos tres representantes de forma individual. Los hemos subido en Issuu. Sin embargo, las entrevistas, son las mismas que están publicadas aquí en el blog. En cuanto a las biblioteca, cada una tendrán un ejemplar de las entrevistas como un fanzine, porque nos parece importante que las voces sociales de una comunidad formen parte del archivo, mucho más en un año como el 2020.





 
 
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Cultura, libros, infancia y adolescencia

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ilustración de las jornadas @Miguel Pang

ilustración a la izquierda @Juan Camilo Mayorga

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