Actualizado: 3 sept 2021
Me gustaría empezar con una declaración de intenciones, a través de las palabras de la poeta Alejandra Pizarnak:
"Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En ese sentido, el quehacer poético implicaría exorcisar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos."
Pizarnik nos muestra un camino: el anudamiento posible y necesario entre el mundo de la salud mental y la literatura. Porque si algo tenemos las personas con problemas de salud mental son heridas y la literatura es esa gasa, como nos dice la poeta y mediadora Mar Benegas, que de alguna manera viene a mitigar el sufrimiento que nos procura la existencia.
Hace tres años que llevo a cabo en el Centro de salud mental de Hortaleza un proyecto de mediación lectora, en el que procuro acercar la literatura a los pacientes de la unidad de terapia ocupacional del Centro. Es una experiencia de mediación diferente y pensada para personas con problemas de salud mental, centrada en las necesidades de sus participantes.
Este proyecto surgió de un potente encuentro para mí, el de la experiencia de mi propio sufrimiento psíquico y de mi formación en el campo de la literatura infantil y juvenil. Sin embargo, el detonante fueron unas palabras que me dijo Mar Benegas. Más que unas palabras, fue un mensaje subversivo: "la literatura permite transformar la fealdad del mundo en belleza". Ese mensaje me transformó y me condujo a elaborar este proyecto. Y quizás sea evidente para muchos de los que trabajamos con la lectura, pero no lo es para aquellos que no están en diario contacto con el ejercicio de leer.
Conté desde el principio con el apoyo de todo el equipo de Hortaleza, quienes se han convertido a lo largo de este proyecto en unos grandes compañeros de ruta. Les agradezco el constante apoyo, y el respeto al diálogo libre con los pacientes.
Creo que llevar la literatura a las personas que sufren problemas de salud mental, es un acto de justicia. La luz de las palabras debe prenderse donde más hace falta y el mundo de la mente a veces es oscuro. Los que padecemos de estos problemas, además, sumamos un profundo estigma social y la injusticia por parte del otro que nos señala, minimiza o etiqueta. Llevar la palabra y la experiencia de la belleza, en programas necesarios de humanización, es una manera de contrarrestar este desequilibrio. Es una forma de combatir esta profunda desigualdad.
El proyecto se inició con unos talleres de lectura. Se llevan a cabo semanalmente en la unidad de terapia ocupacional del centro. Durante una hora comparto con personas que la psiquiatría denomina pacientes con trastorno mental grave, todos ellos adultos y con edades comprendidas entre los 20 y los 70 años. Son varios los ingredientes fundamentales de nuestros talleres. Uno de ellos es el género que leemos. En mi caso y, desde el comienzo de esta propuesta, tuve en el horizonte que el formato adecuado para nuestra actividad era el libro álbum.
Elegí este formato por ciertas dificultades que pude apreciar en el grupo. No implícitas a sus condición, sino a causa de las medicaciones psiquiátricas que toman. Los efectos secundarios afectan de manera importante a la capacidad de concentración y a la memoria. Por lo tanto, el álbum nos permite salvar estas dificultades. El uso de la narración visual en apoyo al texto, que muchas veces también es breve, permite que nadie se quede atrás en la lectura colectiva. Pues, otro de los aspectos importantes para el proyecto, es la inclusión de todos los participantes en la lectura compartida.
Otra de las razones por las que el libro álbum es efectivo, está relacionado a las diversas propuestas estéticas que nos ofrece este formato. Tras una selección previa, suelo agitar los encuentros mostrando distintos ejercicios de los profesionales de la ilustración. Es la forma más inmediata de trasladar una experiencia ligada a la contemplación y la belleza en distintas dimensiones. Luego está la palabra, el texto escrito, potente motor para la conversación.
NUESTRAS SESIONES
Los encuentros giran en torno a la lectura de un libro. Ellos escogen un libro para leer a partir de esa selección previa que hago, donde procuro elegir distintas propuestas estéticas. Es muy importante contar con su opinión, que ellos sientan que su decisión es importante para el desarrollo del encuentro. Que desliguen nuestras reuniones a las actividades impuestas a realizar durante el día. Mi intención es que nuestros encuentros se relacionen desde el deseo. Ellos son libres para participar o no. El enfoque es relacionar ese espacio con una experiencia placentera con los libros, sin que eso implique o requiera ninguna exigencia externa de su parte. Son ellos y la lectura, que no es poco.
