Sex education
Creada por Laurie Nunn
Netflix, 2020
Masturbarse es un conflicto para Otis. Lo es en la primera temporada y aunque se matiza de manera distinta, también lo es en la segunda. Ese conflicto todavía sigue estando allí, como un dinosaurio al despertar. Porque para el protagonista no se trata de un acto cotidiano, como si lo es para cualquier otro adolescente. En su caso, necesita descubrir su independencia más allá de las grandes lecciones que su madre y terapeuta sexual, la Dra. Milburn, le pueda ofrecer. El sexo, para él, no es un tema tabú y ese conocimiento lo frena.
Sí, esta es una serie sobre el sexo. Dirigida al público joven, de trece o catorce años en adelante, quienes además la disfrutan muchísimo porque en el fondo, es una serie sobre ese complejo momento de la adolescencia, la lucha con las hormonas y la construcción de la identidad. A ratos es muy inglesa, elegante, pero reveladora y graciosa. No es una serie porno, no pretende escandalizar con el morbo; por el contrario, busca dar luces de confianza en los adolescentes que se sienten desorientados acerca del tema. ¿De qué forma? Pues Otis aprovecha todo el conocimiento adquirido en la convivencia con su madre, para ofrecer un consultorio sexual a sus compañeros. Lo hace junto a su amiga Maeve, para poder ganar un dinero extra. Desde esa trinchera, el espectador va conociendo las inquietudes de estos jóvenes del instituto. Esta no es una serie educativa con contraindicaciones; es más bien una puerta a entendernos desde la desnudez. La pregunta final siempre es: ¿quiénes somos y qué queremos?
Por ejemplo, Maeve es una chica aparentemente dura, pero realmente busca la justicia hacia las mujeres y su legítimo derecho a pertenecer a un espacio educativo a pesar de su familia. Lo vemos en su cotidianidad: vive en una caravana, trabaja para subsistir, pero es una gran lectora, escritora, feminista comprometida. Eric quiere mostrarse tal cual es, no sólo un gay, sino lucir su apariencia con ropas llamativas, coloridas, imponer un estilo pero en el fondo está enamorado, cree en el perdón y mantiene una relación natural de amistad con Otis porque, en el fondo y realmente, no existen diferencias entre ellos más de sus preferencias sexuales. Y así, cada personaje no sólo se enfrenta al sexo, sino a lo que ese acto sexual implica para sus vidas y la forma en que se relacionan con el otro.
En la segunda temporada resalta, por sobre todas las historias, el hecho de que al personaje de Aimee la acosaran en un autobús. El valiente desempeño de esta historia, que no había sido tratada hasta el momento de manera tan contundente al menos en una serie con tantos seguidores jóvenes, pone en evidencia el constante desamparo de las mujeres jóvenes ante la figura del hombre a esa edad. Lo siento, en 13 reason why se dan lecciones de vida masticadas, y aquí por el contrario lo hacen desde la solidaridad y realidad.
Es cierto que Sex education a veces cae en muchos lugares comunes en cuanto a la forma de relacionar sus historias de amor, sobre todo en los finales de temporada; o se pierde en algunos intríngulis innecesarios por la larga duración de sus episodios que pudieran durar menos. Sin embargo, se fortalece en la forma en que muestra las relaciones de amistad que construyen sus personajes a partir de sus incapacidades con el sexo, el deseo y los adultos.
La banda sonora es impresionante. Puedes encontrar canciones de Air, Ezra Furman, Sufjan Stevens, Billy Idol, INXS, Rod Stewart, The Smiths, The Cure, entre muchas otras bandas.
Cadena: HBO
Creadores: Sam Levinson
Temporada: 1
Euphoria es una serie triste. No voy a mentirles. Rue ha decidido contarnos su descenso a los infiernos, su adicción a las drogas, el duelo por la muerte de su padre. Solo que ella ahonda más allá, nos muestra como narradora la vida de sus compañeros y amigos, conduce al espectador a lanzarse en los distintos abismos adolescentes de este pueblo de los Estados Unidos. Son soledades que se encuentran en un mundo mediado por las redes sociales, por un vacío existencialista y trascendente propio de la adolescencia. Si quieren ver a unos personajes en tránsito, en una lucha constante con la identidad adulta, transiten este camino junto a los protagonistas de la serie. Muchos hablan de que es la primera serie enteramente adolescente de HBO, pero lo hacen con muchos fuegos artificiales, resaltando que es original para que nos olvidemos de la adaptación de Heathers, con la cual exploraron los temas, el tono y la estética. Porque en su estética radica una de las grandes glorias de la serie.
Este paisaje tan desolador, solo puede ser visto con un espectáculo de la imagen, formas narrativas, música, dirección, colores, fotografía, el impactante maquillaje inspirado en divas de los años sesenta y setenta, una propuesta glam que transforma a sus personajes femeninos en estridentes modelos de los mensajes: escarcha (purpurina), colores neón, cristales. Personajes rotos que brillan. Con actuaciones igual de deslumbrantes, resaltando a Nate, el macho tóxico y confundido interpretado por Jacob Elordi quien nos regala una de las mejores escenas de la serie; Kat, personaje de Barbie Ferreira, imagen del body positivity y quien construye un complejo personaje alrededor de la imagen, la identidad, el sexo y el empoderamiento; Hunter Schafer quien da vida a la adorable Jules, un personaje transgénero interpretado por una actriz transgénero, con el gran logro de que ese adjetivo no sea precisamente un tema a tratar. Jules es una chica recién llegada, que necesita liberarse y transitar grandes ciudades, que se explora, se enamora y busca reconocerse en esa persona que lleva años construyendo.
Sin embargo, mis aplausos y respetos van hacia el personaje de Rue interpretado por Zendaya. Su recorrido no es fácil, es oscuro, es como correr sobre el fango, es frustrante y a pesar de eso la entiendes, la acompañas, la quieres, la sufres. Esta serie es un espectáculo narrativo, con un final sorpresivo, irreverente, conmovedor. Habla de los jóvenes en la actualidad, con buenos diálogos, pero a su vez le habla a ellos y le habla al resto del público, dialoga con sus códigos y los respeta. No es una serie para reflexionar sobre ellos, sino una historia sólida en donde están vinculados esos adolescentes. Una gran sorpresa.
Cadena: HBO
Creadores: Jesse Armstrong
Temporada: 2
"Qué maravilloso está siendo siendo odiar a los Roy", dice Natalia Marcos en un artículo para El Pais sobre la serie. Y lo comparto, esta es una serie para sentarse a ver las salvajadas de esta millonaria familia, las cosas que se dicen, geniales en su mayoría, y detestarlos. Es un brillante guión, excelentemente interpretado. Queremos odiarlos, pero no que desaparezcan.
Va de una familia poderosa, dueña de un gran imperio de medios audiovisuales y de comunicación, de sus diferencias generacionales y empresariales, y de un padre, un fabuloso Logan Roy, el más retorcido miembro de la familia, que busca un futuro heredero entre sus ambiciosos miembros de la familia. No es un drama, es mucho más una tragicomedia, una profunda desilusión constante del ser y pertenecer a ese apellido. Es una de las grandes series estrellas de HBO, premiada y aplaudida por la crítica, por su capacidad de construir una narrativa sobre el poder y la ambición, clásica si se quiere, pero con tono actual.
La dirección, centrada en sus personajes y deleitándose en las escenas corales, conduciendo la atención del espectador a los ejes focales de las conversaciones, en esos desencuentros, son un valor agregado y novedoso en el discurso televisivo. El final, sin duda, fue tan inesperado como poderoso, alzando con fuerza la historia por otras temporadas.