
Esta entrevista realizó como parte de la actividad de cierre del programa "Lecturas rebeldes" que llevé a cabo con las bibliotecas municipales de Gijón. No se trata del registro de una sesión del club, aunque perfectamente pudiéramos hablar de esos temas un día cualquiera. Procuré que fuera una entrevista, sin mediación y con poca intervención, para que no se vieran sugestionadas sus respuestas. Además, en nuestras sesiones se da, de forma tácita, el respeto a la privacidad de nuestras opiniones. De hecho, siempre que uso algún dato anecdótico del club, existe un previo permiso por parte de ellos. Porque para escucharlos, también hay que respetar sus decisiones. La elección de entrevistar a este grupo de jóvenes en específico proviene de que se trata de un grupo que, a pesar de sus idas y renovaciones, se ha mantenido durante cuatro años con integrantes que asisten habitualmente a leer en la biblioteca. Ellos son Sara, Pablo, David, Silvia, Manuel, Elena, Dani, Sara* (a quien de cara a la entrevista le pondremos un asterisco para distinguirla, puesto a que las iniciales de ambas son iguales), Raquel, Darío, Lucía, Vicky y faltaron Marina, Pelayo, Itsasne y Alba. Las edades están alrededor de los 12 y 17 años. Incluso, cuatro de sus integrantes, de manera autónoma y personal, llevan a cabo en la actualidad un podcast llamado Utopía donde recomiendan cine, serie, música y libros. Todo esto lo hacen no sólo por placer o compromiso o sentido de comunidad, sino porque se sienten acogidos por el espacio de la biblioteca. El interés personalizado que Raquel, su bibliotecaria, le imprime cotidianamente a cada uno de ellos es parte de este sentido de pertenencia. Así como entender que mi labor de monitor no se basa solo en acudir hora y media cada dos semanas a hablar de un libro, sino que el acercamiento sobre las recomendaciones nace en cualquier momento, con un whatsapp o un correo. Y es que somos pocos los que, en su órbita, se preocupan genuinamente por conversar a su lado acerca de la cultura, la literatura o el arte. Queremos que sean más los que se sumen a esta conversación literaria, entre iguales.
¿Cuál es la identidad de este club con respecto a los de otras bibliotecas?
Sara: Hemos crecido juntos; la gran mayoría compartimos más de cuatro años y sabemos adaptar a la gente nueva. No hay corte con la adaptación porque todos hemos sido nuevos.
Elena: Creo estamos muy unidos y hay cero mal rollo.
Manuel: A diferencia de la definición estricta de club de lectura, de zona de reunión para hablar o debatir sobre un determinado libro, estamos muy abiertos a cualquier tipo de ficción, la que sea. Y creo que este club tan particular no solo destaca por la unión; también destaca porque todos tenemos unas ideas rebeldes en varios sentidos.
Elena: Me llama la atención que digas que este club de lectura es rebelde cuando estamos hablando de adolescentes. Es decir, se supone que todos tenemos ese componente rebelde.
Sara: Pero si te pones a pensar en la lectura juvenil que hay actualmente en los clubes de lectura, creo que no se puede comparar. Hemos pasado de Harry Potter…
Elena: Perdona, nunca se pasa de Harry Potter.
Lucía: Exacto.
Sara: Vale, quiero decir, que pasamos de tenerlo como lectura principal, que es algo fácil de leer, algo primerizo; para avanzar a otras lecturas.
Manu dijo que no solo libros, ¿qué otros formatos les gusta a ustedes?, ¿qué tipo?
Elena: Todo lo que se pueda trabajar, todo lo que podamos abarcar nunca va a ser suficiente.
¿Ustedes se consideran jóvenes de la media?
Reclamos varios e indginados.
¿Ustedes se consideran representantes de esta generación?
Sara*: Es que ahora convergen muchas modas.
Lucía: Hoy en día hay tantas cosas por hacer y por leer; hay tanto en general. Puedes tener determinados gustos, y no es que seas del montón o no, sino que cumples unas características concretas compartidas con otra gente…
Yo nunca dije del montón, dije de la media.
Lucía: Sí, sí, pero es que puedes identificarte más con un grupo de personas que con otro, pero hoy en día hay tanta variedad, están siempre los mismos tópicos.
Pero Lucía está hablando de tópicos y Sara habla de modas.