Tras la elección colectiva, les hago una pequeña presentación del libro. Hablamos del autor, el ilustrador, el contexto en que se ha escrito. Posteriormente les leo. Los participantes le dan mucho valor a este acto placentero de que alguien les lea. Mis compañeros me han enseñado que precisamente la lectura en voz alta es una parte imprescindible de nuestro encuentro, hablan de mi voz como un regalo. Destacan que les tranquiliza, que escucharme les relaja y que cuando comienza la lectura entran en un estado placentero y de calma.
Leo dándole mucha presencia a la imagen. Me detengo lentamente en cada una de ellas, me acerco a los participantes, trato de hacer accesible las ilustraciones. De este modo, mientras la narración oral sigue su curso, ellos se van guiando con las imágenes presentes.
Una vez que termina la lectura, pasamos a la parte más importante de la sesión que es la conversación. Me ha tomado mucho tiempo despojarme del lugar del saber, en insistirles que lo importante es la opinión de cada uno de ellos, de lo que piensan y sienten respecto a la lectura. Poco a poco lo han ido incorporando con normalidad
Durante el confinamiento mantuvimos la conversación a través de WhatsApp, pues no todos tienen acceso a otros medios tecnológicos. Tras las nuevas medidas de seguridad nacional debido a la pandemia, estamos organizando encuentros a través de zoom. Durante el confinamiento, uno de los participantes manifestó que la actividad le permitía salir del aislamiento, lo que le daba cordura para resistir. Otra chica, declaró que el álbum había sido su salvación, pues le daba palabras al silencio del que necesitaba salir en esos días de encierro.
LA CONVERSACIÓN
La conversación es el núcleo central de nuestra actividad. La lectura compartida de los álbumes no solo son un ejercicio estético, sino que permite compartir los diferentes puntos de vista que tenemos sobre la vida. Los buenos libros nos abren ventanas enormes por las que asomarnos al mundo. Hacen que nos interroguemos, cuestionemos y emocionemos. Y todas esas posibilidades permiten que el lector conecte con sus experiencias vitales.
La riqueza y profundidad de nuestras conversaciones dejan en evidencia el prejuicio que se tiene sobre las personas con problemas de salud mental. Ese supuesto “déficit cognitivo” que padecen, ponen en cuestión esa infantilización de su pensamiento o esa incapacidad para llegar a cierta abstracción del mismo.
Basta con registrar algunas de las sesiones para entender su necesidad de conversar acerca de la enfermedad y el estigma que sufren por parte de la sociedad. Buscan desahogar y enfrentar esa mirada hostil que sienten hacia ellos. Suelen ser varios temas de los que hablamos, entre los que resalta la incomprensión y la soledad que sufren, el sentido de la vida, las diferentes formas y creencias con respecto a la muerte, la decadencia de los valores y la deshumanización de la sociedad, la justicia, la violencia de género, el acoso escolar y otras formas de maltrato. Incluso, nos ha conducido a temas más complejos como nuestra propia dureza personal y el suicidio como forma máxima de crueldad.
A veces las experiencias que surgen son duras, pero nos sentimos resguardados en esa función tan importante que tiene la literatura de nombrar y nombrarnos. Cuando lo hacemos, hay un efecto catártico en el grupo. Al contrario de lo que parece, nadie ha salido lastimado de ninguna conversación. Nos sentimos reconfortados. Aprenden juntos a escucharse, a respetarse unos a otros, pero también a escucharse a sí mismos. Comprenden que ellos tienen algo que decir. Una de las terapeutas del centro, afirma que tras estas sesiones, algunos de ellos volvían a encontrarse con personas que se habían olvidado que eran, seres humanos con una identidad, con algo que decir. Sujetos en pleno derecho.
Si hago un recuento de conclusiones, puedo enumerar diez aspectos relevantes que hemos evidenciado en los participantes después de las reuniones:
1. Son capaces de entender la lectura como un espacio del placer.
2. Usan componentes de su imaginación para el posterior ejercicio reflexivo.
3. Juegan y teorizan sobre las diferentes narrativas que descubren.
4. Aprenden a no tener miedo de trazar sus propias interpretaciones de una historia.
5. Disfrutan con los diferentes senderos por los que nos llevan las historia.
6. Asumen que no hay una única forma de ver el mundo.
7. No juzgan su forma de pensamiento, más bien le dan alas.
8 Dejan de tener miedo a dar su opinión.
9. Dejan atrás prejuicios y miedo a equivocarse. A partir del acercamiento al álbum, entienden que su forma de ver e interpretar esa lectura no es un error, que responde a las experiencias vitales de cada uno. Eso les da seguridad a la hora de opinar en una conversación.
10. Aprenden a valorarse y valorar a sus compañeros.
Con este proyecto no sólo nos relacionamos con el libro como entidad única sino que sirven de puente para un mundo interior más complejo. Ese donde habitan las palabras que nos nombran a cada uno de nosotros. Por eso el debate posterior a la lectura es el momento más esperado por todos ellos. Es el momento mágico en el que toman la voz. Personas que siempre están en silencio, nos ofrecen una pequeña perla y nos dejan sin palabras. Incluso otras que habitaban en el silencio y ahora alzan su voz para que se las escuche.
La experiencia definitivamente es significativa para las personas que participan en estos encuentros. Es una actividad terapéutica que no pretende serla. La experiencia de la palabra siempre es transformadora. Dar la voz a las personas que sufren problemas de salud mental no es más que un acto muy necesario de justicia poética.
Actualizado: 17 sept 2021
Cuando se decretó el estado de alarma hace algunos meses, la incertidumbre pasó a ser un derecho y la intimidad, un privilegio. Iniciamos un viaje de exploración confuso, sin mapas ni rutas, pero con muchas bitácoras recogiendo la información diaria. Las personas, aquellas que disponían de las herramientas para hacerlo, comenzaron a ampliar su mundo en las redes sociales con encuentros virtuales e interacciones del apego. Eso, cuando no estaban absorbidos por el teletrabajo o las clases en línea. Nos contábamos, mostrábamos, inventábamos, "reinventábamos". El espacio personal e íntimo se transformó en una reflexión compartida en tiempo presente. Nuestras voces eran alianzas pero también escándalo, ruido. En mi caso personal, no lograba concentrarme a menos que fuera una tarea mecánica. Pensaba, evidentemente, en varias de las dinámicas que estaba realizando con los jóvenes y que se truncaban. Antes de ceder a la frustración, cambiamos el rumbo de algunas ideas
Una de las propuestas nació específicamente durante los días de cuarentena. Se llama Diari del resguard y lo construimos las "traficantes de libros". Así nos hacemos llamar las integrantes del club de jóvenes lectoras en la Biblioteca de Montornès del Vallès. Para llegar a esto, necesité del apoyo incondicional y siempre dispuesto del grupo de bibliotecarios, con los que pude construir un espacio de comunicación virtual que no teníamos antes.
En este nuevo grupo de Whatsapp no hicimos las sesiones de clubes de lectura. Confieso que no quería ceder esta dinámica al espacio virtual y ellas tenían bastante trabajo con sus clases. Así que nos fuimos poniendo al día con nuestra situación real. Decidimos aparcar nuestras opiniones sobre Persépolis o Eleonor & Park (nuestras próximas lecturas), para hablar de los espacios que nos daban sosiego en medio de la incertidumbre. Absoluta libertad en contarnos, con mensajes escritos y diálogos con stickers. Fue así como iniciamos este peculiar diario del resguardo. A ratos fanzine, a ratos librillo de álbum musical. Es un diario en el que decidimos recoger aquellos contenidos que nos ayudaron a sobrellevar -o disfrutar- de la cuarentena y, a su vez, un recorrido íntimo y personal.
Trabajamos en equipo. Creamos, recomendamos, diseñamos, planeamos y, al final, decidimos que lo llamaríamos Diari del resguard. En catalán, pues ellas son mayoría. Quisimos usar la palabra resguardo porque, aún y cuando la sensación exploratoria era la de vivir en una distopía, nosotros queríamos estar del lado de la resistencia. Queríamos cuidarnos los unos a los otros. Este es un diario al que acudir en caso de emergencias. Quizás, estas voces que nos dieron cordura o distracción, puedan serles útiles también a ustedes en algún momento de caos. El diario no habla del COVID. Este es nuestro propio relato de la duda.