Sara: Actualmente hay muchísimas corrientes que nacen así y a las dos semanas desaparecen. También rehusamos y reutilizamos el pasado. Por ejemplo, el tema literario, ahora mismo podemos leernos clásicos, El guardián del centeno, yo qué sé, o de una década pa’ trás y no es ni viejo ni antiguo, sino que convergen muchísimo. Ahora estamos en un momento donde converge todo a la vez y no hay un tiempo determinado para leer o no leer cualquier cosa.
Pablo: Desde que nacen las vanguardias en el siglo XX, hay un montón de movimientos al mismo tiempo que, de no haber sido por una dictadura de putos cuarenta años, pues oye, a lo mejor esos movimientos hubieran prosperado de distintas formas, y lo que tenemos hoy ya lo tendríamos desde hace mucho más tiempo.
Sara: Y lo de la media... es que no hay juventud media…
Vicky: Con la media creo que se refiere a los típicos estereotipos de la moda actual.
Sara*: Precisamente, no hay una corriente fija, y si no hay una corriente fija no hay una moda actual. Varían. No es lo mismo quién pueda ser aquí de Gijón, a quien pueda ser en Oviedo.
Elena: Entonces de repente te encuentras a un cani serio en Oviedo, pero vas a Sevilla y te encuentras a otro cani en las procesiones, pero esta vez con su rosario cantando sobre perreo.
Sara: ¡Ya! Pero es que el cani varía su caniiismo.
Lucía: Por ejemplo, ahora está muy de moda vestirse como lo que se dice barriobajero, es decir, con el chándal de Adidas, los súper playeros, las camisetas metidas por el chándal, chándal alto, y hay un montón de gente que lo ves en un sitio y vas a otro y lo ves también; pero aun así siguen siendo distintos; a pesar de que parece que son iguales… podemos decir que una persona es cani y quizás no lo sea en ese sentido que la gente cree, es decir, puede ser un cani de los de verdad, o es un cani diferente al resto de los canis o simplemente es alguien que parece un cani por su ropa.
Darío: ¿Pero por qué estamos hablando de esto?
Nota del editor: Cani es el calificativo que se usa en España para referirse a un personaje urbano relacionado con un comportamiento superficial y agresivo, que viste con ropa deportiva, chándal y gorra.
¿Por qué se sienten incómodos con este tema?
Darío: No lo sé, la incomodidad llega cuando llega, como ahora.
Elena: Es que llega un momento en el que me dije: Yo soy la media. ¿Por qué? Porque cumplo con determinados conceptos que la sociedad impone sobre mí, que establecen un modo de vida. Por ejemplo, ¿qué es una persona normal? La que baja a la compra, la que tiene un determinado
estilo de vida, la que tiene metas dentro de la sociedad, va al instituto y convive con el resto de la gente. O sea, sigo unas pautas de la era en la que vivo. Ser una persona media tiene que ver con eso.
Dani: Es que yo no entiendo nada. O sea, estoy súper perdido. Yo no interpreté la pregunta así. La vi de manera más simple. Es decir, dijiste eso y yo realmente lo que siento es una desconexión con… Por ejemplo, si me reduzco a mis entornos, y miro La Revoltosa y veo mi club de lectura y a mis cuatro amigues de mi edad, digo: Ah bueno, nada está mal, pero si me empiezo a fijar en otros lugares, es como que yo no me siento que pertenezco allí, en esa media.
Silvia: Yo es que instintivamente no pienso que haya una media ni creo que las personas sean iguales unas a otras. No sé, me parece que estaría mal de mi parte pensar así de los demás. No creo que nadie sea igual a nadie ni que yo pueda tener la pretensión de declarar cuál es una media o qué es lo que la mayoría es o no es, porque no lo sé y no creo que pueda saberlo.

Vale, ¿cómo se sienten ustedes con los adultos que les intentan acercar a los libros? O sea, personas como yo, o Raquel, o sus profesores
Varios: Depende…
Sara: Depende de la iniciativa, porque personas como Raquel o tú no están mediados por eso que dices de la media de lo que debería ser la juventud. Pero cuando te vienen profesores que, aunque sea su trabajo, intentan meternos en la lectura desde pequeños con clásicos, con el mira lo espléndido del mundo de la lectura... No sé, me parece que con el trato de igual a igual se puede llegar muchísimo más que con el yo estoy por encima de ti y decido lo que puedes o no, o lo que estás capacitado o no a leer. Porque yo puedo hacer mi interpretación y no me dejas elegir.
Raquel: En mi caso creo que depende más del libro, de si me gusta o no.
¿Ustedes están de acuerdo con la lectura obligatoria en los colegios?