ESTRUCTURA
Dos poemas abren y cierran este diario. Ambos, descubiertos durante los días de resguardo, hablan de dos formas de iniciar o de observar al mundo: antes de la incertidumbre y después. El primero está escrito en catalán y pertenece a Maria Antònia-Salvà. El último está en castellano y es del venezolano Eugenio Montejo. Esto también corresponde a nuestra identidad como grupo, es nuestro idioma secreto, pues en cada sesión nos compartimos palabras en catalán a cambio de palabras o expresiones venezolanas (o en portugués).
Luego, el esqueleto del diario está compuesto por cinco microrrelatos escritos por Abir, Amal, Ari, Nour y Omaya. Pueden leerse de manera individual, como si fueran reflexiones sencillas del encierro; o entenderlas como parte de una historia personal que evoluciona y crece. Esa historia arbitraria habita en las páginas. Cuenta las emociones personales de dos personajes o circunstancias enfrentadas, pero que se van adaptando de forma coherente durante cinco fases: la duda, el caos, el miedo, la esperanza, la liberación. Este inquieto recorrido también se percibe en la forma en que decidimos organizarlo. Es decir, descubrirán que el título del diario, las señalizaciones, un poema y una canción están escritas originalmente en catalán. Pero las indicaciones y los microrrelatos están escritos en castellano. Las canciones, casi al cien por ciento, están en inglés y francés. Fuimos anexando las páginas, pensando en la coherencia discursiva más que en el idioma. Quisimos ser honestos con la forma en que nos contábamos, en la manera que iban fluyendo las ideas.
En el medio de cada relato, también se albergan fotos o ilustraciones compartidas por todo el grupo, en el que nos incluimos Leire, Verónica y yo. Las imágenes pintadas son, en la mayoría de los casos, bocetos del ocio, dibujos improvisados para pasar el tiempo. En cuanto a las fotografías, son más bien un registro de lo que era nuestros días durante el resguardo.
A medida que transcurre el diario, se percibe el uso de una iconografía propia de lo digital: conectar wifi, cargar batería, encender, reiniciar. Esos símbolos son también una voz que cuenta. La evolución de estos iconos en sus páginas propone una reflexión sobre el actual impacto de lo digital en nuestras vidas.
PUNTS DE TROBADA · PUNTOS DE ENCUENTRO
Decidimos hacer una señalización para algunas de las páginas. La idea era ubicarnos en medio del caos. En este caso, los punts de trobada (puntos de encuentro) son ese espacio en el que los sobrevivientes de una catástrofe se reencuentran y protegen. Para estos espacios, reunimos nueve recomendaciones de libros, series, películas, videojuegos, obras de arte. En algunos casos con una breve explicación, en otros solo con una imagen y su referencia. Son los espacios que nos dieron cobijo y que ofrecemos en caso de emergencia para el que lo necesite.
DUBTES EXISTENCIALS · DUDAS EXISTENCIALES
Otra forma de señalizar las páginas es con las dubtes existencials (dudas existenciales). Son diez fragmentos de canciones que nos acompañaron durante el resguardo. Estas canciones corresponden al momento emocional que señala el recorrido. Es decir, podemos tener la sensación de caer, de sentir que somos monstruos, de esperar, de querer huir, de viajar, de ser libres. En esta página no solo encontrarán trozos de las letras en su idioma original, sino imágenes de sus vídeos musicales como apoyo y referencia. Les dejamos también la lista de Spotify donde podrán encontrar la mayoría de las canciones recomendadas por el club de lectura.
CITES D'ALTRES DIARIS · CITAS DE OTROS DIARIOS
Esto es más que todo un gesto de coquetería pop. Reunimos cuatro citas de otros diarios de ficción en series o libros que nos fueron reveladores en momentos de angustia. Son las voces que forman parte de las recomendaciones y nos identificamos con sus ideas.
POR ÚLTIMO
Al final encontrarán recogidos todos los fragmentos de las canciones que hemos usado para este diario. Están traducidas al castellano y al catalán. La intención es ofrecer una guía, en caso de necesitarla, para poder entender la evolución de esta bitácora.
Hemos construido solo un diario en físico que estará en la Biblioteca de Montornès del Vallès en Barcelona. Para este libro de arte y cultura mainstream usamos papel reciclado. La única diferencia que no encontrarán en el formato digital, es que jugamos artesanalmente con el papel cebolla en medio de algunas páginas como si fuera bruma o ventanas que se abren.
DIARI DEL RESGUARD · DIARIO DEL RESGUARDO
Esta crónica no tiene respuestas a nada. Mucho menos el diario. Pero nos hace ilusión poder compartir con ustedes este trabajo de exploración íntima, personal, transferible. Un trabajo colectivo que buscaba contar de manera diferente el tiempo presente. Aún quedan otras dos propuestas distintas por mostrarles, pero esta era importante contarla ahora pues queríamos que simbólicamente se quedara dentro del estado de alarma de España, habitando el límite.
A continuación les dejamos explorar el diario de manera íntegra en issuu:
Actualizado: 3 sept 2021
A pesar de las dificultades propias de estas semanas de resguardo, el Banco del libro siguió trabajando de forma virtual para poder ofrecer los resultados de Los Mejores de este año. Además, 2020 es un año especial, pues se conmemoran los cuarenta años de su comité interdisciplinario de evaluación de libros en español para niños y jóvenes. Durante los últimos meses, los profesionales que forman parte del comité leyeron 320 títulos de distintas partes de Latinoamérica y España. El número de postulados para esta selección fue de 136 libros, de los cuales distintos jurados, eligieron un cuadro de honor en juvenil, infantil e informativo.
A su vez, ofrecieron una serie de menciones que amplía el catálogo, dejando evidencia de la calidad de los libros publicados en los últimos tres años, pero también ofreciendo más opciones de referencia para las personas que nos dedicamos a esta labor.
Estos resultados se lo debemos a la constante labor de María Beatriz Medina, directora general del Banco del libro y de Olga González, gerente de proyectos; quienes siguen resistiendo y promoviendo espacios para la mediación lectora. En esta edición contaron con la colaboración de Sashenka García, quien comprometida con la institución como ex bancolibrera, llevó a cabo la organización de los jurados y del evento que este año se realizó de manera online a través del Instagram del Banco del libro. Incluimos en este equipo a María Fernanda Rincón, quien ha mantenido con vida el blog donde se encuentran todas las reseñas de los libros postulados. Haz clic en las imágenes o títulos de los libros de la lista a continuación, y te llevará a la página del Banco del libro. Vale la pena tenerla como punto de referencia. Por último, lamentamos que las actuales circunstancias impidieran ofrecernos los resultados de los bibliotecarios, siempre es bueno ver cómo influye su tipo de mediación en estas decisiones, los esperamos el próximo año.
A continuación, compartimos los resultados de Los Mejores del Banco del libro 2020.
Atravesamos un tiempo desafiante como ha sido la cuarentena, necesaria aunque tedioso por el resguardo ante el Covid19. En medio de estas circunstancias el Comité evaluador del Banco del Libro no dejó de trabajar, leyendo y reseñando en la ruta a “Los mejores 2020” los fascinantes libros que llegaron a sus manos. Para el Jurado Juvenil no fue, sinceramente, una tarea tan difícil. Porque la verdad sea dicha, esta tarea fue el refugio que encontramos para sobrellevar las diferentes decisiones que tuvimos que ejercer como ciudadanos: quedarnos en casa y una crisis actual que acompaña nuestras circunstancias. En cuanto a los libros, el panorama era otro. Allí donde estaba nuestra riqueza, estaba el reto de llevar nuestra deliberación a buen término. Como Jurado Juvenil sostuvimos una misión de lectura inspirados por la visión de nuestro querido Banco del Libro: llegar a todos los espacios. Esta vez el espacio éramos nosotros mismos, en nuestro intercambio para poder evaluar. Y lo logramos. Fuimos puentes de lectura y transporte del material: exploramos vías de reunión a través de redes sociales, intercambiando ideas y opiniones. Todo ello ilustró, como aventura preciosa, nuestro paso por la evaluación de “Los mejores 2020”. Más que nunca ha sido un libro la más idónea de las compañías. A ratos un bálsamo, a ratos una medicina agridulce para mostrarnos cómo entender tiempos raros de adversidad compartida. Si bien no todos han sido los ganadores, los postulados han sido el mejor de los resguardos. Felicitaciones a los ganadores y a todos los postulados. Gracias por ofrecer libros que en tantos sentidos acompañan. Que han apostado a dar formas a lo que es inesperado, inefable, a veces sumamente hermoso y también sumamente difícil, incluso, de enunciar.