Bufidos colectivos.
Raquel: En mi colegio te dicen que debes leerte un libro por trimestre, pero el que tú quieras…
Silvia: Eso sigue siendo lectura obligatoria.
Sara: No, a ver, hay unos clásicos que obligato… no obligatoriamente, pero de los cuales deberías conocer un título y un autor, por eso de tener un poco de cultura.
Lucía: Por eso no sé qué sentir, porque tú le puedes enseñar a unos niños equis cosa para que no queden como incultos…
Pablo a Sara: A ti te molesta que venga alguien con un tono de superioridad a decirte lo que es un clásico o lo que tiene que leer la gente. ¿Pero ahora es importante? No tiene sentido.
Sara: A ver, una cosa es que por mi edad estipules lo que puedo o no puede leer porque soy menor y no sé opinar; esa es la opinión general de un adulto. Pero otra cosa es que no conozcas el Quijote de la Mancha, que es, lo quieras o no, un hito. Como lamentablemente Crepúsculo también es un hito en la historia de la literatura y hay que tener aires de cambios. Quizás uno tiene puntos de vista diferentes.
David: A mí me parece muy bien y que la lean en clase, me parece mejor, porque en mi clase tengo vagos más vagos de lo que os podéis imaginar, y si no los obligas no lo hacen ni pa’tras.
Silvia: ¿Y crees que obligándole a leer algo que no les interesa van a aprender más? Pues yo creo que no, hay que enfocarlo de otra manera.
Lucía: Debería inculcarse a que la gente lo haga voluntariamente.
Elena: No se trata de que se conozca o no, algo sobre un argumento del Quijote. Se trata de que entendamos cómo somos, quiénes somos y en qué constituye la vida moderna, y eso se ha expresado siempre en la literatura. Es decir, la sociedad ha avanzado, ¿dónde está mejor reflejado? En lo que ellos han hecho de forma voluntaria. Ahí se constituye la literatura y uno entiende el avance de la sociedad y la puede entender mejor a través de diversos títulos. Por ejemplo, El retrato de Dorian Gray, que ya todos saben que me lo acabo de leer. Sin Dorian Gray, no podría haber entendido en qué punto de decadencia extrema estaba la época como para llegar a intentar abstraerse de todo y centrarse sólo en la apariencia física, la belleza, y refugiarse en la literatura como lo hizo. O Cervantes, hasta qué punto trata de introducir unas nuevas reglas y fue criticado por ello, o incluso cómo usó la literatura como un arma. Es eso, no creo que haya que conocer las lecturas en sí o el argumento, que yo allí estoy con vosotros; pero también hay que reconocer que si no sabemos de ciertas cosas generales no vamos a ser capaces de entender la sociedad en la que vivimos. Creo que es mucho más fácil adaptarse teniendo unos conocimientos sobre todo lo relacionado con la historia del ser humano.
Sara*: Yo creo que el problema es inculcarnos lo de tienen que leerlo porque si no, no tendrán cultura general. Entonces al final es cuando se te empiezan a quitar las ganas, y más a las personas que no les gusta leer de por sí. Que exista una lectura obligatoria, pero que sea un libro en concreto elegido por uno, como hacéis vosotros, Raquel, porque fuera de los aspectos de lo que acaba de hablar Elena, de entender mejor algunos aspectos de nuestras vidas, también hay un enriquecimiento de lenguaje y de vocabulario que creo que no lo vas a conseguir si no te acercas a la lectura, pero que sea libre, tomando en cuenta el gusto de todos.
Silvia: Cada persona tiene una línea de aprendizaje y se toma la educación de manera diferente, y que si tiene interés en algo, no siempre es el mismo interés que el resto. En la literatura, una de las cosas buenas que tiene, es que hay de todo y nos puede ofrecer de todo, y a cada persona seguro que hay cosas que les pueden interesar más o menos; que además no es léete el Quijote, porque eso no es así, es léete esta adaptación del Quijote desde que tienes tres años, apréndete el argumento de La Celestina. Y pueden ser libros súper interesantes, que pueden aportar muchas cosas, pero nunca se acerca la literatura como un viaje personal de cada persona. Algunas cosas tendrás que leerlas antes, otras igual no tendrás que hacerlo. Igual eso no es algo que vaya a ayudarte a crecer. Hay cosas que no están mal aprender, pero es que el aprendizaje de cada quien es diferente y es importante respetar eso.
Vicky: No me parece que la cultura se puede acercar solo desde la lectura. Es decir, que leer este libro te da cultura general. No creo que solo es leer para eso, también te puedes ver una película, puedes tener otras maneras para llegar a eso. Lo importante para mí es que lean, no que los obliguen, y que conozca lo que quieran conocer.
Pablo: Luego de escucharlos, entiendo que el objetivo de que sean lecturas obligatorias es comentar la lectura, y creo que eso no se hace imponiendo un libro, sino fomentando la responsabilidad de la gente y los estudiantes, para que en un futuro se conviertan en buenos ciudadanos, responsables de su propia culturización. Es decir, el instituto no debería enseñarte cultura, debería enseñarte a ser responsable para que por tu cuenta y con tus medios, aprendas esas cosas.
Elena: Las lecturas obligatorias hacen dos cosas: a las personas que les gusta leer las machacan porque nos da asco leer en ese momento, y a las personas que no les gusta leer, no me lo quiero imaginar. Ejemplo: mi gran odiado libro Campos de fresa, qué mal lo pasé esa tarde leyendo esa porquería, qué mal lo pasé.
Sara: A ver, yo coincido con lo que opinó Silvia, pero pienso que en la educación no puedes pretender dar literatura universal y no incluir la literatura actual. Porque consideramos además que la literatura oficial solo se ha dado hasta el siglo XX y no se han dado más éxitos ni movimientos. Puedes encontrarte más de veinte títulos que son un hito y han marcado a la historia de la literatura o la ficción, y son hitos que han cambiado la forma de escribir la literatura. Entonces el fallo de los profesores es considerar como un buen libro clásico, escritos de mil novecientos para abajo y que no acepten que pueda gustarte Crepúsculo o After...
Reclamos generales.
Sara: ... que podrían ser considerados clásicos modernos, nos guste o no nos guste, esté mal o bien escrito, sea tóxico o lo que sea, pero marcaron una época de años de réplicas de otras sagas.
Sara*: Es que yo estoy de acuerdo con Sara en que no queremos avanzar y nos estamos quedando estancados. He escuchado a mucha gente decir que como ahora hay internet, todo está más extendido y por eso parece que llega a más gente. ¡Vale! Pero es que ha empezado una era nueva, en la que existe internet, y yo creo que eso en la literatura no se está contemplando.
Sara: Que es muy importante, sí, pero también entender que no hay un parón de veinte años entre un gran libro del siglo pasado y algún otro de la actualidad.

¿Ustedes creen que se produce buena literatura para ustedes en la actualidad?
Sara: El problema es que se comercializa la que no.
Manuel: Y que bueno o no bueno, es algo totalmente relativo e individual que cada uno puede juzgar.
Pablo: ¿Buena de calidad?
Sara: De calidad tampoco.
Silvia: Es que depende lo que se juzgue. La literatura no es algo que necesite definirse. Cada uno tiene su propio sentido de la literatura que no todos vamos a compartir ni tenemos por qué compartir. En mi caso, pienso en muchas experiencias en mi vida en general y los cuentos que me contaban de pequeña, tanto en los libros que me leían como los libros que leo, o las canciones que escucho, o los guiones de las películas que veo... y para mí toda esa ficción forma la literatura.
Sara: Y depende de la época. Ahora mismo está de moda la poesía moderna intensa, y eso no quiere decir que no se está produciendo nada más, sino que todo está tapado por esa publicidad...
Pero ustedes están identificando hitos con booms comerciales.
Sara: No, booms comerciales no, pero yo digo que hay libros que se nos han quedado grabados ya sea por leerlos mucho…
Pablo: ¿Y por leerlo mucho no es un boom comercial?
Sara: No por eso. Jo, Pablo. A ver, obviamente es un boom comercial pero también hubo libros que fueron censurados…
Pablo: Y muchos también son un éxito por las películas, tan malas como los libros.
¿Qué libros les censuran a ustedes?
Lucía: Cincuenta sombras de Grey.
Sara: Mi padre me tenía dicho que había libros que no podía leer porque no tenía la edad para dar una opinión. Por ejemplo, El mundo de Sofía a los doce años o Kafka a los catorce. No me aceptaba la opinión porque no tenía la edad. Entonces ahora los he vuelto a leer y ya mi opinión vale un poco más porque tengo diecisiete. Y es que te dicen que no tienes la edad para conocer, no tienes la edad para tal, no tienes la edad para decir o para comprender; es que...
Lucía: A mí no me dejan ver Shin-Shan.