Hemos coincidido como jurado en asegurarnos libros muy valientes para nuestra selección. Esta fue una muestra muy particular. En momentos se sentía el pulso del riesgo combinado con la belleza. La deliberación del Jurado Juvenil estuvo siempre rondada por la imagen de la libertad de criterios, de la originalidad de las propuestas. Todo ello indica una gran valoración del lector, al ofrecer libros y miradas inteligentes con tanta calidad y tanto cuidado al elegir temas tan necesarios de abordar hoy en día. Creo que nuestra decisión reúne de alguna forma ese sentimiento que llenó nuestros intercambios, la sorpresa que no es sorpresa de proponer a cada opción, cual fuera, palabras sentidas de cada uno sobre la peculiaridad que cada material ofrecía en cada una de nuestras experiencias lectoras.
A continuación, con todo respeto y cariño, el resultado de nuestra deliberación.
María Fernanda Rincón, Jaime Yáñez y Annabel Petit
Caracas, Junio 2020
ORIGINALES JUVENILES
TRADUCCIONES JUVENILES
MENCIONES ESPECIALES
El Jurado Juvenil otorgó también tres menciones especiales, que gustosamente acordamos a partir de una rica discusión en torno a la fecundidad de imágenes, reconocimiento del baluarte cultural de lo urbano y valor en nuestro colectivo que tienen estas tres obras.
Estas son:
Educación Anterior. Una historia incompleta del punk venezolano. Rafael Uzcátegui (comp.) Ilustradores: Lucas García París y Edgar Jiménez. Provea. Caracas, 2019.
Mestre Wilson. Marco Chamorro. Editorial GatoMalo. Bogotá, 2018.
Iván el tonto. Lev Tolstói. Ilustrador: Decur. Traducción: Marta Sánchez-Nieves Fernández. Libros del zorro rojo. Barcelona, 2019.
La muestra de este año ha sido bastante amplia y surtida en cuanto a temas y formatos. La decisión no fue fácil, y debido a la indiscutible calidad de los libros que recibimos este año, el jurado decidió otorgar un mayor número de menciones. No queríamos dejar por fuera sin reconocimiento alguno el destacado trabajo hecho por los autores, ilustradores y editores.
En la muestra de libros originales encontramos temas como: la critica a los prejuicios de la sociedad por medio del humor, la lectura como elemento diferenciador, la escritura y los viajes. Encontramos respuestas a una de las preguntas más recurrentes: ¿Quiénes somos? También la posibilidad de humanizar lo indomable a través del amor y la confianza; el recuerdo de uno de los capítulos más tristes de la historia por medio de una infancia feliz, el poder de la imaginación como salvavidas ante la adversidad, la soledad y la amistad.
En la muestra de traducciones encontramos temas como: la vejez y sus misterios; las tradiciones y la defensa de una vida digna. La vida, la familia, la traición y la muerte. También sentimientos expresados de manera sencilla y hermosa. Y en otras oportunidades, de manera jocosa.
Los libros de esta selección representan las inquietudes de la sociedad de nuestro tiempo. Libros que reflejan la necesidad de resaltar lo mejor de la humanidad, aquellas características que nos permiten vivir en armonía, respetando y tomando en cuenta siempre al otro, recordándonos que somos parte de un todo y de un devenir, principio y fin.
Valerie Weilheim, María Beatriz Medina y Michéle Carezis.
Caracas, junio de 2020
ORIGINALES INFANTILES
TRADUCCIONES INFANTILES
MENCIONES ESPECIALES
La caimana. María Eugenia Manrique. Ilustrador: Ramón Paris. Ediciones Ekaré. Barcelona, 2019.
La carta de la señora González. Sergio Lairla. Ilustradora: Ana G. Lartitegui. Editorial A buen paso. Barcelona, 2019
Pitchipoï. Jacqueline Goldberg. Ilustrador: Juan David Quintero Arenas. Tragaluz Editores. Medellín, 2019
Contar. Pep Bruno. Ilustrador: Andrés Antinori. Editorial A buen paso. Barcelona, 2019
Sentimientos encontrados. Gustavo Puerta Leisse. Ilustradora: Elena Odriozola. Ediciones Modernas El Embudo. Madrid, 2019
Migrantes. Issa Watanabe. Libros del Zorro Rojo. Barcelona, 2019.