Elena: A mi hermana con siete años mi mamá no la dejaba ver Dragon Ball. Porque una madre le dijo cosas raras de esas en plan que salían cosas sexuales.
Sara*: Yo creo que el problema es que hay una sobrecarga, entonces en el momento en el que hablamos de un boom comercial, al final se hace más famoso porque es la publicidad la que nos lo enseña. Y decimos que ese libro es un hito, pero el problema es que eso nunca va a poder salir a la luz, porque nos fijamos en que vas a la librería y te dicen hola, este libro es el más vendido, toma, cómpratelo.
Darío: Hablas de librerías como entidades que dicen ay, compra este libro, es el más vendido…
Silvia: Depende de la librería.
Darío: Si vas a librerías grandes, quizás te lo dicen, pero si vas a otras especializadas…
Sara: Es que las librerías también subsisten de las publicidades que hacen de los libros.
No necesariamente.
Sara*: Claro que no si vas a especializadas, pero si vas a El Corte Inglés, por ejemplo, allí está el problema: librerías que no están especializadas.
Sara: Es verdad que si quieres un libro, podrán haber librerías, pero si te es más fácil acercarte al supermercado que tienes en tu calle... hablo de un adolescente...
¿Un adolescente medio?
Darío: Pues te quedas atrás, un adolescente "medio" se metería en internet, buscaría en Amazon, y lo compraría allí.
Elena: Mentira, lo leería en pdf.
Sara: Yo me levanto y digo quiero un libro físico, tengo 20 euros, que lo tenga en el momento.
Darío: (indignado) ¡Amazon!
Lucía: Es que hasta te puedes comprar tres libros en Wallapop por nada.
Darío: Yo no estoy defendiendo Amazon… ¿crees que es así?
Sara: Es que si fui a comprar el pan y quiero el libro y hay en ese lugar, pues lo cojo, que no piensas en ese momento. Es como todo, uno empieza a pintar, pues me cojo las pinturas en el chino de abajo porque lo que quiero es eso, pintar… Si yo quiero hacer algo de provecho con mi vida, y algo estable que aguante, que tenga una calidad, pues me voy a una tienda especializada.
Raquel: Es que depende de donde vives, porque en Avilés, el único sitio que tienes para comprar libros es una librería Clarín que también es papelería y una que es Noveno Arte que es para manga y ya está, porque El Corte Inglés o El Carrefour los tengo lejos.
Quería rescatar algo que Sara dijo de manera no tan consciente y de lo que también habló Pablo hace rato, quizás los que nos tienen que enseñar es a…
Pablo: ... a ser responsables ¡y críticos!, añado. Porque no puedes quedarte en consumir solo esa literatura sino que tienes que entender cuándo se trata de calidad o no.
Sara: Pero si no aceptamos que hay hitos actuales...
Pablo: ¿Pero tú de verdad crees que eso es literatura?
Sara: Sí.
Pablo: Porque es lógico que empieces por lo más antiguo y vayas avanzando.
Sara: Pero no está bien tampoco que solo me digas que la literatura buena es la antigua.
Ok, vale, si yo les preguntara cuáles son los hitos de los últimos años, ¿cuáles dirían? Algo que consideren que es muy potente culturalmente y que marcó un punto y aparte.
Pablo: Juego de Tronos, fijo.
Sara: Crepúsculo.
Elena: Voy a hacer un apunte. Por ejemplo, hablemos de la literatura del siglo XIX, ¿para quién estuvo hecha? Para los burgueses. ¿Qué pasaba con los burgueses? Que en el ámbito económico es que les daba igual y ellos producían o leían por puro placer y ya está; y digamos que eso fue justo lo anterior a este movimiento, ¿Qué pasa? Según mi punto de vista, se siguió imponiendo el sistema capitalista y afectó también a la literatura. De repente tenemos una semejanza con todo, absolutamente todo lo que hay en este mundo. Es decir, se comercializa todo, todo tiene valor monetario, nuestros cuerpos tienen valor monetario hasta nuestros óvulos tienen valor monetario, literalmente. Entonces, se empieza a producir por dinero, ¿qué es lo que te van a publicar? Tú puedes escribir por pasión, pero se va a publicar en función de esos valores, ¡por dinero!, y si publicas sin esa función y no te da dinero, te jodes, te aguantas y te quedas en la quiebra; entonces, ¿qué pasa?, que por pura lógica, los grandes hitos de hoy van a estar asimilados a ese sistema capitalista, a esas grandes ventas. Por tanto hoy en día no podemos asociar lo más conocido a lo no comercial, aunque seguro hay una excepción.
Sara*: No quiero repetirme, pero es que volvemos a lo mismo otra vez. Un gran hito de la literatura nos cuesta pensarlo, ¿por qué? Porque al haber más variedad para escoger, no hay nada que todo el mundo haya leído, como puede ser, volviendo, el Quijote en su época. Claro, también pudo hacerse muy famoso el Quijote porque tampoco había esa variedad y esa facilidad para acceder a Internet y poder descargarte cualquier libro; quizás por eso también marcó un hito.
¿Y Harry Potter?
Sara: Es que Harry Potter crea más bien una generación lectora. Logró que leyéramos siete libros y dijéramos no me canso, a lo mejor puede seguir con otros.
Elena: Pero eso no quita que hubieran personas que dijeran guay, Harry Potter ha triunfado, voy a escribir algo sobre una escuela de magia en la que casualmente el elegido debe enfrentarse a un antagonista que casualmente también pudiera ser “el elegido”, ¡venga ya!
Darío: Yo creo en el valor didáctico de leer tanto mala literatura como buena. Es decir, si tú lees algo y tú mismo consideras que es malo, puedes decir: ¡ostras! Esto es malo y aprendes a distinguir lo que para ti es malo y lo que es bueno, y valorar y poner una nota objetiva. Es como yo que cuando un animé me está cansando, lo veo hasta el final para poder decir: menuda basura.
Pablo: Es que también intentamos analizar el pasado como si fuera el presente. A ver, es que hablamos del Quijote, pero la gente de la época quizás no veía al Quijote como lo vemos nosotros ahora, quiero decir, vemos otro cambio. Por eso, solo tal vez dentro de cincuenta años podemos decir cuáles obras realmente representan un cambio para la literatura. Aún no.

Conversaciones minúsculas
¿Una palabra?
Sara: Cacahuete.
Pablo: Lo estaba pensando. Ay, ay, ay, qué fuerte. Conexión.
Silvia: Depresión.
Manuel: Nada.
Elena: Todo.
Dani: Revolución.
Sara*: Fusión. Raquel: Rey.
Darío: Lolicon.
Lucía: No.
Vicky: Color.
¿Una película?
Sara: La naranja mecánica.
Pablo: Pulp fiction.
Silvia: El señor de los anillos.
Manuel: Hijos de los hombres.
Dani: The Dreamers.
Sara*: Your name.
Lucía: End Game.
Vicky: Grease.
¿Una serie de televisión?
Sara: Sabrina.
Silvia: Orgullo y prejuicio.
Manuel: Watchmen, dijiste que lo primero que pasara por mi mente.
Dani: The end of the f***ing world
Elena: Fullmetal Alchemist.
Sara*: Hijos de la anarquía.
Lucía: Bonding.
Vicky: No veo series.
¿Un libro para iniciarse a la lectura?
Sara: Nada de Carmen Laforet.
Pablo: Gerónimo Stilton o Harry Potter
Silvia: Cuidado con la rana, por ejemplo o Una sopa de piedras.
Sara*: Harry Potter
Manuel: Cualquier libreta en blanco que te encuentres.
Dani: El que más te llame la atención.
Lucía: Los miserables de Victor Hugo.
Vicky: El primero que te encuentres.
Una imagen cotidiana: Sara: Gritos.
Pablo: El despertador.
David: Peleas callejeras.
Silvia: la luz que entra a través de la cortina en mi habitación.
Elena: Gente que te sonríe por la calle o la luz de las ocho o nueve de la tarde.
Dani: El sol y la gente.
Raquel: Quedarse dormido.
Darío: Aburrimiento.
Lucía: La luz de la luna.
Vicky: Personas.
Una mentira sobre la adolescencia:
Sara: la edad está sobrevalorada
David: es divertida.
Silvia: estamos muy revolucionados.
Elena: eres inútil.
Raquel: salimos todos los fines de semana.
Vicky: todos los estereotipos que tienen de nosotros es mentir.
Lucía: estamos obsesionados con el sexo.
Manuel: todos los adolescentes son iguales.
El club de lectura en una palabra es:
Sara: Entendimiento
Pablo: Cultura David: Gracioso Silvia: Parte-de-mi-vida, pero como es una palabra, pues vida
Manuel: Intercambio
Elena: Cariño
Raquel: Diversión
Lucía: Genial
Vicky: Unión y diversidad
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