El regalo de los reyes magos. O. Henry. Ilustradora: Lisbeth Zwerger.Traducción: Juan Ramón Azaola. Editorial Cuatro Azules. Madrid, 2016
Mi abuelo pirata. Laia Massons. Ilustradora: Zuzanna Celej. Traducción: Isabel Llasat. Akiara Books. Barcelona, 2019
Esperamos a un bebé. John Burningham. Ilustradora: Helen Oxenbury. Traducción: Susana Tornero Brugués. Editorial Juventud. Barcelona, 2019
Señor gato. Blexbolex. Libros del zorro rojo. Barcelona, 2019
Una de las iniciativas de los últimos años en Los Mejores, ha sido ir abriendo un espacio para los libros informativos. Esto responde a la alta producción de materiales informativos dirigidos a niños y jóvenes en la actualidad, sino también a una evaluación mucho más especializada. Aquí les comparto el veredicto:
“La evolución ha sido uno de los avances más importantes del pensamiento biológico moderno. El término alude a la interconexión de todos los organismos vivos,
a los cambios graduales que se producen dentro de cada especie y a su diversificación con el paso de los milenios: un proceso gracias al cual nos hemos convertido en lo que vemos cuando nos vemos al espejo.”
Ella Frances Sanders
Comernos el Sol: Pequeñas reflexiones sobre el Universo.
Libros del zorro rojo, 2019
La evolución no se restringe al mundo de lo vivo. En el universo de la literatura, los libros, junto a la palabra, cómo decirla y la manera de representar el pensamiento y su diversidad, también evolucionan: Co-evolucionan con el lector, bajo presiones selectivas. Adaptándose, diversificándose.
Producto de esta co- evolución hemos visto cómo los libros informativos se han hecho espacio entre “Los mejores libros para niños y jóvenes”. Hemos sido testigos de cómo han ido definiendo su “nicho”. El año pasado optaron por un escalafón especial, la Mención Humboldt y en este 2020, justo cuando el Premio cumple 40 años, alcanzan su propia categoría dentro de la premiación. Logro que nos satisface como lectores e investigadores, porque en un mundo catalogado de “Infoxicado”, pudieron haberse creído vulnerables o en vías de extinción.
¿Qué lugar podía quedar en el mundo editorial para el libro informativo cuando disponemos del “dato instantáneo”; de la interacción casi sincrónica con el hecho, con el fenómeno; cuando la virtualización y la simulación ofrecen posibilidades de sumergirse en diversos ambientes y situaciones para vivir experiencias de contacto y de toma de decisiones? Esta pudo haber sido una pregunta. Pero, gracias a autores y a editores que entendieron que los lectores también evolucionan -y que lo hacen en respuesta a un mundo que les exige cada vez más imaginación, reflexión e interiorización en aras de que el crecimiento individual sume al colectivo- es que hoy disfrutamos de esta maravillosa muestra de libros informativos. Libros que desde hace mucho no solo tratan de manera objetiva la realidad, sino que aluden, retan e interpelan estéticamente a la participación y responsabilidad de un lector que se sabe parte de una realidad objetiva en interconexión con la subjetiva: realidades que se influyen y condicionan la una a la otra.
Los libros postulados de esta edición nos recordaron que: “Somos polvo de estrellas (…) que estamos compuestos por la roca, la ola, y la corteza de los árboles, los caracoles y el olor a jardín después de la lluvia” (Comernos el Sol: Pequeñas reflexiones sobre el Universo. Libros del zorro rojo, 2019.); que “somos una gota de agua/que un día cae al mar/como fruto maduro/como una flor que abre todos sus frutos” (La gota de agua: según Raimon Panikkar. Akiara Books, 2018); “que una semilla es una cápsula espacial, un sencillo y sofisticado envase lanzado al mundo que en su interior mantiene un ser vivo” (Semillas: un pequeño gran viaje. A buen paso, 2018). Que hay un cielo nocturno habitado con formas y enigmas, que nos guían y nos inspiran desde siempre (El cielo imaginado A buen paso, 2018); que la Tierra bajo ese cielo, gira sobe sí misma y alrededor del sol y que cada estación que es parte de ese giro, tiene su ciencia (Ciencia para pasar el otoño. Iamiqué, 2019); que la vida en el planeta tiene su historia, y que podemos llevar cuenta de ella, cual naturalistas, desplegándola para extendernos en el tiempo evolutivo (La historia de la vida. Evolución. Océano, 2018). También que desde que aparecimos en el planeta nos dio por contar, por medirlo todo y que hacerlo nos ha permitido entender y construir el mundo que habitamos (Las mediciones no fueron siempre así. Iamiqué, 2019); que desde pequeños la necesidad de contar nos habita y nos construye (Contar. A buen paso, 2019).
Nos recordaron que desde siempre nos hemos inspirado en la naturaleza y en sus formas, llegando por analogía a inventos de todo tipo, imitando incluso a seres que actualmente no nos acompañan (Trilobites. Océano 2017); que la ciencia y el arte coinciden en su obsesión por abstraer y representar el mundo, al espacio, al caos y que muchas veces lo hacen de la misma filosófica manera (Pensar el espacio. Reflejos, superficies y colores. Petra ediciones, 2018). Que si bien la actividad humana ha contribuido a destruir ecosistemas y recursos de nuestra Tierra, a cambiar nuestro clima (Se van los glaciares. Cambio climático en los Andes venezolanos .Fundación Empresas Polar, 2017) muchos no desistiremos del afán por disminuir nuestra huella ecológica, de reconstruir lo que podamos (A la vista. Libre Albedrío, 2017) y de soñar con mejores maneras de habitar el mundo: un hogar dentro del gran hogar (La casa en el bosque. Libros del zorro rojo).
También que en esa mejor manera de estar en la Tierra queremos convivir con otros seres que tienen el mismo derecho a estar (Retratos animales. Libros del Zorro rojo, 2019); porque la buena relación entre los hombres y animales sí es es posible, sobre todo si lo asumimos desde pequeños (¿Lo ves? Norma, 2019); que hay libros que nos invitan a pedalear en el aire, a disfrutar de una carta infinita a través de la obra de quienes han hecho del arte su manera particular de representar el mundo e invitarnos a vivirlo de manera mágica y diferente (La maleta mágica. Ekaré Sur, 2017).
Esperamos que este breve recorrido se convierta en una invitación a leer cada una de las reseñas de los libros postulados. ¡De los ganadores y sus menciones! en nuestro blog porque, como menciona Brenda Bellorín, una de nuestras investigadoras bancolibreras: “aun cuando busquemos ver objetivamente los distintos aspectos de un libro, nuestra subjetividad siempre se cuela… Un mismo libro no sólo puede ser interpretado de manera muy diferente por distintos lectores, sino que puede tener un sentido específico en un contexto determinado” y esto que hoy tiene un significado especial para nosotros como jurado de “Los mejores” seguramente adquirirá también uno especial para cada uno de ustedes. Lo que sí es cierto, es que la decisión, como siempre, ha sido difícil, porque hay demasiado de lo bueno que debe conformar un buen libro, en cada uno de estos.
Freya Rojas y Olga González.
Caracas, junio de 2020
MENCIONES ESPECIALES
Comernos el Sol: Pequeñas reflexiones sobre el Universo. Ella Frances Sanders. Traducción: David Paradela. Libros del zorro rojo. Barcelona, 2019
Trilobites. Maia F. Miret. Ilustrador: Manuel Monroy. Editorial Océano. Barcelona, 2017
ALGO DE HISTORIA · BANCO DEL LIBRO
En 2020, la institución arriba a los sesenta años. Es un número importante que se traduce en resistencia, innovación, muchísimo trabajo y un amor sincero a la lectura como proceso transformador del ciudadano. El Banco del libro es una figura de referencia obligada para todos los que trabajamos en este medio. El siguiente vídeo se realizó en su aniversario cincuenta. No solo se recoge su historia y trascendencia, sino que es contado a través de las personas que se han encargado de dirigirla y mantenerla a flote. Faltaría un anexo que cuente los vertiginosos diez últimos años cargados de retos. Inmersa el cambios históricos importantes en la historia de Venezuela, el impacto de la crisis económica y social; junto a muchas de las lecciones de adaptación y reinvención que nos sigue dando el Banco del libro.